¿Cómo son los niños criados por padres invalidantes?

Un niño que siente miedo por su mala educación y los padres invalidantes que lo han criado

Los padres invalidantes asumen el rol de autoridad tan seriamente que afectan la personalidad de los pequeños. ¿Sabías que esto es muy común?

Los padres invalidantes suelen minimizar el sentir, actuar y pensar de los niños considerando que por su corta edad no tienen la capacidad de discernir acerca de las circunstancias o habilidades propias de los mismos. Es una barrera psicológica que los tiene atados al fracaso.

La invalidación psicológica es un fenómeno, que en muchos casos, se hace inconscientemente. Esta conducta puede ser aprendida desde la niñez y se repite cuando se convierten en adultos haciendo de ello un círculo vicioso. Algunos padres lo utilizan como un modo de control ante la inexperiencia de los hijos, pero a futuro las consecuencias son nefastas para la psicología de los mismos.

¿Qué genera que los padres se conviertan en tutores invalidantes?

Muchos de los hábitos que se hacen presentes en la invalidación se aprenden en el seno de la familia. El miedo a perder a un hijo puede ser el detonante, en muchos casos, de esta conducta dañina.

La sobreprotección es la consecuencia directa de ese miedo a la pérdida, por lo que se convierte en una de las formas de invalidar a los niños. La teoría de “darles todo para que nada les falte u ocurra algo malo” los acostumbra a que no deben esforzarse para obtener lo que quieren.

A largo plazo, esta conducta puede desarrollar personas adultas perezosas que terminan descuidando sus metas y necesidades propias. Asimismo, son incapaces de hacer frente a cualquier circunstancia pues no le estimularon la respuesta psicológica vital para salir airosos ante las dificultades.

La mala gestión emocional conlleva a la invalidación

Aquellos padres que no pueden manejar de forma adecuada las emociones de sus hijos tienden a invalidarlos. Generalmente, tienen la incapacidad de lograr afinidad sentimental consigo mismos, lo que les dificulta hacerlo con sus hijos pequeños.

Un ambiente rodeado de la mala gestión emocional se basa en la dificultad por transmitir mensajes positivos. Por el contrario, las críticas y la indiferencia son parte de la forma en la que se reacciona ante un sentimiento o acción.

Esto refleja en los niños el entendimiento de que lo que opinen, sientan o digan no es digno de tener la atención debida por sus padres que es el primer vínculo afectivo que tiene cualquier ser humano. En consecuencia, se pueden retraer para evitar ser juzgados o rechazados.

¿Cuáles son las heridas emocionales que se generan los padres invalidantes?

Puede que sin saberlo los padres asuman ciertas actitudes invalidantes que causen algunas consecuencias negativas. Muchos lo hacen de forma inadecuada por lo que es preciso saber distinguir las acciones dañinas a tiempo. Entre las heridas emocionales de la infancia que a largo plazo los niños pueden sufrir están:

Rechazo a las relaciones

Cuando los padres no aceptan a los hijos tal y como son, demuestran algunas actitudes de rechazo hacia ellos. Muchos quieren que sean futbolistas, músicos o algo que no quieren y al no satisfacer sus expectativas asumen un rol dañino. Esto hace que a futuro, en la adolescencia o adultez, no tengan interés por crear vínculos con los demás. Esto les incapacita a socializar y a huir de las relaciones afectivas.

Sensación de abandono

Aquellos que son expuestos a la exclusión afectiva de los padres tienden a desarrollar conductas de dependencia. Tienen miedo a estar solos y son incapaces de sentirse bien consigo mismos. Asimismo, sienten la necesidad de tener la aprobación de los externos, más allá de su propia convicción.

Sumisión

Aquellos niños que son humillados en público sufren un atentado contra su dignidad. Además, se desvalorizan a sí mismos, lo que genera una actitud sumisa y de miedo a realizar cualquier actividad. Se crean un juicio propio negativo de sí mismos y no se sienten capaces de lograr nada sin la aprobación de los demás.

Concluyendo, los padres invalidantes pueden hacer que los futuros adultos sean un problema, tanto en el ámbito social como en el familiar. Es preciso inspeccionar las actitudes que puedan desarrollar cualquier trastorno emocional en los niños para evitarla o corregirla a tiempo y con ello encaminarlos psicológicamente a una apreciación propia más certera y adecuada.