Trastorno de identidad disociativo: causas y consecuencias

Persona que padece trastorno de personalidad disociativo

El trastorno de identidad disociativo es una perturbación mental que genera discontinuidad entre pensamientos y acciones en una persona. Veamos los detalles .

El trastorno de identidad disociativo, conocido anteriormente como desorden de personalidad múltiple, se caracteriza por la presencia dentro de un individuo de varios seres, cada uno con sus características e idiosincrasia propia. Por lo general, al menos dos de “estas personas” tienen el control de las actividades y conductas de manera rutinaria, creándose períodos de amnesia durante la manifestación de una u otra alternativa.

Por esta causa, al individuo no le es posible recordar información básica y cotidiana o acontecimientos extraordinarios vividos mientras una de las identidades alternas estaba en control. Además puede manifestar síntomas inhabilitantes como la ansiedad e incluso una depresión profunda que, le impulse al suicidio. Suele manifestarse a consecuencia de un evento estresante de gran magnitud sufrido durante la infancia, que le impidió integrar sus vivencias en una personalidad única.

La personalidad disociativa o trastorno de identidad disociativo puede aparecer en modo de posesión, en el que las distintas identidades actúan cual agente externo que se ha apropiado del control del individuo.

Este puede ser un espíritu, dios o demonio, que demanda un castigo por situaciones del pasado; y es responsable de un habla y un comportamiento muy distinto al normal, haciendo patente el trastorno a quienes lo rodean. En la condición no posesiva hay menos evidencias externas, y la persona se observa a si misma desde afuera y no como el causante de la respuesta.

Causas del trastorno de identidad disociativo

El problema se manifiesta comúnmente en individuos que padecieron una fuerte tensión emocional o traumática durante la niñez; suele tratarse de víctimas de abuso físico, sexual o mental. Algunos fueron abandonados por sus padres o aunque no sufrieron de maltratos, pasaron por una pérdida temprana, por ejemplo, la muerte o desaparición de uno de los padres, una enfermedad seria u otras circunstancias muy estresantes.

Durante el desarrollo normal de los niños, estos necesitan aprender a integrar toda la información recibida y las experiencias vividas para crear una identidad única. Si durante el proceso se pasa por situaciones traumatizantes en extremo, puede suceder que aparezca la personalidad múltiple; en especial, cuando la fuente del abuso son los propios padres o encargados de su crianza.

Estos pequeños pueden atravesar fases en las que separan las distintas percepciones, recuerdos y sentimientos experimentados. Y con el paso del tiempo, aprenden a escapar del abuso alejándose o disociándose del entorno adverso, mientras se repliegan hacia la seguridad de su propia psiquis.

Así, cada etapa es posible que les conduzca a la incorporación de una personalidad distinta; sin embargo, cuando tales niños cuentan con el apoyo de un adulto que les ame y se preocupe por ellos, la probabilidad de que aparezca el trastorno es menor.

Consecuencias de la personalidad disociativa

Este trastorno aunque crónico y parcialmente incapacitante, es superado por muchas personas que logran alcanzar un nivel aceptable de funcionamiento, mientras disfrutan de una existencia productiva.

Otros sufren de amnesia, ya sea que se presenten lagunas de épocas anteriores de su vida, fallas en la memoria actual, olvido de habilidades naturales (por ejemplo, como montar bicicleta) o la identificación de actividades realizadas, pero imposibles de recordar, o sea, períodos en blanco.

Tras uno de estos episodios amnésicos el individuo con personalidad múltiple puede descubrir objetos en su hogar que no recuerda haber comprado o trozos de papel con su letra, que no reconoce haber escrito. Asimismo, podría encontrarse en un lugar sin saber cómo ni cuándo llegó hasta allí, exhibir cambios de conducta inexplicables o enterarse de acciones realizadas que a su modo de ver son imposibles.

El paciente, en ocasiones, nota que su estructura corporal es diferente o que no le pertenece y puede hablar de sí mismo como nosotros o él, ella o ellos, en lugar de yo, muchas veces ignorando la razón de este fenómeno.

Algunas identidades poseen información que las otras desconocen o interaccionan entre sí, en un complejo y extraño mundo mental interno. Toda esta mescolanza es causa de que el individuo lleve una existencia caótica y confusa, en la que a veces escucha las voces de sus personalidades divididas interactuando entre sí.

¿Qué hacer ante un caso de personalidad múltiple?

Asimismo, es frecuente que el paciente padezca de migraña y otros dolores físicos por el esfuerzo que le produce tratar de entender lo que le ocurre; en ocasiones se presentan alucinaciones sensoriales por lo que su diagnóstico podría llegar a confundirse con el de la esquizofrenia.

Muchos sufren cuadros de ansiedad y se deprimen profundamente sufriendo de abuso de sustancias psicotrópicas, actos suicidas o automutilantes y disfunciones sexuales.

El tratamiento del trastorno de identidad disociativo incluye la psicoterapia y en ocasiones, la autovisualización guiada o la hipnosis; en todos los casos, el objetivo es la integración de las diversas personalidades para producir una sola. Pero, en ocasiones esto es imposible y entonces, la idea es alcanzar una interacción armoniosa entre ellas. Los medicamentos alivian algunas comorbilidades aunque no tiene un impacto sobre el problema en sí.

La psicoterapia como tratamiento principal en los casos de personalidad múltiple suele ser larga, complicada y muy dolorosa. Pueden presentarse crisis emocionales a consecuencia de la angustia que la evocación de los recuerdos traumáticos provoca. Es común que haga falta uno o varios períodos de hospitalización en una institución psiquiátrica para que el paciente logre resolver los momentos más difíciles.

1 comentario

  • Hola.
    Muchas gracias por escribir este artículo, fue de gran ayuda. Desde hace ya muchos años siempre me he sentido «diferente», he tenido diálogos conmigo y entre «nosotrxs». De hecho, cuando vi la película de «fragmentado» me sorprendí hasta las lágrimas, porque fue una descripción de cómo me sentía, en varias escenas hasta me asustaba por la precisión con la que me sentí identificado. He estado tomando terapia y sí, resulta complicado, a veces me molesto muchísimo con mi terapeuta al grado de ya no asistir, aún así trato de hacerlo por amor propio y compromiso conmigo, sin embargo insisto, es muy difícil.
    Poco a poco me he estado integrando y aunque aún tengo diálogos con «otrxs yo», ya cada vez son menos las voces y la intensidad de estas. Cabe decir que justo en esta semana que acaba de pasar (4-9 enero aprox) tuve una crisis hasta cierto punto «nueva», fue muy difícil la concentración, tuve que dejar de lado mi trabajo y mis pendientes por que fue como si estuviera al pendiente de la calle, de otros cuartos, de otras personas, del centro de la ciudad, de la casa de a lado, de todos, menos de mi pensamiento, fue muy complicado, sin embargo hoy domingo ya no me siento tan así. He aprendido a organizarme de tal manera que me permita tener espacios como este, en donde puedo dejar de lado mi vida, tenerme paciencia y días después retomar el ritmo en el que estaba.
    Muchas gracias de nuevo por el artículo, espero que se siga escribiendo de esto porque sí es complicado y aunque mi terapeuta me prediagnóstico con «trastorno de personalidad disociativa», sesiones después le pregunté directamente si esto era lo que tenía y ya no se animó a confirmarlo, hasta cierto punto lo entiendo, su voz puede provocar que me sugestione, sin embargo muchos años antes de ir a terapia, incluso muchos años antes de ver las películas de «fragmentado» ya en mis libretas y poemas yo me refería a un «nosotrxs». Ahora tengo 30 años y desde que tenía 12 ya me refería a mi como alguien «bipolar». Ahora tengo un poco más de certeza de qué sucede conmigo y cómo tratarlo, espero que se siga investigando al respecto. Saludos y estoy abierto a algún contacto para seguir dialogando sobre esto.