Biografía de Karen Horney: precursora del movimiento feminista en el psicoanálisis

Biografía de karen Horney

Karen Horney fue conocida como la precursora del movimiento feminista en el campo del psicoanálisis. Fue la primera psicoterapeuta en desarrollar una teoría psicológica que se adaptó a las características biológicas de las mujeres y puso a los humanos como el centro del psicoanálisis. Sus ensayos fueron recopilados en la publicación «La psicología femenina» (1967) provocando una gran controversia entre los psicoanalistas de la época.

Debido a su naturaleza controvertida, las ideas y contribuciones de Karen Horney han sido abandonadas por los psicólogos y psiquiatras de la época. Sin embargo, se utilizaron años más tarde para promover la igualdad de género durante el auge del movimiento feminista. Estos sucesos hacen que sea considerada una de las referencias del psicoanálisis del siglo XX.

Vida de Karen Horney

Karen Danielsen nació en los suburbios de Hamburgo, Alemania, el 16 de septiembre de 1885. Su padre fue Berndt Danielsen, capitán de ascendencia noruega, de personalidad muy estricta y creencias religiosas muy arraigadas. Su madre, Clotilde Ronzelen, era una joven alemana que contrajo matrimonio con Berndt Danielsen, siendo este diecinueve años mayor que ella. De este matrimonio, nace Berndt, y cuatro años mas tarde, Karen.

Formación

No fue fácil para Karen Danielsen el ingreso a la facultad. A pesar de contar con la inteligencia y curiosidad heredadas de su madre, las convicciones y puntos de vistas rígidos de su padre la obligaban a poner en duda sus decisiones. Gracias al impulso de su madre, quien marcó su vida significativamente, y al apoyo de su hermano Berndt, decidió enfrentar el ingreso a la Universidad de Friburgo para estudiar medicina en 1906.

En el año 1909 contrae matrimonio con el sociólogo y economista Oskar Horney, de quien toma el apellido y con el que tendría tres niñas. Dos años mas tarde, completa su carrera de medicina en Berlín.

Descubriendo el psicoanálisis

Fue el psicoanalista alemán Karl Abraham, uno de los mejores estudiantes de Sigmund Freud, quien introdujo a Karen Horney en el mundo del psicoanálisis. Karen fue paciente de Abraham por episodios depresivos durante un breve lapso de tiempo.

Luego de la muerte de sus padres hacia el año 1911, experimenta un empeoramiento en su salud mental por lo que acude nuevamente a su psicoanalista, y asiste a numerosas charlas y conferencias en la Sociedad Psicoanalítica de Berlin.

Llegado el año 1920 se convierte en fundadora del Instituto Psicoanalítico de Berlín, creado por la misma Sociedad Psicoanalítica. Seis años más tarde, se divorcia de su esposo Oskar Horney.

Emigración

En 1932, las corrientes antisemitas y nacional-socialistas que afligen a Europa cobran cada vez más importancia. Por otro lado, sus teorías sobre psicología adaptada a los rasgos femeninos comienzan a despertar sospechas de Sigmund Freud, que inicialmente no las respalda.

De esta manera acepta la propuesta de Franz Alexander y emigra a los Estados Unidos para ocupar el cargo de Directora Adjunta del Instituto Psicoanalítico de Chicago (formado recientemente).

Dos años más tarde, se mudó a Nueva York para unirse al Instituto Psicoanalítico de Nueva York. Allí tuvo un gran desempeño profesional, dando cursos sobre métodos clínicos y trabajando como psiquiatra voluntaria en la unidad solidaria de apoyo a los refugiados judíos. En el año 1941 consigue su propia organización de psicoanálisis con ideales distintos a los de las sociedades existentes.

Karen Horney fue decana del Instituto Americano de Psicoanálisis hasta su muerte en 1952, a los 67 años.

Evolución de la teoría

Los pensamientos de Horney están incrustados en el neofreudismo, una corriente psicológica y sociológica del siglo XX. Se encargan de extrapolar las teorías de la realidad de Sigmund Freud que rodean al individuo y consideran aspectos como la cultura o el género. Teniendo en cuenta esto, el trabajo teórico de Karen Horney se puede dividir en tres fases:

Primera fase: psicología femenina

Aunque el libro «Psicología femenina» se publicó póstumamente en 1967, los ensayos recopilados tuvieron lugar entre 1920 y 1930, período en el que se considera la primera fase. Las ideas expresadas en estos escritos causaron una gran controversia. Siendo Karen Horney una fiel seguidora de las teorías de Freud, comienza a refutar algunos enfoques de la doctrina del padre del psicoanálisis.

Puntualmente, Sigmund Freud introduce el concepto de «envidia del pene» durante el desarrollo psicosexual del niño, especialmente en la fase fálica. Según Horney, en esta teoría el clítoris femenino también esta pensado como un pene. La psicoanalista alemana sostiene que las mujeres tienen características biológicas diferentes a las de los hombres, y desarrolla el concepto de «envidia uterina».

Envidia del útero

Hace referencia a la total dependencia de los hombres a las mujeres. Esto sucede a partir del miedo de ser incapaces de desempeñar ciertos roles biológicos intrínsecos de las mujeres, como el caso de la maternidad (en el sentido del parto y la lactancia).

Karen Horney, aunque habla de un elemento biológico como el útero, relaciona aspectos culturales y sociales como el predominio social de un género sobre otro. El hombre tiene que diferenciarse en un nivel social en otros aspectos, ya que no puede superar a la mujer en un nivel biológico.

Segunda fase: sobre la neurosis

Esta segunda fase suele identificarse con la publicación de su obra «La personalidad neurótica de nuestro tiempo» (1937). En esta etapa, deja de lado las teorías centradas en las mujeres y explora los aspectos psicológicos que conducen a las crisis en ambos sexos.

En esos años, Karen Horney se convierte en parte de la «Escuela Cultural» junto con otros especialistas como Erich Fromm, Harry Stack Sullivan, Clara Thompson y Abram Kardiner. Según los psicoanalistas, son las circunstancias sociales las que provocan la neurosis. Estos factores culturales y sociales, especialmente la familia, obstaculizan el libre desarrollo del niño y desencadenan ansiedad y temor.

Esta preocupación del niño fue definida por Horney como el miedo a sentirse solo e indefenso frente a un mundo hostil. Este temor, en lugar de apoyar una mejor relación con los demás individuos en el entorno del niño, hace que desarrollen conductas defensivas que complican las relaciones sociales.

Toda esta teoría se encuentra en el primer libro, el cual promovió la figura de Karen Horney entre los círculos de psicoanalistas de todo el mundo.

El segundo libro más importante en esta fase, «Nuevos caminos en el psicoanálisis», es una crítica de la teoría del psicoanálisis de Freud, ya que Horney pensó que no ofrecía soluciones a algunas terapias para pacientes.

Tercera fase: madurez

Mientras Horney continúa su teoría de la neurosis, en esta fase, se enfoca en las respuestas que el individuo da a los demás cuando siente el temor de estar solo en el mundo de las relaciones interpersonales.

Dependiendo del tipo de acción o solución utilizada para resolver el conflicto, algunos rasgos de la personalidad pueden estar involucrados. Estas estrategias de defensa del individuo se desarrollan en dos trabajos: «Nuestros conflictos internos» (1945) y «Neurosis y crecimiento humano» (1950).

En estas obras, Karen Horney confirma que las personas pueden actuar de manera diferente en sus relaciones interpersonales debido a la neurosis o al sentirse indefensos. Pueden acercarse a los demás, alejarse o enfrentarse. Sobre la base de este principio, se especifican tres acciones propias (estrategias) del individuo:

Estrategia sumisa (solución de autodestrucción)

Este mecanismo de defensa se basa en las siguientes consideraciones: si me someto a otros y no busco mi propio éxito, nadie puede hacerme daño. Se enfrentan al miedo a través de estrategias para obtener la aprobación de los demás. Se establece una relación de dependencia con quienes los rodean.

Estrategia expansiva

Es la solución opuesta a la anterior. Tienes que lograr un cierto éxito social para hacer frente a los temores. Hay tres subespecies en una estrategia de este tipo:

  • Narcisismo: son personas que se admiran y creen que nadie puede vencerlos. Su preocupación o inseguridad se manifiesta cuando necesitan que otros validen sus habilidades y buenas cualidades. En cuanto a las creencias de estos individuos, creen que si viven en sus sueños y se centran en sí mismos, lograrán sus objetivos. Si esto no sucede, se producirá un colapso que les impide ver la realidad.
  • Perfeccionista: estas personas desarrollan valores y comportamientos que se identifican con el ser de una buena persona. Creen que son superiores a los demás y creen que todos deben actuar como ellos. Creen que si tratan a las personas como piensan que deberían ser tratadas, serán tratadas de la misma manera. Cuando se cuestiona un error, sus principios desarrollan una situación de impotencia y auto-odio.
  • Arrogante: las personas que forman parte de este subgrupo, por lo general, han sido tratadas injustamente en su infancia y están tratando de remediar este daño en el presente. Intentan lograr sus logros manipulando a otros. No creen en la moral tradicional. Cuando se derrumban reiteradas veces, pueden comenzar a aceptar estrategias sumisas.

Estrategia resignada

Las personas que adoptan esta estrategia aman la libertad, la paz y son autosuficientes. Comienzan con la idea de que si no necesitan o buscan el éxito de otros, no fallarán o tendrán que temer algo. Si no esperas nada, nada te decepcionará.

En el libro «Neurosis and Human Growth» , Karen Horney se centra en los mecanismos de defensa internos en lugar de los mecanismos de defensa interpersonales. En este sentido, un nuevo concepto se define a sí mismo: el «sistema de orgullo», en el que las personas ocultan sus sentimientos de debilidad e idealizan su propia imagen.

Esta idealización le dará al individuo una sensación falsa de bienestar, ya que por lo general aumenta los conflictos internos y genera un desprecio por la propia identidad.