Cómo se manifiesta la eremofobia o el miedo a la soledad

Persona que padece Eremofobia o miedo a la soledad

El miedo a la soledad (conocido como monofobia, autofobia, isolofobia o eremofobia) ocurre en situaciones en las que una persona se queda sola o cuando ocurren circunstancias predecibles en las que debe permanecer solo, despertando en el paciente sentimientos de temor y ansiedad.

La soledad posee características tanto positivas como negativas dependiendo de la persona que la experimente, por un lado, existen personas que usan la soledad para lograr mejores estados de concentración o de inspiración creativa, como en el caso de algunos artistas; también se asocia a casos de experiencia de crecimiento espiritual y de construcción de la identidad.

Sin embargo, para otras personas, la soledad puede convertirse en una experiencia desagradable, incluyendo sentimiento de ansiedad debido a la falta de contacto y comunicación con otros individuos. Más aún la soledad puede ser una respuesta emocional compleja que puede sentirse incluso, en presencia de otras personas. Las causas, varían de persona a persona e implican factores sociales, mentales, emocionales y físicos.

El miedo a la soledad, en gran medida ocasionado por la necesidad de interactuar con otros y la seguridad que ofrece el vínculo de grupo para el avance personal y social; puede llevarnos a experimentar emociones de intranquilidad y agobio, dando la sensación de peligro sin que realmente ocurra. Este temor a la soledad en un grado desproporcionado e irracional es conocido como eremofobia; una alteración psicológica que genera alto nivel de ansiedad.

¿Qué síntomas presenta la eremofobia?

Siendo la eremofobia un trastorno de ansiedad, enmarcado entre las fobias específicas, donde el estímulo temido no es un objeto o elemento físico, sino una situación determinada, en este caso, el sentimiento de soledad.

Lo que más resalta al momento de identificar que dicho miedo es patológico, es el hecho de que afecte la vida del individuo de forma significativa hasta llegar a ser invalidante, limitando en gran medida su funcionamiento cotidiano. Podemos notar entre los síntomas de la eremofobia, los que se describen a continuación:

  • No poder razonar ni explicar sus sentimientos ante la situación de soledad.
  • El temor sentido ante el estado de soledad es desproporcionado, sin implicar una situación riesgo o similar.
  • Carecer de control sobre sí mismo, ante situaciones que estimulen el sentimiento de soledad.
  • Evitar por todos los medios enfrentarse a quedarse solo, hasta el punto de ser totalmente dependiente de una compañía ajena.
  • Persistencia de los síntomas a lo largo del tiempo.
  • Se presenta deterioro social con familia, amistades o pareja.
  • Pueden presentarse comportamientos histriónicos y llegar a fingir enfermedades con el fin de manipular su entorno.
  • Aceptación de tratos degradantes, situaciones de maltrato como en ambientes laborales, el acoso sexual o la violencia de pareja.
  • Desesperación, irritabilidad o agresividad, si se obliga a dejar solos.

Signos de ansiedad relacionados con la eremofobia

Para precisar, aparte de los síntomas ya mencionados y siendo la eremofobia un trastorno de ansiedad, para poder diagnosticarla, deben revelarse características de elevado nerviosismo, con signos de ansiedad evidentes como:

  • Síntomas físicos, en su mayoría intensos, como taquicardia, incremento de la respiración, sudoración en exceso, tensión muscular, dolores de cabeza, dolores de estómago e incluso sensaciones de ahogo.
  • Síntomas cognitivos, como pensamientos negativos acerca de la soledad y de la capacidad del individuo para enfrentarla, usualmente presentes en estado de soledad.
  • Síntomas conductuales, en eventos en que el individuo evita completamente situaciones en las que pueda estar solo e intenta escapar ante una situación en la que experimenta la soledad.

¿Se puede combatir el miedo a la soledad?

Cuando el miedo a la soledad empieza a hacer algo angustiante, se pueden recurrir a medidas preventivas como:

  • Aprender a conocer y entender los pensamientos propios, evitando dar fuerza a las creencias adquiridas del entorno, generando ideas alternativas que propendan a una realidad más positiva.
  • Identificar los miedos, buscando entender el origen de su aparición y funcionamiento, en la experimentación de los momentos de aislamiento. Reflexionar sobre estos, permite identificar las situaciones que se relacionan al miedo y plantear un plan de acción que favorezca.
  • Priorizar y dar más valor a actividades gratificantes que conduzcan al descubrimiento de la autoestima, el autocuidado que mejore y aporte a la calidad de vida personal y a la calidad de las relaciones interpersonales.
  • En caso de necesitar ayuda porque aparecen sentimientos muy fuertes de temor que empiezan a limitar el funcionamiento normal de la persona, lo más conveniente es dirigirse oportunamente a un profesional de la salud mental para diagnosticar y plantear el procedimiento más adecuado.

La eremofobia puede ser tratada efectivamente con psicoterapia donde se incluyen  recursos como la reestructuración cognitiva, la gestión del estrés, las habilidades sociales, la resolución de problemas, la autoestima y la exposición gradual a la soledad para que el paciente vaya aprendiendo a afrontar sus miedos cuando está solo.

Finalmente cabe resaltar la importancia de la relajación cuya finalidad se orienta a disminuir respuesta de ansiedad y lograr control sobre la situación.

[mks_toggle title=»Bibliografía:» state=»close «]

  1. Franco N. (2017) Cuando el miedo a la soledad controla tu vida afectiva. Recuperado de: [Link]
  2. Cuevas F. S F. ¿Tienes miedo a estar solo?. Recuperado de: [Link]

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