Lo que la gente considera manipulación podría definirse de manera diferente caso por caso. Pero generalmente el principal objetivo de un manipulador es hacer que su víctima se sienta seriamente incómoda si no sigue su voluntad. Los diferentes “ingredientes” de la manipulación incluyen culpa, vergüenza o ansiedad.
La manipulación tiene una agenda oculta frente a la comunicación directa. Tiene que ser encubierta porque sirve al interés del manipulador en oposición directa a los deseos de la víctima.
Las herramientas más comunes de los manipuladores
El manipulador puede hacer que la víctima se sienta culpable, avergonzada o preocupada mediante declaraciones verbales o preguntas. Que pueden darse en forma de pistas, historias y comparaciones. Suele expresarse por el tono de voz, la expresión facial o el gesto.
1. Hacer que la víctima se sienta culpable
Los “viajes de culpa” pueden presentarse de muchas formas: “Si fueras un buen novio/amigo, harías tal cosa…” “Si me amaras, harías esto por mi” “Si tan solo supieras por lo que he pasado…” Estas frases naturalmente implican que si no haces lo que se te pide, no eres bueno (esposa, esposo, padre o hijo) o significa que no amas lo suficiente.
Un viaje de culpa también puede derivar de una situación. Desafortunadamente, los niños aprenden a usarlo muy rápido. Por ejemplo, una madre recién separada tuvo dificultades para disciplinar a su hija. En el momento en que empieza a regañar a su hijo por una mala conducta; este empieza a llorar porque extraña a su padre. Provoca culpa en la madre, y detiene la acción disciplinaria, además de que recibe consuelo.
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Qué hacer al respecto:
No cedas incluso cuando te resulte difícil no sentirte culpable. Sé firme con lo que quieres lograr y hazlo de todos modos. Puedes acompañar tu decisión con comentarios como: “Lamento que te sientas así”.
(Nota: puedes sentirte culpable, pero no tienes que asumir toda la responsabilidad por la situación. Hacer que te sientas culpable no se basa necesariamente en la «verdad», sino que se crea para cumplir con la agenda oculta).
2. Pasivo agresividad y tratamiento silencioso
El “tratamiento silencioso” funciona evitar la comunicación, la emoción y, finalmente, el sexo con la víctima hasta que cumpla con la demanda del manipulador. En esencia, es controlar el comportamiento de la pareja por el miedo: miedo a la desconexión, miedo al rechazo, miedo al abandono.
Qué hacer al respecto:
No muestres tu miedo y no implores por comunicación. Responde de manera neutral y relajada: “Veo que no deseas comunicarte conmigo en este momento. Voy a cuidar un poco el jardín (leer, trabajar en mi proyecto…). Por favor, dime cuando estes dispuesto a comunicarte conmigo nuevamente”.
3. Amenazas
Esta categoría es bien conocida por los casos de violencia doméstica e incluso por algunos delitos célebres: “Te haré daño si no haces lo que te digo”. Esto ocasiona que operes en constante miedo de cuestionar los deseos del manipulador. Puede ser un chantaje para destruir algo importante para ti: carrera, relación o reputación.
Qué hacer al respecto:
Si estás en peligro físico, escape, busca ayuda externa inmediatamente.
Advertencia: cuanto más cedas, es menos probable que el manipulador se detenga.
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4. Ataques a la autoestima de la víctima
Menosprecios, etiquetas, juicios o desprecio: tal vez un simple gesto con los ojos te haga sentir inferior. Estas formas de comunicación critican duramente tu persona. No tiene que ser completamente sencillo; podría ser un comentario sucio como: «Solo ‘ese tipo de chicas’ usan lápiz labial a la luz del día». Sabes que esta es una forma encubierta de buscar insultarte.
Al sentirte menospreciado y avergonzado, haces lo que el manipulador espera que hagas para evitar un trato similar, irrespetuoso. Este tratamiento socava profundamente la autoestima.
Qué hacer al respecto:
En primer lugar, no te lo tomes en serio; es solo una herramienta para controlarte. Incluso tu manipulador no cree todo lo que dice de ti.
Segundo: ¡Nunca permitas que nadie te falte al respeto! Cada vez que recibas un comentario como este, responde con voz tranquila pero firme: «No voy a aceptar que me hables así».
Tercero: Haz lo que creas que es lo correcto independientemente de la opinión de los demás.
5. Críticas excesivas
En algunas circunstancias, la crítica puede ser útil. Sin embargo, esto suele ocurrir mucho menos de lo que la gente suele pensar. Reforzar el comportamiento deseado es mucho más fructífero que señalar los errores.
La mayoría de las veces, la crítica es un medio para controlar el comportamiento del otro al debilitar su confianza y seguridad en sí mismo. Las personas que son constantemente criticadas se sienten inferiores; se dejan controlar para evitar las críticas.
Qué hacer al respecto:
Paradójicamente, si les pides más críticas (más detalles o algo más que no les guste de ti), se agotarán antes que si discutes con ellos. Estar en modo defensivo es aceite en el fuego: están ansiosos por demostrar que estás equivocado.
6. Competitividad tóxica
«¿Quién se vestirá primero esta mañana?» “Quien traiga a casa mejores calificaciones podrá jugar los juegos nuevos”. “¿Con quién pasarás las fiestas, conmigo o con tus padres?” Desafortunadamente, muchos padres usan esta táctica porque facilita la crianza de los hijos. Pero donde reina la competencia, siempre hay un perdedor.
Qué hacer al respecto:
Siempre hay una manera de cooperar y negociar. Organiza la situación de manera diferente, establece los objetivos de manera diferente y descubre y planea diferentes «juegos». – En lugar de “¿Quién será el primero hoy? –decir: “Por favor, ayúdense unos a otros para estar listos a tiempo”.
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