Biografía de Laura Perls y su influencia en la terapia de Gestalt

Biografía de Laura Perls

De 1870 a 1880, se consideraba que la función principal de la psicología era analizar la mente desde sus elementos básicos. Sin embargo con la psicología de Gestalt, este punto de vista de la psicología antigua cambió, y la psicóloga y psicoterapeuta  Laura Perls tuvo mucho que ver en esto.

La terapia de Gestalt busca estudiar y entender las configuraciones mentales como un todo, y no desde elementos particulares.

La psicología de Gestalt, fundada poco antes de la I Guerra Mundial, constituyó la oposición a la visión tradicional de la psicología. En sus inicios, esta nueva psicología se centraba en estudiar la percepción, pero luego se extendió a otros aspectos como la conducta social, el pensamiento y el aprendizaje.

Laura Perls, una psicóloga y psicoterapeuta alemana, fue una de las investigadoras que contribuyó con el establecimiento de la psicología de Gestalt, así como la escuela de Terapia Gestalt.

En este artículo se revisan los aspectos más fundamentales de la vida y obra de Laura Perls como psicóloga, así como la influencia que tuvo en la teoría de Gestalt.

¿Quién fue Laura Perls?

Nació en Alemania el 15 de agosto de 1905, su nombre de nacimiento fue Lore Posner y creció en Pforzheim, en el seno de una familia judía. Su interés por la psicología comenzó a los dieciséis años, luego de leer una de las obras más famosas de Sigmund Freud: ‘’La interpretación de los sueños’’.

A sus 25 años, en 1930, se casó con el médico, neuropsiquiatra y psicoanalista Friedrich Salomon Perls, mejor conocido como Fritz Perls. La pareja se conoció cuando ambos trabajaban en el Instituto Psicológico de Frankfurt.

Tras tres años de casados tuvieron que huir de Alemania a Sudáfrica por el progreso del nazismo. Allí permanecieron diez años y escribieron su primer libro juntos, titulado ‘’Yo, Hambre y Agresión: una revisión de la teoría y método de Freud (Ego, Hunger and Agression: A Revision of Freud’s Theory and Method)’’, que se publicó en 1942.

En esta obra se plasman los primeros hallazgos de su nueva idea de la psicoterapia, la terapia de Gestalt, cuya primera diferencia con otros métodos de terapia era verse cara a cara con el paciente para tener en cuenta sus gestos y posturas.

Este libro representó el paso de los Perls del psicoanálisis tradicional a la visión gestaltista. Muchas ideas de las que aparecen en este libro, hoy, después de 20 años, aun no figuran en la psiquiatría moderna.

En 1951, luego de mudarse a Nueva York en compañía de Paul Goodman, sociólogo, y Ralph Hefferline, profesor de psicología, publicaron el libro que oficiaría el inicio de una nueva corriente de la psicología: ‘’Terapia Gestalt: Emocion y Crecimiento en la Personalidad Humana (Gestalt Therapy: Excitement and Growth in the Human Personality) ‘’.

Luego de un año, con ayuda de Goodman, abrieron el Instituto de Gestalt de Nueva York, con lo que reforzarían el nuevo movimiento de la psicología.

En 1960 Fritz viajaba muy seguido al Instituto Esalen de California, por lo que Laura se encargó de la administración del instituto.

La terapia de la “forma” (La terapia de Gestalt)

La palabra ‘Gestalt’ proviene del alemán y podría traducirse como ‘forma’, ‘estructura’ o ‘creación’. Se refiere a una entidad específica existente dentro de una organización.

La psicología de Gestalt es una corriente de psicología moderna que basa su enfoque terapéutico en la holística, es decir, percibir a los objetos y a los seres vivos como totales, y no analizarlos desde lo particular.

El principal postulado de la teoría de Gestalt es que ‘’el todo es más que la suma de las partes’’, por lo que se entiende que todas las cosas y seres vivos adquieren significado al estar dentro de un contexto, nada existe de forma aislada.

Así, el enfoque gestáltico percibe al hombre como un organismo unificado, por lo que debe ser tratado tomando en cuenta su totalidad. También, al ser un organismo unificado, percibe las cosas como una organización de hechos, fenómenos y conductas, y no como entidades aisladas.

Debido a que el hombre es la totalidad de su realidad, se entiende que ningún individuo es autosuficiente, no puede existir sin su contexto, sin su entorno. Existe una estrecha relación entre el individuo y su entorno, ya que este último determina en cierta medida su conducta.

De esta forma, cuando el individuo es capaz de conocerse a sí mismo y a su entorno, puede desarrollarse en el mundo de forma plena, responsabilizándose de sí mismo y liberándose de lo que no le corresponde.

Por esto, la Gestalt no es definida como una terapia, sino como un enfoque. Se describe más como una forma de vida que busca conocer y apreciar lo que es, de forma libre y abierta. Así, puede formarse un individuo más completo, creativo y libre de bloqueos y asuntos inconclusos.

La Gestalt no busca tener un enfoque esotérico, sino llegar a una comprensión de sí mismo que permita corregir y resolver los asuntos correspondientes para llegar a un nivel óptimo de satisfacción, autorrealización y crecimiento. Por eso, el enfoque Gestalt no solo se limita al uso clínico, sino de un modo de vida.

Influencia de Perls en la terapia de Gestalt

Aunque Fritz fue quien tuvo las primeras nociones que formarían la nueva terapia, el aporte de Laura Perls fue fundamental para poder hacerla realidad.

Destacó dos aspectos fundamentales de la terapia de Gestalt: el apoyo y el compromiso. Estos dos aspectos no son unilaterales, no solo vienen dados por el terapeuta, sino que también de parte del paciente.

Esto es así porque la terapia de Gestalt reconoce al paciente como la pieza fundamental para su auto crecimiento, de hecho, no se le llama ‘paciente’ ya que esto implicaría que el individuo está ‘enfermo’ y recurre al terapeuta para que lo ‘cure’.

Más bien se le llama ‘cliente’, para suavizar la experiencia y expresar que terapeuta y cliente están en igualdad de condiciones en términos de autoridad. Así, se entiende que el cliente y el terapeuta son parte de un proceso (auto crecimiento), y deben hacer contacto para que este se dé, tal como sucede con una semilla y la tierra.

Laura Perls también integró la danza moderna y el movimiento como parte de la terapia, ya que era importante en la Gestalt hacer un reconocimiento físico del paciente. Por eso, también prefería hacer la terapia cara a cara, para tener en cuenta la dimensión física a través de los gestos y posturas.