Qué pasa en nuestro cuerpo si no nos deshacemos de la ira

Los efectos de la ira contenida sobre el organismo

La ira es una reacción instintiva de los seres humanos que por lo general aparece ante circunstancias en las que se experimenta una amenaza que puede ser física o verbal, el problema se presenta cuando esta emoción no es gestionada y la persona decide hacer caso omiso de sus sentimientos y guardarlos dentro de sí.

La ira contenida y sus repercusiones en el organismo:

La ira, como una de las emociones básicas, es un sentimiento del que es imposible escapar, incluso si la persona ha trabajado de manera constante en el autocontrol de sus emociones, lo que puede lograr es evitar una explosión que le conduciría a actuar de la forma equivocada más no podría desprenderse por completo de la sensación de enojo.

Son muchos los detonantes que pueden ocasionar que una persona experimente ira en un momento determinado pero estos son diferentes para cada persona, lo importante y que es necesario tomar en consideración es que no es sano bajo ninguna circunstancia hacer a un lado las emociones o sepultarlas para no reconocerlas.

La ira: una bomba a punto de estallar

Las emociones negativas como la ira, aunque son necesarias, poseen un potencial altamente tóxico si no son manejadas, si la persona no se desahoga o se deshace de estas desagradables sensaciones.

En principio, la ira que se contiene tiene serios efectos negativos a nivel emocional, pues son emociones que se quedan estancadas dentro del individuo en forma de rencores, rabias contra una persona o sobre sí mismo que progresivamente van frustrando al sujeto.

Las emociones negativas que surgen como producto de la ira contenida, y que se acumulan dentro de la persona, son revividas día tras día o en la medida en la que alguna situación le revive los sentimientos que experimentó y que aún no ha superado.

Por otra parte, el hecho de no haberse desahogado ni reconocido sus emociones le llevan a ser una especie de bomba, que en cualquier momento tiene grandes posibilidades de estallar, frente a cualquier estímulo que funcione como detonante, infringiendo daño físico o psicológico a cualquier persona, errores que en muchos casos dañan las relaciones personales y laborales.

Por ende, la ira contenida les resta a las personas la capacidad de gestionar de manera correcta sus emociones, así como de emplear la asertividad.

En otro orden de ideas basta con conectarse con el cuerpo en el momento en que se está experimentando una explosión de ira para constatar las repercusiones que esta emoción negativa tiene sobre el organismo.

El enojo o la ira producen las siguientes consecuencias

  • Incremento o aceleración de la respiración, en algunos casos la hiperventilación.
  • Aumento de la presión sanguínea.
  • Altera el estado emocional, puede producir tristeza en el individuo a consecuencia del dolor producto de la agresión de la que fue partícipe.
  • Tensión muscular, dolores.
  • Problemas o molestias estomacales.
  • Dolores de espalda, de cabeza.
  • Incremento de la Adrenalina.

Posibilidades de afecciones cardiacas entre otras

Estos síntomas que se han descrito, son inmediatos en cuanto se produce el enojo y logran influir sobre el equilibrio natural del organismo, efectos que se incrementan en un 100% si se mantiene y se va acumulando día tras día, lo cual puede generar enfermedades cardiovasculares debido a estrés sostenido, problemas respiratorios, gastritis, ulceras, dolores de espalda, de cuello, de cabeza.

Es por ello que no es recomendable para la conservación de la salud emocional y física quedarse con la ira y el enojo, la persona debe aprender a desahogarse para soltar estas emociones negativas de manera sana.

No se trata de golpear a otros o gritarles lo que se siente, lo ideal es buscar métodos que ayudan a deshacerse de las emociones negativas como la ira y el dolor que a largo plazo ayudaran al individuo a conservar la salud.

Técnicas para deshacerse de la ira

No se trata de obviar la ira como emoción por su naturaleza negativa, se trata de sentirla, reconocerla, aprender a identificar las situaciones que la pueden provocar e indagar sobre las diversas técnicas que existen para deshacerse de manera sana de esos sentimientos y escoger la que más se adapte a los gustos y preferencias personales.

Entre estas técnicas cabe destacar:

  • Técnicas de relajación: Métodos que ayudan al individuo a regular el estado de ánimo por medio de la respiración y a obtener un estado de bienestar corporal.
  • Ejercicios Físicos: es una herramienta eficaz para deshacerse de las emociones negativas al tiempo que ofrece innumerables beneficios para la salud, entre ellos el aumento de la sensación de bienestar y felicidad.
  • Meditación: Es una técnica que ofrece múltiples beneficios y ayuda a mantener el control emocional.
  • Labores Manuales: Pintar sobre cualquier superficie, tejer, realizar esculturas en arcilla o cualquier otro trabajo manual que ayude a la persona a relajarse y soltar la ira.

Si aprendemos a controlar nuestras emociones, reduciremos el impacto negativo que puede tener la ira sobre nuestro cuerpo, nuestro entorno y sobre todo, sobre nuestro futuro.