Nosofobia: el miedo a la enfermedad y cómo tratarla

Mujer que padece nosofobia o miedo a enfermarse
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La nosofobia (o patofobia) es el miedo a la enfermedad, es uno más de las fobias hipocondriacas. Esta fobia es más común entre los hombres que entre las mujeres. En general, los nosófobos temen contraer enfermedades específicas, como las infecciones de transmisión sexual (ITS), el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y la esclerosis múltiple (EM) entre otras.

¿Qué es la nosofobia?

La nosofobia (o patofobia) es el miedo a contraer enfermedades específicas. No debe confundirse con la hipocondría, que es el miedo a la enfermedad en general.

La nosofobia se puede vincular a la memoria de un familiar enfermo. Durante su infancia, un nosófobo establece un vínculo mórbido entre la enfermedad de uno de sus familiares y la muerte. Esta fijación en una enfermedad específica a menudo está relacionada con las enfermedades que experimenta el familiar.

Esta fobia conduce a comportamientos obsesivos, donde los nosófobos estarán muy atentos a su dieta, contaminación, ondas electromagnéticas, etc. Tienen un impresionante grado de vigilancia para prevenir cualquier posibilidad de contaminación, y están fascinados por el campo de la medicina.

Para calmar este estado de estrés permanente, a menudo se recomiendan hipnosis, sofrología, meditación, yoga o Tai Chi.

Análisis de un caso de nosofobia

Ejemplo de un paciente: Tom, de 47 años, tiene miedo de tener cáncer. En su mente, incluso una mancha de tinta en su mano podría provocar cáncer de piel. Tan pronto como comienza a toser, su mente se convierte en sospecha de que está desarrollando cáncer de pulmón. Para él, cualquier alteración en la salud es un signo urgente de una enfermedad que viene. Esto interrumpe seriamente su capacidad para llevar una vida feliz.

Tom se compromete, con el consejo de su médico, a la hipnoterapia que le permite alejarse de su nosofobia e identificar las causas fundamentales. Se da cuenta de que ha estado sufriendo trauma y ansiedad por el cáncer de su padre, que murió tres años antes.

Después de la hipnosis, Tom decide comenzar su trabajo personal en psicoterapia relacional. Se las arregla para darle más sentido a su desorden interno y para comprender de dónde proviene su fobia, lo que le otorga la capacidad de controlar sus síntomas en el futuro.

Nosófobos famosos: Argan en la famosa obra de Molière (1673) es el arquetipo nosofóbico perfecto.

Comportamientos asociados a la nosofobia

Lo que hace la diferencia entre nosofobia e hipocondría es la especificidad de las enfermedades temidas por los nosófobos. Si bien se puede decir que las diferencias entre los dos son mínimas, hay algunas distinciones clave que distinguen a la nosofobia. Como ejemplo, la nosofobia está profundamente asociada con la nosocomefobia o el miedo a los hospitales.

La nosofobia se define como el miedo o la convicción de que el paciente padece una enfermedad, aunque hay pocas o ninguna prueba desde el punto de vista médico.

En casos extremos, incluso acudir al médico no proporciona alivio a la persona, ya que está convencida, a pesar de que una aclaración médica, de padecer una enfermedad que no puede nadie diagnosticar.

Las causas posibles de la nosofobia

Los estudios han demostrado que muchos nosófobos cuidaban a un padre o familiar enfermo durante la infancia. Estos nosofóbicos establecen un vínculo mórbido entre las enfermedades de sus padres y la muerte a lo largo de su infancia.

Además, la fijación realizada en enfermedades específicas a menudo está relacionada con las enfermedades que experimenta su ser querido o algún familiar que falleció por ese padecimiento.

Otros detonadores del trastorno nosofóbico es la conocida hipocondría digital, que consiste básicamente en leer en línea o ver programas de televisión sobre salud y padecimientos y comenzar a autodiagnosticarse, generando así un círculo vicioso de ansiedad, donde primero se autodiagnostica una posible enfermedad, se busca la posible solución y posteriormente se vuelven a producir temores por las consecuencias de ese padecimiento.

¿Cómo distinguir la nosofobia de un miedo normal?

La persona que experimenta un temor «normal» ante un diagnóstico médico, sobre todo cuando se tratan de posibles diagnósticos de una enfermedad grave, puede resultar normal. Ya que se considera esta respuesta como una reacción evolutiva, que puede preparar a la persona ante diferentes escenarios.

Sin embargo, la persona afectada con nosofobia, no presenta un temor racional, sino que se siente perseguida por temores irracionales que no sabe cómo definir, pero le aterra enfermarse y cree que nadie puede darle un diagnóstico seguro, por lo tanto considera que los médicos tampoco son de ayuda, lo que aumenta aún más su neurosis.

Otros de los factores para distinguir la nosofobia de un miedo racional, es que el temor que se experimenta no tiene una proporción relacionada con el posible padecimiento al que tanto teme, Se le atribuyen a cualqjuier posible diagnóstico los peores panoramas y las peores experiencias, lo que ocasiona un terror aún más grande.

Consecuencias físicas, psíquicas y de comportamiento

Naturalmente, los nosófobos tratarán de evitar cualquier cosa que pueda conducir a una enfermedad. Controlarán obsesivamente su dieta y se negarán a estar en presencia de fumadores. También es probable que estén obsesionados con la contaminación, la radiactividad y las ondas electromagnéticas. En general, sus estilos de vida están guiados por el deseo de vivir en un mundo saneado y seguro.

Los gabinetes de medicamentos de los nosófobos están siempre bien surtidos, e incluyen medicamentos y remedios de todo tipo (alopatía, homeopatía, medicina herbal, etc.). Están fascinados por las profesiones médicas y paramédicas, al grado de creer que tienen las respuestas a todas las enfermedades concebibles.

En algunos casos, existe una desconfianza contradictoria hacia la profesión médica que viene de los momentos de «desilusión», cuando un profesional médico no pudo tratar una enfermedad imaginaria, por ejemplo.

El nosófobo típico es una personalidad profundamente preocupada y poco acogedora. A menudo esta fobia se asocia con la codicia.

Tratamientos para la Nosofobia

Al igual que con prácticamente todos los trastornos mentales, no existe la panacea o la terapia correcta que le pueda garantizar la superación de este irracional miedo a las enfermedades. La psique humana es muy compleja y depende en gran medida del paciente y de su propia historia, cuál será la terapia más óptima.

A diferencia de otros trastornos fóbicos, no se puede confrontar al paciente de manera selectiva y controlada con el estímulo que provoca el miedo y enseñar al cerebro a que el miedo sea infundado. Ya que el propio cuerpo es algo que el paciente siempre lleva consigo.

Comúnmente se sugiere que los nosofóbicos se involucren en hipnoterapia para relativizar su relación con la enfermedad y para que tengan la capacidad de llevar una vida más feliz. Debido a que la nosofobia causa un estado de estrés casi permanente, las técnicas como la sofrología pueden ser útiles, o incluso las prácticas meditativas, como el yoga y el Tai Chi.

Fobias asociadas a la nosofobia

  • Miedo a los resfriados: rinofobia.
  • Miedo a la osteoartritis: artrofobia.
  • Miedo a las enfermedades del corazón: cardiofobia.
  • Miedo al malestar estomacal: gastralgofobia..
  • Miedo a los cálculos renales: nefrofobia.
  • Miedo a las enfermedades de la boca: estomatofobia.
  • Miedo al cáncer: carcinofobia.
  • Miedo a estar cansado: la kopofobia.
  • Miedo a los medicamentos: farmacofobia.
  • Miedo a ser operado: tomofobia.
  • Miedo a tener un dolor de muelas: odontofobia.
  • Miedo a las enfermedades de la piel: dermatofobia.
  • Miedo a las enfermedades del oído: otalgofobia.
  • Miedo a vomitar.

La mejor opción para buscar alivio a los síntomas de la nosofobia y reducir los niveles de ansiedad que genera este trastorno, es la consulta con un psicólogo que pueda brindar un primer correcto diagnóstico, para posteriormente darle al paciente la terapia adecuada para disminuir los brotes de hipocondría relacionados  a la nosofobia.

Bibliografía:
  1. Collier R. (2008). Imagined illnesses can cause real problems for medical students. DOI: 10.1503/cmaj.080316. Obnetido el 20 de Julio de 2019 [Link]
  2. Collier R. (2008). Imagined illnesses can cause real problems for medical students. CMAJ : Canadian Medical Association journal = journal de l’Association medicale canadienne, 178(7), 820. doi:10.1503/cmaj.080316.