Biografía del psicólogo y filósofo estadounidense William James

Biografía de William James

En el siguiente artículo nos adentraremos en la vida de uno de los psicólogos mas importantes de la historia: William James. Es considerado el padre de la psicología moderna y el principal pionero de la psicología americana. Además realizó incontables aportes al mundo de la filosofía. Es reconocido por su dedicación al estudio de uno de los conceptos más intrigantes de la mente: La consciencia.

Biografía de William James

William James nació el 11 de enero de 1842 en una rica y numerosa familia de inmigrantes irlandeses, en New York.

Familia

Su padre, el señor Henry James, era un hombre muy inconstante, atraído por la teología del místico cristiano Emanuel Swedenborg. Al mismo tiempo, expresaba un gran disgusto por todos los eclesiásticos, a quienes trató siempre con gran desprecio e ironía. Tanto su vida física como espiritual estuvieron marcadas por una gran inquietud y muchas peregrinaciones a Europa. Esto influyó en los estudios y la personalidad de sus hijos. Con su esposa Mary, Henry tuvo cinco hijos, de los cuales el mayor fue William.

Más tarde, la pareja tuvo otros cuatro hijos, entre ellos Henry James Jr., un famoso novelista, autor de Retrato de una dama en el año 1881. Alice, su otra hija, obtuvo también un éxito póstumo con la publicación de sus diarios.

La familia James era bastante rica y Henry padre decidió invertir esta disponibilidad económica en la educación cultural de sus hijos. Los hizo estudiar en las mejores escuelas y viajar mucho a Europa (donde la familia residió durante varios años). Allí asistieron a menudo a teatros, museos, y conferencias.

Henry James padre no quería que sus hijos adoptaran los hábitos extravagantes y arrogantes de los jóvenes estadounidenses. Acercarlos a la cultura europea era, en su opinión, una manera de mantener a los niños fuera de las tentaciones de la vida y el consumismo estadounidense.

Los hábitos adquiridos por William James al tratar a diario con las opiniones de su padre, fueron sin duda la base de una extraordinaria simpatía. Al mismo tiempo mostraba una faceta muy crítica al tratar con las opiniones de los demás.

Formación de William James

Cuando era niño, William decidió dedicarse a la vida artística, y para ello siguió un curso con Hunt, pintor dedicado a temáticas religiosas. Su padre no estaba entusiasmado con la elección de su hijo, y debido a ello William abandonó esta idea y se inscribió en el Universidad de Harvard, para estudiar química.

En el período de la Guerra Civil Americana, estuvieron involucrados dos de los hermanos James, excepto William y Henry Jr., por razones de salud. William sufrió de lo que en ese momento se diagnosticó como «neurastenia» (estado de debilidad y fatiga crónica, ansiedad, fobias) y depresión.

Por una serie de razones, incluidas las económicas, William pensó que sería económicamente más ventajoso para él, graduarse en medicina en lugar que química. De este modo cambió de facultad hacia el año 1864. Sin embargo, en Medicina no estaba bien, por lo que decidió hacer un viaje a la Amazonía con un eminente naturalista de Harvard, Louis Agassiz, en busca de especímenes de animales aún desconocidos. Aunque disfrutó mucho en un comienzo, a medida que pasaban los días, el entusiasmo disminuyó.

William no podía soportar estar lejos de su familia y sus amigos. Estos sentimientos de distancia y soledad exacerbaron sus experiencias depresivas. Por eso prefirió volver a casa y a la universidad.

Los problemas de salud no cesaron y William comenzó en ese momento a manifestar tendencias e intenciones suicidas. En estas condiciones de salud y con el estado de ánimo en el suelo, finalmente decidió pasar un período en Europa, en Francia y en Alemania, para encontrar un equilibrio. Estos sucesos ocurrieron entre 1867 y 1868; hacia el final de ese último año, asistió a las conferencias de Helmholtz en Alemania escuchando, por primera vez, sobre una nueva disciplina, la psicología.

Inicio de su carrera definitiva

De vuelta en América, se graduó en medicina en Harvard en 1869. Hasta 1872 vivió en un estado de semi-discapacidad en la casa de su padre, haciendo nada más que leer y escribir revisiones ocasionales.

Al comienzo de este período también experimentó alucinaciones y ataques de pánico, que se agudizaron después de la muerte de su novia. William temía en ese momento que la ansiedad y la depresión representaran una suerte de destino biológico, desde el cual sería imposible liberarse.

En 1870 llegó al punto de inflexión: después de leer un libro de Charles Renouvier, William se convenció de que se podía hacer algo para cambiar su destino. A través del libre albedrío ya no tendría que considerarse esclavo de un destino biológico.

Sus descubrimientos revolucionarios en psicología y filosofía, así como sus puntos de vista sobre los métodos de la ciencia, parecen haber recibido una propulsión a partir de esta crisis existencial.

James y su interés por la psicología

En 1872 comenzó su desempeño en la Universidad de Harvard, primero como instructor y luego, desde 1876, como profesor asistente de psicología fisiológica.

En el año 1878 se casó, a sus 36 años, con Alice Gibbens, maestra en Boston y pianista experta. Fue un matrimonio feliz y la pareja tuvo cinco hijos. A partir de ese momento, William logró un mayor equilibrio y comenzó a dedicarse a su trabajo con creciente interés y energía.

En 1885 se convirtió en profesor de filosofía y, desde 1890 , asumió el cargo de profesor de psicología. Como él declaró, las lecciones que les dio a sus estudiantes fueron las primeras de psicología a las que asistió, ya que el tema aún era desconocido en los Estados Unidos.

Durante el mismo año publicó «Los principios de la psicología»: una obra monumental en dos grandes volúmenes. El libro habla de hábitos, percepciones, asociaciones, memoria, razonamiento lógico, instintos, emociones, imaginación e hipnotismo.

Uno de los conceptos más significativos del libro es el «flujo de pensamiento». En el capítulo décimo, James presenta el concepto del Yo empírico, articulado en un Yo material (el propio cuerpo, los padres, el hogar), el Sí mismo social (como lo ven otros) y el Yo espiritual (el propio ser interno, las habilidades personales, etc.).

El libro fue un gran éxito, aunque muchos lectores lo consideraron demasiado autorreferencial. Sus alumnos describieron a William como un maestro riguroso, pero a la vez dinámico y brillante.

En 1892, James dio una serie de conferencias de psicología dirigidas a profesores de la Universidad de Cambridge. Allí explicó a los maestros que tenían el futuro de su país en sus manos, pero que cometerían un grave error si pensaran que podían aprender un método válido de enseñanza de la psicología. La psicología, añadió, es una ciencia, mientras que la enseñanza es un arte.

Un año de equilibrio

William decidió posteriormente dedicarse a viajar por Europa como lo hizo con su padre y enseñar a sus hijos. Por lo tanto, se tomó un año libre de Harvard y llevó a su familia a Florencia, donde matriculó a sus niños en la escuela de inglés.

Al regresar a Estados Unidos, la política lo fascinaba más que la psicología. Ahora se encontraba más interesado en temas filosóficos, éticos y espirituales.

James siguió siendo miembro tanto de la American Philosophical Association como de la American Psychological Association, de la que también fue presidente. En 1894 fue uno de los primeros estadounidenses en interesarse por el trabajo de Sigmund Freud, a quien conoció personalmente en 1909 en la Universidad de Clark, donde daría una serie de conferencias.

Problemas de salud y convalecencia en Europa

Debido a problemas vasculares recurrentes, James saludó el nuevo siglo con una convalecencia en Europa. En la época en que vivió en Hamburgo solo caminaba unos pocos pasos, sintiendo mucho dolor en sus piernas. Tampoco pudo concentrarse en su trabajo por lo que estaba particularmente irritable y deprimido.

William James y su interés en la religión

En este punto, sus intereses se dirigieron a la teología: lo que más le interesaba ahora era la naturaleza y la existencia de Dios, la inmortalidad del alma, el libre albedrío y el determinismo. Estas opiniones se expusieron en el período comprendido entre 1893 y 1903 en varios ensayos y conferencias, que luego se recopilaron en obras. La más notable fue «La voluntad de creer y otros ensayos sobre la filosofía popular» de 1897.

En 1902 publicó «Variedad de experiencias religiosas«, basadas en conferencias celebradas en Escocia. El autor describe algunas de sus investigaciones psicológicas sobre la fenomenología de tales experiencias y, en particular, sobre la distinción del misticismo. La publicación de su libro fue la culminación del interés en la psicología de la religión.

Interés de James en la filosofía

En este punto, James dirigió explícitamente su atención a los problemas filosóficos que habían estado presentes de manera marginal al abordar sus otros intereses. Ya en 1898, en una conferencia celebrada en la Universidad de California sobre conceptos filosóficos y resultados prácticos, formuló por primera vez la teoría del método conocido como pragmatismo.

De vuelta en América, en 1904, reanudó su activismo social, pero comenzó a sentirse ya no muy satisfecho con su trabajo y sus libros, que creía que estaban escritos en un estilo demasiado popular, por lo que sus ideas se interpretaron de manera distorsionada y se mal utilizaron.

En 1906 , James fue invitado a dar una conferencia en la Universidad de Stanford, California, y allí experimentó el terremoto que casi destruyó San Francisco. El mismo año celebró las Lowell Lectures en Boston, más tarde publicadas en el libro «Pragmatismo: un nuevo nombre para las viejas formas de pensar» (1907).

Luego aparecieron varios artículos: «¿Existe la conciencia?«, «La cosa y sus relaciones«, «La experiencia de la actividad» en el Journal of Philosophy. Estos fueron ensayos sobre el método empírico y pragmático, que se recopilaron después de la muerte de James y se publicaron como «Essays in Radical Empiricism» en 1912.

En el año 1907 James realizó su último curso en Harvard. Ya casi era un profeta: las aulas estaban abarrotadas el último día como el primero, con personas que no podían entrar y se quedaron afuera. Mientras tanto, a pesar de los crecientes problemas físicos, continuó trabajando en material que se publicó parcialmente después de su muerte con el título «Algunos problemas de la filosofía» (1911). También recogió sus piezas ocasionales en la polémica sobre el pragmatismo y las publicó como «El significado de la verdad» (1909).

El pragmatismo de William James

Para el filósofo el pragmatismo no era tanto una filosofía, sino un método, para llegar al significado y la verdad de las ideas.

James tomó las ideas expresadas por Charles Sanders Peirce en 1878, en un artículo titulado: «Cómo aclarar nuestras ideas». William se enfocó en particular en la teoría «pragmática» de la verdad, en oposición a la «voluntad de creer». Mientras que el primero se refiere al campo de lo verificable, el segundo se refiere a las experiencias que trascienden este campo.

Cuando un hombre se pregunta a sí mismo, por ejemplo, ¿Vale la pena vivir?, para William James, tiene el derecho de elegir libremente su fe, de acuerdo con sus necesidades personales más íntimas. Este derecho se basa en la imposibilidad de evitar la elección y en el principio de que la fe puede crear su propia verificación (La voluntad de creer, 1897).

Sobre esta base, James elaboró la hipótesis ético-religiosa de lo mejor, basándose en la afirmación de que hay un bien en el universo y que puede desarrollarse sistemáticamente hasta la realización del Bien Supremo. Esta hipótesis implica pluralismo e indeterminismo.

Según el pragmatismo, la verdad de una idea no puede ser probada. En su enfoque, James lo llamó «valor en efectivo». Una idea es válida si tiene una relación con la realidad, si aporta beneficios tangibles, si es funcional a la vida de uno.

Ultimas consideraciones y fallecimiento

Fue en 1907 cuando se retiró definitivamente de la docencia académica. Dos años mas tarde los problemas cardíacos se agudizaron y el estado de estrés aumentó, también como resultado de la mala recepción que recibió su último libro, «Un universo pluralista», con muchas críticas negativas, incluida la del joven matemático Bertrand Russel.

El psicólogo, ahora con sesenta y siete años, profundizó en este libro el sentido de lo divino, llegando a la conclusión de la finitud de Dios: un Dios que ya no es omnipotente, sino que tiene funciones, espacios y tiempos similares a los humanos.

El 8 de julio de 1909, James dejó a la comunidad científica estupefacto cuando anunció que se había comunicado con el espíritu de Richard Hodgson, una comunicación que transcribió en unas cien páginas. En 1910 todavía estaba en Europa intentando recuperarse de los problemas de salud en los baños termales de Nauheim.

Al regresar a su casa de campo en Chocoura, New Hampshire, murió un 26 de agosto en los brazos de su esposa, a los 68 años. La autopsia reveló como causa de muerte, un compromiso agudo cardiovascular.