Cómo saber si sufres de agorafobia

Síntomas de la agorafobia

La característica principal de la agorafobia es la severa ansiedad y el temor de estar en un lugar que represente un peligro subjetivo del que no podremos salir o anticipar ciertas situaciones. Estas situaciones incluyen cosas como estar en un lugar donde el escape puede ser difícil o imposible (como en un restaurante), o en el que la ayuda puede no estar disponible en caso de tener un ataque de pánico (o síntomas similares al pánico).

A menudo, cuando se padece agorafobia, un individuo puede tener la vaga idea de que algo terrible puede suceder. Tales preocupaciones deben persistir durante al menos 6 meses y ocurren prácticamente cada vez que una persona se encuentra con el lugar o situación que le genere este tipo de fobia.

Síntomas específicos de la agorafobia

Los temores agorafóbicos típicamente involucran grupos característicos de situaciones que incluyen estar solo fuera de casa; estar en una multitud o pararse en una fila; estar en un puente; y viajar en autobús, tren o automóvil.

Más específicamente, los criterios de diagnóstico en el Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales, Quinta edición (DSM-5) requieren que un individuo experimente un miedo intenso en respuesta a (o cuando anticipa ingresar) al menos a dos (2) de las siguientes cinco situaciones:

  1. usar el transporte público, como automóviles, autobuses, trenes, barcos o aviones;
  2. estar en espacios abiertos, como estacionamientos, mercados o puentes;
  3. estar en espacios cerrados, como tiendas, teatros o cines;
  4. estar en fila o estar en una multitud;
  5. estar fuera de la casa solo.

Una persona que experimenta agorafobia evita activamente tales situaciones (los viajes están restringidos o la persona cambia las rutinas diarias), o bien las situaciones se soportan con una angustia significativa. Por ejemplo, las personas con agorafobia a menudo requieren la presencia de un compañero, como un miembro de la familia, pareja o amigo, para enfrentar la situación.

Cómo se diagnostica la agorafobia

Además, para que se diagnostique la agorafobia, el miedo o la ansiedad deben estar fuera de proporción con el peligro real que representan las situaciones que se temen. Por ejemplo, hay poco peligro real esperando en la fila en el banco. Millones de personas hacen esto todos los días sin incidentes. Pero una persona que sufre de agorafobia imagina que robarán el banco, por causa de esto tendrá un ataque de pánico y luego se morirá debido a un evento cardíaco en el que un paramédico no pudo llegar a tiempo.

Estos sentimientos de ansiedad, miedo y evitación deben persistir durante al menos seis meses y causar una angustia y un deterioro significativos en la vida de la persona, lo que hace difícil (o casi imposible) mantener un trabajo, asistir a la escuela, asistir a compromisos sociales, o mantener amistades o relaciones.

El resultado más común de la agorafobia es una persona que se niega a abandonar su hogar, debido a los tipos de temores intensos e irracionales que experimenta. Tratar de razonar con una persona con agorafobia sobre la posibilidad de que alguno de sus temores se haga realidad no suele provocar ningún cambio en su comportamiento, ya que los temores son irracionales. Muchas veces, una persona con agorafobia es intelectualmente consciente de que los temores son irracionales, pero no puede dejar de creerlos sin importar lo que pase.

Las mujeres tienen el doble de probabilidades de experimentar agorafobia que los hombres. La agorafobia parece existir en aproximadamente el 1.7 por ciento de la población.

Para que se pueda realizar un diagnóstico de agorafobia, la ansiedad o la evitación fóbica en la agorafobia no puede explicarse mejor por otro trastorno mental, como la fobia social (por ejemplo, la evitación de situaciones sociales por temor a la vergüenza), fobia específica ( por ejemplo, evitación limitada a una sola situación como ascensores), trastorno obsesivo-compulsivo (por ejemplo, evitar la suciedad en una persona obsesionada por la contaminación), trastorno por estrés postraumático (por ejemplo, evitar los estímulos asociados con un factor estresante grave) o trastorno de ansiedad por separación (por ejemplo, evitar salir de casa o familiares).

Al igual que con todos los trastornos mentales, los síntomas mencionados anteriormente no se deben a los efectos fisiológicos directos del uso o abuso de una sustancia (por ejemplo, alcohol, drogas, medicamentos) o una condición médica general.

Antes de 2013, la agorafobia requería que también se realizara el diagnóstico de trastorno de pánico. Ahora, si un individuo cumple con los criterios para el trastorno de pánico y para la agorafobia, se pueden asignar ambos diagnósticos. Pero si una persona tiene agorafobia sin ataques de pánico, entonces solo es apropiado un diagnóstico de agorafobia.