3 trampas emocionales que otros usan para controlarnos

Las trampas emocionales para controlarnos

Es válido mencionar que el control emocional, muchas veces es ejercido de forma involuntaria, y no es precisamente controlar al otro la finalidad de los mismos, sino más bien esto refleja una respuesta aprendida a lo largo de muchos años.

Las tres trampas emocionales

¿Cuáles son los tres errores comunes que pueden limitar nuestra libertad emocional, y que por lo general son emitidos por personas de nuestro entorno más cercano?

1. El falso dilema

En el mundo occidental, a menudo caemos en este dualismo divisivo, al ver nuestras opciones limitadas a un fin u otro: todo o nada, correcto o incorrecto, a tu manera o a la mía. Esto reduce nuestras opciones a solo dos mientras vivimos en un universo multifacético. Muy a menudo la gente lo usa para manipularnos, para atraparnos al elegir uno de los dos extremos.

2. Acusaciones y humillaciones

La gente también puede intentar controlarnos maldiciéndonos, usando la culpa para manipularnos. «Mi novio me llamó «egoísta» porque no hice lo que él quería que hiciera».

Como señaló el psicólogo George Simon (2010), las personas a las que él llama «atacantes en secreto» tratan de controlarnos con vergüenza y culpa.

Caemos en esta trampa cuando hacemos lo que ellos quieren porque no queremos avergonzarnos de ser «egoístas» o de ser colocados en otra categoría negativa. Si eres capaz de darte cuenta de lo que los otros están tratando de hacer, ganarás más libertad emocional.

3. Imponer su propósito a los demás

Cada uno de nosotros tiene su propio propósito, pero a menudo la gente intenta controlarnos imponiendo el suyo, diciéndonos cuál debería ser nuestro propósito.

A menudo los estudiantes con problemas intentan ser moldearlos por sus padres, basándose en su propia idea de éxito, eligiendo sus especializaciones y obligándolos a ignorar sus propias necesidades para cumplir con las expectativas de ellos mismos.

Por el contrario, los estudios en psicología positiva nos dicen que para «florecer» debemos encontrar nuestra propia fuente de significado y propósito (Dreher, 2008; Maslow, 1991; Seligman, 2004)

Necesitas hacerte consciente de lo que sucede para poder cambiar

La conciencia es el primer paso para cualquier cambio duradero de comportamiento. Ahora que conoce estos escollos, la próxima vez que alguien use uno de ellos para descarrilarte, respira hondo para evitar reaccionar imprudentemente, o evitar las reacciones en automático.

A continuación, sintoniza tus emociones, que son vitales para llevar una vida más saludable y productiva. Necesitas darte permiso para sentir.

A medida que comprendas mejor tus sentimientos y necesidades, será menos probable que caigas en las trampas emocionales de los demás y pueda descubrir nuevas opciones y posibilidades para tu vida.