Wayne Edward Oates, fue un afamado psicólogo, educador y religioso estadounidense, conocido no solo por su capacidad pastoral y la influencia que llevó entre la psicología y la religión, sino que es mayormente conocido por el uso de la palabra «Workaholic».
Wayne Oates, la vida con un enfoque psico-religoso
Oates, nació en el seno de una familia humilde en Greenville, al Sur de Carolina, el 24 de junio de 1917. Abandonado por su padre a corta edad, fue criado por su abuela y una de sus hermanas, mientras que su mamá trabajaba en una plantación de algodón.
A los 14 años, era considerado un niño muy inteligente y esto lo observó el Parlamento de los Estados Unidos, con lo cual fue elegido en el programa de niños pobres y llevado a trabajar. Esta oportunidad le abrió las puertas para recibir una educación de calidad y superior.
Marcó sus estudios en la Mars Hill Junior College, posteriormente a su primer título universitario lo obtuvo en la Wake Forest University (Universidad de Wake Forest); viajó hasta la Union Theological Seminary (Seminario Teológico de la Unión, New York) para aprender la teología y religión más a fondo, y obtuvo el título de Doctor en la University of Louisville School of Medicine (Escuela Universitaria de Medicina de Louisville).
Al finalizar sus estudios doctorales de Psicología de la religión, Wayne se inscribió en la School of Theology (Escuela de Teología) en el año 1947, ocupando el puesto de profesor en psicología de la religión y el cuidado pastoral. Este cargo lo ocupó por menos de 30 años hasta que ingresó de nuevo a la University of Louisville Medical School en 1974 como profesor.
Principalmente, Wayne realizó un enfoque interdisciplinario en el que se combinaba los modelos psicológicos con la sensibilidad pastoral y la enseñanza de la Biblia.
Los resultados de sus estudios y el enfoque que mantuvo, generó un cambio en las actitudes que eran convencionales para el asesoramiento pastoral, a su vez, estaban influenciadas en producir un movimiento pastoral moderno y acorde a los años venideros.
En su afán de conseguir el objetivo, Oates logró desarrollar una forma de consejería pastoral denominada «diálogo tripartito», realizado entre: el consejero, el aconsejado y el Espíritu Santo (o la iglesia católica).
Enfoque Psico-religioso adoptado por Wayne Oates
Siempre se ha mantenido un pensamiento erróneo en contra de la psicología al momento de abordar un problema religioso o las personas mantienen la creencia que acudir al psicólogo generará un cambio de religión en ti. Esto es falso.
Wayne Oates, durante sus estudios doctorales, entendió que la religión puede ir encaminada con la psicología o viceversa, esto en pro de las personas y de la religión en sí.
Consideró al psicólogo como una persona capaz de abordar un problema de la mejor manera, tratando de ayudar a su solicitante, pero siempre considerando la asunción de los problemas de la persona.
A su vez, Wayne enfatizó en proveer de aspecto psicológicos a los pastores de su época, esto con el fin de que ellos mismos pudieran generar cambios a nivel religioso en un persona con conflictos.
Entendió que la psicología siempre será compatible con la religión, y la religión de igual medida con la psicología; de hecho, una puede potenciar la otra dependiendo de las necesidades que tenga el paciente y no realizar ninguna interacción, si no es la raíz del problema.
No solo en esto se enfocó Wayne en su vida, sino que generó el concepto de «diálogo tripartito», donde promulgaba que la iglesia católica o la religión en sí, podía estar involucrada en aconteceres sociales para buscar el cese de un problema o conflicto.
¿Workaholic? La popularidad del término
Durante las investigaciones que realizó, Wayne popularizó el término de «Workaholics» o «adicto al trabajo», principalmente descrito en su obra «Confesiones de un adicto al trabajo», publicado en el año 1971.
Wayne hizo esta analogía en referencia a la dependencia generada por el alcohol con la manera en la que él dependía del trabajo.
Actualmente la psicología no describe a la adicción al trabajo como un trastorno mental, sin embargo, los expertos en la materia saben que existe y que, las nuevas tendencias tecnológicas y el miedo de ser despedido, son factores que aumentan y agravan el problema.
Para determinar a una persona adicta al trabajo, no hace falta contabilizar las horas que dispone a esto, si no, el modo en que esa persona realiza ese trabajo. Se hace alusión a que una persona «trabajadora» realiza su trabajo con buen ánimo y en su descanso, se divierte; contrario a esta, la persona adicta, mantiene un mal humor que suele aumentar con el descanso.
Entre otras características que suelen identificar a los Workaholics, se encuentra la ambición al dinero, reconocimiento y poder como desarrollo profesional.
Para las personas que son adictas al trabajo, éste constituye el centro de su vida; es el empleo el que resta sentido a su vida y se impone con importancia frente a todo lo demás, como su familia, su relación, la diversión y la vida social.
Características de las personas que son adictas al trabajo
Existen perfiles habituales para lograr caracterizar a las personas que son adictas y/o dependientes del trabajo, entre las que se destacan:
- La persona complaciente: Se caracteriza por ser el menos ambicioso y tiende a ser el más sociable. Es de gran importancia para este tipo de personas, la aprobación que tenga del jefe y del equipo de trabajo.
- Los controladores: Generalmente odian perder el control de lo que hacen, son ambiciosos e independientes. Si llegasen a descender en su rendimiento laboral, se pueden volver irritables y los consume la ansiedad.
- El narcisista controlador: Tiene una personalidad desequilibrada; si vive una situación de tensión laboral, sufre de despersonalización (una sensación de no conocerse a uno mismo); además, se puede llegar a ver en ellos facetas de egocentristas.
Para no llegar a depender del trabajo y ser considerado adicto a él, lo mejor es buscar delegar tareas, respetar los horarios de almuerzo y «breaks», evitar trabajar los días de descanso, como los fines de semana; mantener una vida saludable y ejercitarse 30 minutos diarios.
El cierre de su vida
T ras haber publicado más de 50 títulos y obras, la American Psychiatric Association le otorga a Wayne Oates el premio Oskar Pfister, por sus contribuciones y trabajos a la relación existente entre la psicología y la religión. Falleció a la edad de 82 años en octubre de 1999, casado con Pauline con quien tuvo dos grandes hijos.
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