Nuestras emociones a veces pueden dificultarnos la vida, por ello es de esperar que surja la necesidad de querer controlar las emociones, sin reprimirlas y para conseguir una vida más equilibrada.
La persona común vive en medio de una continua interacción con los estímulos que se encuentran en su entorno y que son percibidos a través de sus sentidos, abriendo paso a que los individuos experimenten todo tipo de emociones tanto positivas como negativas.
Función de las emociones
Las emociones son reacciones que se activan en presencia de determinados estímulos y que pueden inducir en los individuos cambios en lo que respecta al estado de ánimo.
Es imposible desprenderse de la parte emocional ya que ella viene implícita en todas las personas, ningún individuo puede renunciar a sentir o a experimentar un sentimiento en concreto frente a determinadas circunstancias.
Sin embargo, cada persona puede escoger la manera en la que va actuar sin importar la emoción que se encuentre experimentando, claro está que esto es parte de un autocontrol que la misma persona se puede enfocar en trabajar.
Las emociones pueden ser positivas o negativas dependiendo del tipo de sentimiento que generen en el individuo pero aun cuando sea una emoción negativa, como la tristeza, ella tiene una razón reguladora y es necesaria para el individuo.
Las emociones básicas son el miedo, la alegría, la tristeza y la rabia y cada una de ellas tiene una función que los individuos han heredado de sus ancestros y que se relaciona con la supervivencia y la preservación de la especie.
Relación entre el autoconocimiento y las emociones
A pesar de ser personas con naturaleza emocional, son muchos los que en completa desconexión se niegan de forma rotunda a hacer contacto con su lado emocional.
El desconocimiento de sí mismo complica de muchas maneras la vida de las personas en vista de que ante la incertidumbre del elemento que le ha hecho experimentar un estado emocional en particular, que quizás sea la rabia, y le conduzca a reaccionar de mala manera, se le presentaran problemas a nivel social que a no ser que trabaje en el control de su ira como emoción, no se solucionarán.
En la medida en que la persona trabaje por conocerse a sí mismo y logre determinar aquellos factores que de forma combinada le hacen sentir miedo, por ejemplo, tendrá el conocimiento de lo que le provoca la emoción de miedo y reflexionar sobre ello.
Quien se conoce a sí mismo y sabe la intensidad de su rabia, en presencia de una injusticia, con la finalidad de evitar problemas con otras personas, podrá tomar la decisión de alejarse de ese escenario y no volver o si ha de hacerlo hasta que se encuentre completamente en calma.
¿Por qué se deben controlar las emociones?
Los individuos son la suma de una parte racional, pensante, alejada de cualquier clase de sentimientos y de otra emocional que pueden sumergir a una persona en toda una serie de sensaciones que, además de influir sobre su estado de ánimo, pueden interferir en sus acciones.
No es recomendable para ninguna persona tomar una decisión basándose de manera exclusiva en la parte emocional; ello podría conllevar a cometer un error grave.
Las personas deben escoger momentos en los que gocen de equilibrio emocional preferiblemente para tomar sus decisiones y hacer uso de esa parte racional con la finalidad de analizar todos los pros y los contras que pueda implicar determinada acción.
Es de gran relevancia aprender a controlar las emociones, porque a pesar de que se pueden percibir de manera espontánea, aun sin planificación, a causa de los estímulos no es correcto incluir los sentimientos ni mucho menos demostrarlos en todo momento.
Podemos observar como ante la tristeza que puede estar combinada con rabia y dolor, al no obtener lo que deseaba para sí un niño puede comenzar a llorar a toda voz sin importarle el entorno. El adulto por regla general, a pesar de que el no obtener un proyecto, por ejemplo, le provoque llanto en un momento dado, no lo hace y reprime su emoción hasta que se encuentre solo y pueda desahogarse.
Esta es una conducta que se aprendió durante el proceso de socialización y muchas veces incluye solo el acto de esconder las emociones de las demás personas por considerarlo inadecuado mas también pudo haber aprendido a suprimir las emociones al punto de no reconocerlas.
El daño de no saber reconocer nuestras emociones
El no reconocer las emociones hace tanto o más daño que el no saber controlar las emociones. Lo sano es reconocer que existe una parte racional y otra emocional que en conjunto forman a un individuo integral.
La persona que está conectada con sus emociones y ha aprendido a controlarlas estará en pleno conocimiento de aquello a lo que teme, le hace sentir miedo y le incita a huir del espacio en el que se encuentre.
Puede ver dentro de sí y darse cuenta cuando una situación, circunstancia o discusión en su entorno laboral, con un amigo o con alguno de sus familiares, está provocando dentro de sí sentimientos de molestia, acelerando su respiración y tensando sus músculos y optar por pelear, responder de manera hostil o evitar la situación alejándose lo más que pueda.
Si este individuo recientemente sufrió la muerte de un ser querido, día tras día se dirigirá a su sitio de trabajo y cumplirá con sus compromisos, pero seguramente rechazará cualquier invitación de algún compañero que quiera alegrarle un poco para tomar un café, ya que su necesidad después de trabajar será llegar a su casa, recostarse y llorar para vivir su tristeza.
Controlar las emociones nos ayudará a conocernos mejor y nos brinda libertad y estabilidad mental.
El estudiante que trabaja de manera incansable en la realización de su trabajo final de grado, único requisito que necesita cumplir para obtener un título universitario, lo hará motivado a la alegría que va a sentir el día de su graduación al ver su sueño cumplido.
Es requisito indispensable para ser personas productivas poder interactuar con otros y desenvolvernos de la manera correcta, tomar el control de las emociones y buscar un equilibrio entre la parte racional y la emocional.
El equilibrio emocional concede al individuo la habilidad para enfrentar las situaciones adversas, cambios en las dinámicas de vida, superar nuevos retos a nivel laboral o sentimental y tomar decisiones trascendentales, cuyos resultados puedan afectar al individuo o a otras personas de forma correcta.
Muy oportuna la información ofrecida, ahora la práctica es individual y rigurosa. Alguna tecinca que ofrecer, como ayuda.
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Saludos.
Muy buena información y muy útil.
hay una parte que me llama la atención y es como discrimina las emociones en positivas y negativas, lo cual no debe ser así porque hace que reprimamos nuestras emociones en base a la idea que que tan positiva o negativas son y esto conlleva, a no vivir en plenitud nuestras emociones.