Al pensar que los recuerdos se pueden distorsionar con el paso del tiempo, o que los recuerdos de experiencias traumáticas pueden verse alterados, surge una inquietante pregunta: ¿nuestra mente puede crear falsos recuerdos? Elizabeth Loftus, una matemática y psicóloga estadounidense ha dedicado su vida a investigar sobre esto.
Elizabeth Loftus es una famosa psicóloga oriunda de Estados Unidos que se ha dedicado a trabajar en el aspecto psicológico del derecho, ha participado en muchos juicios como perito de testimonios.
En la época en la que Elizabeth comenzó su investigación, la psicología cognitiva comenzaba a revelar nuevos hallazgos del funcionamiento de los procesos mentales, especialmente, la memoria, uno de los aspectos de cerebro que más interés generaba en la época.
En este artículo se plasman los aspectos más importantes de la investigación de Elizabeth Loftus, su teoría de la falsa memoria y su vida.
Biografía de Elizabeth Loftus
Elizabeth Loftus es una matemática, psicóloga y profesora norteamericana que ha desarrollado numerosos trabajos e investigaciones en el ámbito del funcionamiento de la memoria humana, concretamente cómo pueden modificados los recuerdos.
En 1966 obtuvo una licenciatura con honores en Matemáticas y Psicología de la Universidad de Los Ángeles. Posteriormente ingresó a la Universidad de Stanford, donde se doctoró en la misma área.
Nació el 16 de octubre de 1944 en Los Ángeles, California. Sus padres son Sidney y Rebecca Fishman, esta última falleció cuando Elizabeth tenía 14 años en un accidente por ahogamiento.
Este hecho conmocionó a la familia de Loftus y, al mismo tiempo, fue el hecho que generó los primeros intereses de Elizabeth en la memoria. Tras el accidente donde falleció su madre, Elizabeth no podía recordar mucho sobre este.
La relación de Elizabeth Loftus con el desarrollo de los recuerdos falsos
En el cumpleaños nº 44 de uno de sus tíos, un familiar le dijo a Elizabeth que ella había sido la primera en ver el cuerpo de su madre luego del accidente, su mente comenzó a recordar pequeñas cosas y ella se convenció de que era cierto.
Sin embargo, luego se confirmó que no había sido así, sino que, en realidad, Elizabeth vio el cuerpo de su madre luego de que una de sus tías lo encontrara.
Así, Elizabeth se comenzó a interesar por cómo podemos crear falsos recuerdos basados en afirmaciones de otras personas o influencia externa, y cómo eso puede influir en la memoria humana.
Su investigación y el trabajo a lo largo de su carrera se han enfocado en cómo la información se organiza de forma semántica y a lugar a la memoria de largo plazo.
El abuso y los recuerdos reprimidos
Su interés se incrementó más aún en los años 80, cuando comenzó a estudiar casos de abusos a menores y cómo funcionaba la memoria a largo plazo y los recuerdos reprimidos en estas situaciones.
Los hallazgos encontrados en su investigación hicieron que Loftus cuestionara la capacidad del ser humano para recuperar recuerdos e información de la memoria, especialmente cuando estos recuerdos han sido reprimidos por algún mecanismo del cerebro.
En un punto, Elizabeth pensó que su trabajo debía tener alguna relevancia social, por lo que decidió estudiar de forma empírica el testimonio de testigos en juicios basándose en el paradigma de la información engañosa.
Sus investigaciones sobre la memoria
Así comenzó a dirigir numerosas investigaciones sobe la memoria y la relación de esta con el grado de confiabilidad que puede tener el testimonio de un testigo en un juicio.
En este sentido, ha presentado numerosas pruebas de que las experiencias vividas se pueden ver alteradas en los recuerdos y parecer reales y fiables, especialmente en recuerdos de abuso sexual en la infancia que son recuperados más adelante.
Elizabeth ha sido consultada en cientos de casos como perito de testimonios, y ha escrito más de 20 libros y 500 artículos científicos sobre el tema de lo que ella denominó ‘falsa memoria’. Participó en casos relevantes de Estados Unidos como el O.J. Simpson y la guardería McMartin.
A pesar de que su carrera ha sido muy controvertida y objeto de rechazo y furia por algunos grupos, se le han adjudicado varios reconocimientos. En 1996 la American Psychological Foundation (Fundación Americana de Psicología) le otorgó el Gold Medal for Lifetime Achievement (Medalla de Oro por Logros de Vida).
En 2002 fue reconocida como una de las psicólogas más influyentes en la Lista de Psicología General de los 100 Investigadores más Influyentes del siglo XX, donde obtuvo el puesto 58º con el rango más alto de la lista.
Teoría de la falsa memoria
Por lo general, creemos que el cerebro funciona como un ordenador, como una máquina.
A partir de esto, resulta lógico creer que los recuerdos permanecen almacenados y aislados del resto de procesos neurales que se realizan en nuestra mente, justo hasta el momento en el que necesitamos recordar esa experiencia o conocimiento.
Entonces, se abre una especie de archivo del recuerdo tal cual estaba. Sin embargo, sabemos bien que los recuerdos no siempre son exactos, por lo que pueden ofrecer imágenes distorsionadas sobre el pasado.
Esto genera varias interrogantes: ¿los recuerdos permanecen intactos o se mezclan con otros al punto de modificarse? ¿Puede nuestra mente generar recuerdos falsos?
Elizabeth Loftus demostró que la respuesta para ambas preguntas puede ser ‘sí’.
El experimento de los coches
Uno de los experimentos más famosos realizados en la investigación de Loftus fue el del video de dos coches chocando, con él, la psicóloga pudo comprobar algo muy interesante.
Se reclutaban a algunos voluntarios y se les mostraba un video del choque entre dos vehículos. Luego, se les pedía a los voluntarios que relataran lo visto.
Sin embargo, se usaron frases concretas con los voluntarios. Con ciertos grupos de voluntarios, se cambió el adjetivo utilizado para describir el choque, podía cambiar entre las palabras ‘’contacted (contactado, hizo contacto) ‘’ ‘’hit (golpear, golpeado ‘’, ‘’collided (chocó) ‘’ o ‘’smashed (colocado) ‘’.
El resto de la frase era exactamente igual en todos los casos, se les pedía a los voluntarios que describieran lo que habían visto.
Elizabeth notó que, aunque todos vieron el mismo video, la descripción del recuerdo cambiaba según el adjetivo utilizado. Con los que se usó ‘’contacted’’ y ‘’hit’’, dijeron que la velocidad de los vehículos al momento de chocar era baja, mientras que los que escucharon ‘’collided’’ y ‘’smashed’’, describieron una velocidad mucho mayor.
Según la palabra utilizada, el recuerdo de los voluntarios variaba la intensidad del choque. Así, se concluyó que una sola palabra puede hacer que una persona evoque una escena considerablemente diferente a la realidad.
Experimento del centro comercial
Luego de haber comprobado que los recuerdos de una persona pueden ser modificados a través de un estímulo externo, Loftus decidió comprobar si se podían crear falsos recuerdos.
El proceso de selección de los voluntarios para este experimento fue algo más complicado porque se requería tener conocimiento de la infancia de estos, por lo que Elizabeth lo probó en amigos y familiares.
El experimento comenzaba narrando a los voluntarios cuatro anécdotas de su infancia, tres de ellas fueron reales, pero una fue totalmente inventada y no sucedió. Este recuerdo falso trataba de cómo los voluntarios se perdieron en un centro comercial en su infancia.
Algunos días después, en la segunda parte del experimento, se les preguntó a los voluntarios si recordaban las cuatro anécdotas. Al describirlas, una de las personas dijo recordar algo de cuando se perdió en el centro comercial, pero, además, cinco de los 24 participantes fallaron al indicar cuál de los recuerdos era el falso.
Es decir, que a cinco de los voluntarios se les logró introducir un falso recuerdo en su memoria.
Implicaciones de los experimentos realizados
Con estos experimentos se logró comprobar que, contrario a lo que creemos, los recuerdos no permanecen intactos:
Los recuerdos pueden haber sido alterados de forma intencionada usando preguntas específicas o información falsa, o a través de la sugestión de alguien confiable para la persona También pudo haber sido alterado por experiencias posteriores o por nuestras emociones.
Es posible introducir escenas ficticias en la mente de alguien y que las asuma como un recuerdo cuando en realidad nunca vivió tal cosa.
Esto tuvo fuertes implicaciones en el ámbito legal, el hecho de que los recuerdos puedan ser distorsionados sacudió violentamente el sistema judicial de todo el mundo ya que se comprobó que la información ofrecida por testigos no es necesariamente fiable. Así, se elevó la importancia de tener pruebas materiales en los casos.
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