Misofonía – Cuando no puedes soportar a los que hacen ruido en la mesa

Misofonía y cuando es insoportable escuchar a otros haciendo ruido mientras comen

¿No puedes soportar el ruido de alguien que está comiendo a tu lado? Es probable que sufras de misofonía, que es el trastorno que causa que algunos sonidos creen una angustia psicológica real.

Tal vez algunos de ustedes estuvieron cenando con sus amigos o familiares y de repente, en lugar de disfrutar la comida y la compañía, se detuvieron en el ruido que hace la boca de algún comensal mientras consumen y mastican alimentos. Esta situación, en algunos casos, puede transformar un momento agradable en una verdadera prueba audible.

¿Qué es la misofonía?

Esta es la definición de misofonía, literalmente «aversión al sonido«, la cual se ha incluido en la familia de los trastornos de ansiedad, en los que la irritación y el nerviosismo se deben a pequeños detalles, entre los más frecuentes, el ruido de masticación y deglución.

Las consecuencias que genera este trastorno pueden ser la pérdida de concentración, el disgusto, los disparos de ira, pero también los sentimientos reales de resentimiento y odio hacia la persona que hace ruido mientras come. A menudo, el paciente elige abandonar la mesa o procura comer solo.

Este trastorno neuro-psicológico es bastante común, pero muy poco diagnosticado. Por supuesto, a todos les puede pasar la molestia de alguien que come demasiado fuerte, pero esto está en el límite de la normalidad hasta que afecta la vida cotidiana, arruinando la vida social en algunos casos, como suele suceder en el caso de la misofonía.

El origen del trastorno y el tratamiento de la misofonía

La salud mental varía según las reacciones bioquímicas que tienen lugar en nuestro cerebro, donde los neurotransmisores se sintetizan y procesan continuamente. Entre estos, la serotonina y la dopamina a veces están presentes en cantidades demasiado grandes o demasiado pequeñas, y estas variaciones pueden ser una fuente de problemas, incluida la misofonía.

Existe un estudio, realizado hace unos años en el que se han logrado avances significativos en el conocimiento de este trastorno. Investigadores de San Diego (California), de hecho, han descubierto que los sonidos particulares, como el de la masticación, en algunas personas desencadenan las llamadas reacciones de lucha o huida, es decir, aquellas en las que el cuerpo se prepara para reaccionar ante el peligro.

Produce adrenalina y cortisol que aumentan la frecuencia cardíaca, la respiración y el tono muscular para ayudar a enfrentar la situación lo mejor posible, huyendo o reaccionando con fuerza.

En otra investigación, publicada en Current Biology¹, algunos investigadores han llegado a más o menos el mismo resultado: escuchar los ruidos de las personas que mastican causó que las personas misofónicas vieran un aumento en la frecuencia cardíaca y la conductancia de la piel (es decir, la variación de resistencia eléctrica de la piel), siempre típica de las reacciones de lucha o huida.

Cómo se puede tratar la misofonía

A menudo, en el caso de la misofonía diagnosticada, el médico prescribe medicamentos cuya tarea es precisamente regular los niveles de los neurotransmisores, principalmente la serotonina, pero la intervención terapéutica debe tomarse en consideración en varios niveles.

El psicólogo francés Jérôme Palazzolo está convencido, por ejemplo, de que puede ser particularmente útil para quienes padecen este trastorno emprender un curso de terapia cognitivo-conductual que le permita a la persona lidiar mejor con los síntomas que aparecen en presencia de ruidos fuertes.

El objetivo es ‘desaprender’ los comportamientos que dificultan y en su lugar adoptar aquellos que permiten una vida social positiva a partir de la conciencia de los pensamientos, sentimientos y el mundo interior.

Nos centramos, por ejemplo, en analizar cuáles son las reacciones corporales que causan la situación estresante, como las circunstancias en que los síntomas aparecieron por primera vez y cuáles son las consecuencias familiares, sociales y profesionales de la presencia de este problema.

La misofonía no figura en ninguna clasificación neurológica o psiquiátrica de los trastornos; los pacientes no lo reportan por temor al estigma que esto podría causar, y los médicos generalmente no son conscientes del trastorno.

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  1. Olana Tansley-Hancock William Sedley Phillip E. Gander. (2017). The Brain Basis for Misophonia. 2019, de Current Biology Sitio web: https://www.cell.com/current-biology/fulltext/S0960-9822(16)31530-5

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