Los problemas emocionales pueden manifestarse físicamente y también en nuestra forma de abordar el día a día, estas señales pueden ser útiles para reconocer cuando debemos poner un alto, y buscar ayuda.
Hay momentos en que el cuerpo quiere movilizar todo el sistema humano cuando se presiona por o sobre algo. Muchas veces dejamos que los síntomas se manifiesten en nuestro cuerpo para preguntarnos y luego movilizarnos.
¿Qué sucede cuando no experimentamos nuestras emociones en sus verdaderas dimensiones? ¿O cuándo, por alguna razón, se han «congelado»? ¿Cuándo las sofocamos o las reprimimos? ¿Estamos emocionalmente asustados, indiferentes o hambrientos?
A veces las emociones nos inundan y otras veces están profundamente enterradas en nuestra alma y nos atormentan. Antes de intentar dar soluciones, empecemos las cosas desde el principio y veamos cuál es la sensación.
¿Qué son las emociones?
Una emoción se define como cualquier cosa que siente una persona cuando evalúa un evento de cierta manera y generalmente conduce a cambios en el cuerpo humano o en el comportamiento. Por lo tanto, todas las emociones son esencialmente llamadas a la acción. Entonces, las emociones conducen a acciones que podemos percibir.
¿Qué señales envía el cuerpo por problemas emocionales?
Algunas personas sufren de Síndrome del intestino irritable, algunas de dolores de cabeza, algunas de ataques de pánico. La psicóloga señala que el órgano o sistema del cuerpo en el que se manifiestan los síntomas psicosomáticos es a menudo aquel al que la persona tiene sensibilidad.
Es muy probable que exista un factor hereditario que explique la vulnerabilidad de esa parte del cuerpo en particular. Por ejemplo, es probable que el Síndrome del intestino irritable o los dolores de estómago como resultado del estrés sean síntomas compartidos por familiares (por ejemplo, madre e hija).
Podemos crear la siguiente lista (no completa) con las principales señales que envía el cuerpo cuando existen problemas emocionales.
- Tensión.
- Inseguridad.
- Falta de concentración.
- Dificultad para tomar decisiones.
- Miedo.
- Aprensión.
- Pensamientos negativos de inferioridad.
- Sentimientos de incapacidad ante una situación específica.
- Sensación general de pérdida de control.
Equilibrio mental para una mejor salud
El alma y el cuerpo forman un todo único e indivisible. Cuando uno sufre, inevitablemente arrastra al otro, por eso es tan importante la búsqueda del equilibrio. La psicoterapia es necesaria, incluso antes de que la persona muestre una disminución de su funcionalidad. Con la ayuda del terapeuta:
- Se debe observar atentamente nuestra vida diaria y los asuntos que nos preocupan o que se nos dificultan más.
- Comprobar nuestra resistencia personal a los factores estresantes.
- Identificar las causas que desencadenan nuestro estrés.
- Seguir un Programa de Manejo del Estrés, que satisfaga nuestras propias necesidades personales.
