¿Por qué los psicólogos también van a terapia?

Un psicólogo en terapia psicológico

¿Los psicólogos son seres excepcionales o humanos como todos los demás? Obviamente, necesitan de la terapia tanto como cualquier otra persona. Veamos las causas

Los psicólogos son profesionales con la formación y la preparación necesarias para ayudar a las personas con sus problemas o trastornos mentales. Por principio y por razones de salud, deben ser imparciales y no involucrarse emocionalmente en el tratamiento de sus pacientes. Sin embargo, también son humanos y, susceptibles de cometer errores. E incluso, en ocasiones, necesitan de la misma asistencia que día a día ofrecen a otros. ¿Debemos considerar esta actitud como una falla?

¿Podemos pensar que someterse a terapia es falta de profesionalidad por parte de un psicólogo? De ninguna manera, deberíamos verlo más bien como un aval. Su confianza en los procedimientos terapéuticos es tal, que está dispuesto a someterse a los mismos, en aras de su propio bienestar. Además, sin duda, se trata de seres humanos con las mismas fallas, temores, aprehensiones y necesidades de los demás. Juzgarlos por ello, sería como pensar que un médico nunca puede enfermarse.

Estos profesionales de la salud mental, tratan a diario con personas que sufren de diversas afecciones. Entre ellas: baja autoestima, rencor, depresión, fobias, ansiedad, estrés, temor, etc. Y toda esa acumulación, llega un momento que les afecta en lo personal. Entonces, para poder seguir siendo efectivos en su labor, necesitan curarse o limpiarse a si mismos. Y en ese orden de ideas, deben pedir la ayuda a un colega, especializado en el área que les está afectando.

Los psicólogos no son superhéroes

Existen muchos mitos alrededor de la psicología; así, hay gente que piensa que los psicólogos sufren de locura. Otros tienden a creer, que se trata de personas que no pueden sufrir de esta clase de trastornos. En ambos casos, olvidan que la psicología no es solo para los “locos” y que todos nos vemos sometidos a las mismas presiones y demandas a diario. Los sentimientos y las emociones, los pensamientos y las conductas asumidas ante una situación, nos identifican como seres humanos.

Por tanto, los psicólogos también requieren de motivación para levantarse a trabajar cada día, tienen defectos que quieren corregir y poseen fortalezas que desean explotar. Además, pueden experimentar dificultades para enfrentar problemas económicos, familiares, de salud, etc. En definitiva, ellos no están exentos de padecer de sesgos, trastornos y apuros que la psicología ha demostrado que puede ayudar a paliar.

La terapia psicológica es útil también para que los psicólogos:

  • Alcancen su máximo potencial personal y profesional.
  • Comprendan mejor su propia naturaleza.
  • Analicen su inconsciente y la manifestación de conductas sorpresivas.
  • Logren mejorar sus procesos de gestión emocional.
  • Aumenten su bienestar.
  • Dispongan de un confidente al cual confesarle sus angustias y preocupaciones.
  • Reciban asesoramiento técnico profesional.
  • Conozcan técnicas para la resolución de conflictos.
  • Se familiaricen con otras opiniones y puntos de vista.
  • Se empoderen.

Nadie puede resolver solo todos sus problemas

Y los psicólogos no son una excepción. Aunque posean la formación para tratar algunos aspectos, es factible que haya otros que sin ayuda no puedan asumir. Por diferentes motivos: 

  • Objetividad. Es realmente complicado ser reo y juez, al mismo tiempo, en un juicio. De igual modo, no es fácil ser el terapeuta y el objeto del análisis de manera simultánea.
  • Circunstancias. Estas podrían impedirle la intervención en su propia psiquis, de acuerdo con el conocimiento que se posea.
  • Especialización. La psicología es una ciencia muy amplia y el psicólogo en cuestión, podría requerir apoyo y soporte en un área distinta a la de su especialización.

De modo que, la terapia ayuda a los psicólogos a ser inclusos mejores profesionales. Sin mencionar los casos en los que ha habido transferencia. Es decir, el terapeuta ha desarrollado emociones o sentimientos hacia uno de sus pacientes; ya sea, de amor, indiferencia, desagrado u odio. O alguna experiencia vivida por estos, resuena en su interior. Es entonces, cuando necesita ser intervenido, para poder continuar, imparcialmente, ayudando a otros. 

Adicionalmente, que los psicólogos hagan sesiones de terapia, como pacientes les beneficia de distintas formas. Mejoran su gestión emocional interna y liberan tensiones acumuladas con aquellas personas que requieren de sus servicios. Aumentan el conocimiento que tienen de si mismos y crecen como profesionales al servicio de la salud. Enfrentan los problemas en la medida en que surgen y contribuyen de una manera positiva con el entorno en el cual se desenvuelven. Por último, complementan la formación teórica recibida durante sus estudios universitarios.

En conclusión, los psicólogos no solo necesitan de la terapia; además, es recomendable que periódicamente se sometan a ella. Esta es una forma de limpiar sus mentes de residuos dejados por sus pacientes y de sus propios temores o problemas.

Del mismo modo, ellos están familiarizados con la efectividad y los beneficios de esta herramienta. Y saben, que cuidar la salud mental es fundamental para alcanzar el bienestar y la felicidad.