Julius Bernstein se sentía altamente atraído por la neurobiología. Fue pionero en la experimentación de la conducción del impulso nervioso, así como la transmisión de la información que pasa por el sistema nervioso. Es el inventor del reótomo diferencial, que no es más que un dispositivo que es utilizado con la finalidad medir la velocidad en que se pueden transmitir los impulsos bioeléctricos.
Siendo hijo de afamados escritores políticos, tuvo gran posibilidad de abocarse de lleno a sus experimentos y ser el baluarte que, hoy en día, es considerado. Cuando apenas contaba con una corta edad, visitó el laboratorio del Instituto de Fisiología de la Universidad de Berlín, lo que lo dejó impresionado y lo motivo a estudiar medicina.
Julios Bernstein y su viaje en la investigación
Al culminar, viaja a Heidelberg, en donde es nombrado profesor de fisiología, además, director del Instituto de fisiología. En el año 1840 dio a conocer su primera publicación que lo catapultó a la fama como un profesional respetable.
Debido a lo empírico de las mediciones y la baja calidad de los aparatos especializados para tal hecho, no era posible tener claridad del proceso nervio muscular que ocurre en el cuerpo. Para dar respuesta a ello, entonces Julius Bernstein, creó un aparato más eficiente, al que denominó reótomo diferencial.
Con este dispositivo se podía determinar el curso temporal de la actividad eléctrica en el nervio o en el músculo. Se trataba de un galvanómetro, compuesto por una pieza central que se acciona con interruptores que ayudan a abrir o cerrar, los circuitos.
Cada circuito cumple una función, uno estimula eléctricamente una parte del músculo o nervio y el otro ayuda al muestreo. Su poca complejidad era fascinante, el interruptor permitía que el galvanómetro se comunicara con los electrodos que registraban los datos durante la fracción de milisegundos.
Para obtener los números exactos, Bernstein realizó varias mediciones aplicando estímulos repetitivos, para después sumar los registros. Con el pasar del tiempo, consiguió publicar lo que en tantos años había recopilado. Eran 240 páginas donde se plasmaron sus principales conclusiones.
Teoría de la membrana
En el año 1902 Bernstein de 64 años de edad, creó la Teoría de la membrana. Este aporte fue reconocido, como una excelente contribución a la fisiología. Concluyó, que las células excitables, se encontraban rodeadas de una sustancia permeable, llamada membrana junto a iones potasio en reposo.
En este estudio se refleja, que cada vez que existía un impulso de excitación, la permeabilidad de las membranas se incrementaba. Para llegar a esa conclusión, Julius Bernstein observó los músculos y nervios como cadenas de circuitos concentrados. Con esta investigación se dio una explicación fisicoquímica de los eventos bioeléctricos.
En laboratorio realizó múltiples investigaciones, con la finalidad de establecer sus mediciones. En una de ellas, puso una sección de músculo de rana en aceite y esta a su vez, en un vaso de vidrio. Luego, colocó electrodos humedecidos con solución salina. Al alterar la temperatura del recipiente, se podía verificar una corriente o fuerza electromotriz.
Toda su labor la llevó a cabo bajo estrictas mediciones y variados experimentos. Con toda la información registrada, publicó en un libro con información detallada que contiene diagramas y el esbozo de la teoría. También, publicó otras obras en las que se destacan:
- Los cinco sentidos de los humanos, 1875.
- La teoría mecánica de la vida, 1890.
- Fisiología del «organismo animal», en especial, 1894.
- libro sobre electro-biología, 1912.
Julius Bernstein como legado
Este investigador forma parte de un gran equipo de científicos que sintieron la necesidad de dar a conocer sus teorías. Puede que esta sea una de las más importantes, pero cada uno en su haber logró demostrar entereza y convicción en su trabajo.
No solo se sentía atraído por sus estudios, sino que también quiso dejar en sus conocimientos plasmados. Siendo un catedrático reconocido se mantuvo, hasta su muerte en la Universidad de Halle. Murió en el año 1917 a los 77 años, pero en el transcurso de su vida demostró la capacidad que tiene el ser humano de reinventarse.
No descanso, para asentar su hipótesis y demostrar la verdadera teoría de la membrana. En la actualidad, para todo aquel que incursione en el campo de la neurociencia, el nombre de Julius Bernstein, junto con sus demás colegas, son referencia obligada.
No solamente dejó una estela de conocimientos por sus estudios, sino que su hijo, Félix Bernstein, se consagró como un matemático reconocido, por desarrollar el teorema de la equivalencia de los conjuntos. Es fascinante ver lo que la mente del ser humano puede llegar a lograr con una gran motivación y el deseo de saber siempre un poco más de lo que se ve.
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