Consejos para superar el miedo a las arañas, cucarachas y otros insectos desagradables

Cómo superar el miedo a las cucarachas y otros insectos

La insectofobia o entomofobia, o más conocido como miedo a los insectos, es la fobia más común en el mundo. Más allá de que sea ilógico, es muy inquietante vivir con este miedo. En este artículo, discutiremos varias formas simples y efectivas, que si no se deshacen del miedo por completo, al menos reducirán significativamente sus manifestaciones.

La función del miedo a los insectos

El miedo a los insectos es, de hecho, un mecanismo bastante útil. Durante miles de años, protegió a nuestros antepasados ​​de picaduras y parásitos mortales. Ahora que los parásitos que se encuentran en las ciudades no son los mismos de antes, las personas que huyen presas del pánico de las arañas suelen más bien provocar risas. 

Razones principales de aparición de la insectofobia

Aunque la mayoría de las veces ese miedo no interfiere con la vida, en la estación de verano sí que puede producir muchos momentos desagradables. Muy a menudo, la insectofobia se desarrolla en la infancia por razones objetivas o inverosímiles:

  • Malas experiencias con insectos que pican (picaduras dolorosas o reacciones alérgicas graves);
  • Ignorancia sobre el peligro real de varios insectos;
  • Asociar a los insectos con situaciones desagradables, por ejemplo, si en la infancia fuiste testigo involuntario de alguna escena desagradable en la que se involucraran;
  • Comportamiento inapropiado de los padres (si se asustaba al niño con historias y cuentos desagradables sobre insectos o los propios padres tenían miedo de los insectos).

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Cuando la entomofobia requiere atención profesional

Si el miedo a los insectos afecta fuertemente tu vida[1], sería más prudente consultar a un psicólogo: los intentos de hacer frente a la fobia por tu cuenta pueden llevar años y conducir al resultado opuesto. Los signos de una fobia incluyen los siguientes:

  • Encontrarte con un insecto te hace sentir muy agitado, mareado, sudoroso, y produce reacciones inadecuadas;
  • Cuando te encuentras con un insecto, sientes pánico, intenta salir de la habitación o esconderte;
  • Usas ropa cerrada y llenas tu casa con repelentes «por si acaso», evitas abrir ventanas o salir a la calle, te niegas a relajarte en la naturaleza.

Si estás seguro de que las cosas no están tan mal y estás decidido a deshacerte de tu miedo, adelante. El invierno es la mejor época para prepararse para la llegada de las primeras moscas. Lo primero que tienes que hacer, es tener una formación teórica.

1. El miedo a los insectos puede tener una razón física

Si en el pasado tú o los miembros de tu familia han tenido casos de una reacción alérgica muy fuerte a las picaduras, no dudes en visitar a un alergólogo y averiguar qué medicamentos deben estar en el botiquín de tu hogar y cómo deben usarse. 

Todos los miembros de tu familia deben tener esta información. En este caso, tu miedo está justificado, pero tampoco debes tener miedo a las moscas si eres alérgico a las abejas. Determina el grupo de insectos potencialmente peligroso y aprende cómo protegerte adecuadamente de ellos.

2. Rastrea el origen posible de la fobia

Trata de recordar el momento después del cual comenzaste a tener miedo a los insectos. Habiendo rebuscado a fondo en mi infancia, recordé que podía pasar horas observando insectos, atrapando mariposas, bichos de colores y saltamontes en un frasco, y chillando y huyendo solo al ver cucarachas, de las cuales todos tenían miedo. 

Pero una vez en un campamento para niños, mientras agarraba un saltamontes particularmente grande y hermoso, este se alejó de mí de un salto, dejando solo una pata temblorosa en mi mano. Entonces me dijeron, mientras estaba aturdido de horror, que las langostas y los saltamontes sueltan sus patas cuando sienten peligro, como un lagarto hace con su cola.

Pero nada podía calmarme: ¿cómo puedes huir sin una pierna? ¡qué abominación! Entonces, de repente, en un día soleado de verano, inmediatamente sentí disgusto por todos los insectos. Fue muy útil recordar este momento.

3. Estudia los insectos a los que más temes

Averigua qué comen, cómo se reproducen, si atacan a una persona y en qué casos, qué tan peligrosos son estos ataques, cómo puedes evitarlos. Es probable que te sorprendas al saber cuán inofensivos son los insectos que puedes encontrar en tu vida diaria.

4. Trata de encontrar algo positivo y hermoso sobre los insectos

Tal vez mientras lees esto, estés pensando que es imposible. Claro que es natural pensar esto, pero luego en Google tienes oportunidad de encontrar hermosos insectos como la araña pavo real. Trata de encontrar un insecto que al menos tenga un color agradable para ti, ¡por algún lado debes empezar! 

Revisa fotos con regularidad, preferiblemente comenzando por las más lindas, por supuesto. Cuando ya no te causen miedo, investiga sobre otras especies. No lo hagas de inmediato, pero definitivamente te librarás del disgusto. Si miras a los ojos de las moscas arcoíris a diario, algún día te volverás al menos indiferente a ellos.

5. Trata de imaginar el peor escenario frente a un insecto

Imagínate las consecuencias más nefastas de tu encuentro con un insecto. ¿De qué exactamente tienes miedo? ¿Qué te pasará si tus miedos están justificados? ¿Deberías tener miedo de esto? Calcula todas las consecuencias del escenario más indeseable y simula tus acciones. 

¿Cómo actuar en caso de encuentro directo con estos insectos si tengo entomofobia?

Los siguientes puntos se relacionan con el encuentro directo con un insecto. Eso sí, es mejor que estos siempre se realicen en presencia de una persona con la que te sientas seguro, pero actuaremos de acuerdo a las circunstancias.

1. No huyas de tu miedo

Cuando te encuentres con un insecto inofensivo (a este punto ya tendrías que haberte tomado la molestia de investigar cuáles son peligrosos e inofensivos), intenta relajarte, respirar profundamente, sonreír si es posible. Podría parecer que tu terror crecerá indefinidamente, pero no es así. 

La ansiedad, que crece rápidamente, en ausencia de un daño real al cuerpo, desaparece muy rápidamente. En solo un par de minutos, comenzarás a calmarte. Otras acciones dependen de la calma y la confianza que tengas.

2. Establece metas con anticipación

Planifica tus acciones cuando tengas contacto con insectos en orden de más fácil a más difícil. Por ejemplo, una meta puede ser expulsar a insectos no invitados fuera de tu apartamento sin ayuda de nadie. Tus metas para los próximos meses podrían verse así:

  • Estar en la misma habitación con un insecto durante 2-3 minutos;
  • Acercarte a una distancia de 2-3 metros;
  • Observar el insecto desde una distancia de 1 metro durante un par de minutos;
  • Cubrir el insecto con un frasco (en este punto puedes empezar usando un bote pegado a un palo de dos metros; lo principal es que te sientas relativamente cómodo);
  • Mueve al insecto atrapado en el frasco sobre una hoja gruesa de papel y tíralo por la ventana.

3. Tranquilízate y actúa

Actúa a pesar de tu miedo. Solo agarra un zapato y muestra quién manda. O toma una lata, un periódico y expulsa a tu «enemigo». O extiende la mano y espanta al insecto. Pensar las cosas demasiado no te dará más confianza, a veces solo necesitas actuar. Eres más fuerte de lo que piensas, solo cree en ti mismo.

No pienses que la ayuda profesional es una debilidad de tu parte, si realmente quieres superar rápido la entomofobia o insectofobia, no dejes de acudir con un profesional de la salud mental.

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  1. Ozkan, A. T., & Mumcuoğlu, K. Y. (2008). Entomofobi ve Deluzyonel Parazitoz [Entomophobia and delusional parasitosis]. Turkiye parazitolojii dergisi32(4), 366–370. PubMed
  2. Sabry, A. H., Fouad, M. A., & Morsy, A. T. (2012). Entomophobia, acarophobia, parasitic dermatophobia or delusional parasitosis. Journal of the Egyptian Society of Parasitology42(2), 417–430. https://doi.org/10.12816/0006328 PubMed

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