Transferencia emocional – Acusador falsea las pruebas por identificación con el criminal

La transferencia emocional y la influencia sobre el juez

La transferencia emocional puede estar presente en diversos momentos de nuestra vida, incluidos aquellos en que nos relacionamos con nuestro psicoterapeuta.

La transferencia emocional es un proceso complejo que forma parte del psicoanálisis. Fue definida por Sigmund Freud, quien expresó que se trataba de una condición importante en la relación terapeuta-paciente. Se entiende como una reacción inconsciente, por la cual una persona revive realidades antiguas en sus nuevas relaciones. Y esto podría incluir afectos, expectativas, sentimientos y emociones. De esa manera, unimos pasado y presente en nuestro pensamiento.

De acuerdo a las teorías freudianas, vivir nuevas sensaciones nos lleva siempre a evocar situaciones anteriores que dejaron su marca en nosotros. Durante la transferencia, proyectamos hacia una persona nueva los vínculos establecidos anteriormente con otra. Y eso puede suceder, incluso, en el momento que la estamos conociendo. El ayer podría estar representado por: padres, maestros de escuela y en general, gente que nos acompañó durante los primeros años de vida. 

Aunque el pasado podría incluir eventos del mismo día. Por ejemplo: una profesional ejecutiva ha tenido una jornada caótica y estresante en la oficina. Desde empleados retrasados hasta clientes enojados que cierran la cuenta. Cuando por fin llega a casa, encuentra a su pareja mirando una película y disfrutando de una cerveza. En cinco minutos, es probable que se encuentren inmersos en una discusión y el esposo esté muy molesto. ¿Qué sucedió? Ella le transfirió sus emociones a él

La transferencia emocional durante la psicoterapia

Durante la transferencia de emociones podemos hacer sentir a la otra persona: disgusto, tristeza, placer, temor, asco, etc. No hay límites. Pero, también podemos manifestar hacia esta lo que antes movía nuestros sentimientos hacia alguien más: cariño, amor, odio, rechazo, etc. Y eso es lo que sucede durante la psicoterapia. El contenido de la mente inconsciente del paciente se proyecta sobre su analista, y revive con éste vínculos afectivos de su vida pasada.

Existen dos tipos de transferencia emocional. En ningún caso es conveniente que el sentimiento se intensifique en exceso. La razón es que entonces podría salir perjudicada la relación terapeuta-paciente. Veamos sus características:

  • Transferencia emocional positiva. Durante la cual se manejan sentimientos de afecto o amor. El paciente siente que adora a su terapeuta y que, incluso podrían llegar a tener un futuro, juntos. Anhela asistir a las sesiones de trabajo con él.
  • Transferencia emocional negativa. Se basa en sentimientos adversos: odio o rechazo. En este caso, el paciente aborrece a su terapeuta y lo trata con rabia, de malas maneras. E incluso lo hace responsable de sus problemas presentes. Y se obliga a participar de las sesiones de trabajo.

Para Freud la transferencia de emociones del paciente al terapeuta no era un proceso negativo. Por el contrario, podía ser usado hábilmente para ayudarle a resolver antiguos traumas. Tampoco rechazaba la manifestación de la contratransferencia. Esta es la proyección inconsciente, por parte del analista, de sus propios sentimientos o experiencias anteriores sobre el paciente.

Un proceso perfectamente válido, porque se trata de un ser humano, aunque tenga un título universitario y conocimientos respecto a los procesos mentales. No es necesario reprimirlo, pero si controlarlo. Lo importante es que el terapeuta logre utilizar esa transferencia para guiar al paciente hacia la solución de sus problemas. Y no que vaya a añadirle nuevos traumas.

La transferencia de emociones puede causar problemas legales

Analicemos una situación hipotética. Un juicio en el que el acusado, tiene la misma edad e incluso un cierto parecido físico con el hijo del fiscal. ¿Qué sucedería si el acusador proyectara sus sentimientos paternales sobre el joven? Incluso podría sufrir de una manera desmedida durante ese período. Y en el peor de los casos, pudiera llegar a manipular las pruebas existentes para lograr una absolución. Por eso, en todo momento deben privar los principios éticos antes que cualquier emoción.

Un caso real, juicio por asesinato, ocurrió en Madrid en enero 2012. El acusado, Suleman B.G., fue inculpado de dar muerte al novio de su hermana. Una mujer que formaba parte del jurado renunció al sufrir un ataque importante de ansiedad aguda. ¿La razón? Se sintió identificada con la situación, por haber vivido en el pasado una experiencia similar. El médico del tribunal fue consciente y le permitió retirarse, de lo contrario, se le podrían haber generado unas circunstancias traumáticas en el lugar.

Así hemos podido ver que, la transferencia emocional puede ser un factor para la sanidad mental de las personas; o, por el contrario, podría llegar a constituirse en un elemento de trauma adicional. En cualquier caso, debemos tener precaución a la hora de manifestar nuestros pensamientos y sentimientos hacia alguien. Nuestra mente podría estarnos jugando una mala pasada. Si siente que esa es su realidad actual, entonces busque ayuda psicológica profesional.