La transferencia y la contratransferencia en psicología

Entendiendo la transferencia en psicología

¿Qué se entiende por transferencia?

En lo que al psicoanálisis se refiere, la transferencia puede conceptualizarse de la siguiente manera:

Es la forma en como las ideas y los sentimientos referentes a los vínculos que hayamos tenido con personas de nuestro pasado, se proyectan hacia otra persona sin importar que la estemos viendo por primera vez.

Entonces, según Freud, la transferencia es la forma en como la mente humana recrea ciertas experiencias; que guardan relación con algún vínculo (las cuales han quedado grabadas en el inconsciente) al relacionarnos con alguna persona en el presente.

Según lo expuesto por Freud, las transferencias tienen que ver con los vínculos desarrollados tempranamente, los cuales tienen un impacto emocional en las personas.

En líneas generales, la mayoría de los casos atienden a relaciones con las figuras de ambos padres; que dejarían sus huellas de manera importante en el inconsciente, las cuales podrían evidenciarse en transferencias futuras.

¿Qué se entiende por contratransferencia?

Ahora bien, la contratransferencia está  relacionada con los sentimientos e ideas que el mismo psicoanalista proyecta sobre sus pacientes; partiendo de sus experiencias pasadas, de una manera inconsciente.

Para Freud, era fundamental que cada psicoanalista pudiese evidenciar los efectos que la contratransferencia producía; sobre la forma de relacionarse con sus pacientes y sobre sus motivaciones cuando tratara con ellos.

En su opinión, los psicoanalistas también son seres humanos y su condición de especialistas; no los dejaba al margen de la influencia de su propio inconsciente, el que podría eventualmente hacerse cargo de la relación terapéutica; con consecuencias impredecibles.

Por otro lado, algunos entendidos han querido utilizar una definición más estricta para hacer referencia al significado del término «contratransferencia». Así las cosas, la contratransferencia viene a ser ahora la manera en como el psicoanalista reacciona ante las transferencias del paciente.

Ahora bien, tanto la transferencia como la contratransferencia pueden llegar en algún momento a causar cierta confusión; a pesar de que son dos significados muy diferentes.

Por un lado, la transferencia aplica a momentos puntuales mientras que la contratransferencia agrupa todo el proceso terapéutico en el psicoanálisis.

¿Cómo se relacionan la transferencia y la contratransferencia?

Por una parte, la contratransferencia viene definida por su flujo, es decir, lo que siente el  analista en función al paciente.

Por la otra parte, se define como una especie de equilibrio  que no deja de ser una demostración más; de que la forma de reaccionar que tenemos es dependiente de lo que recibimos del otro.

En pocas palabras, la contratransferencia se relaciona con lo que se produce en transferencia. Esto implica que la transferencia y contratransferencia se influyen mutuamente.

Con este panorama, la contratransferencia puede ser un problema si el analista lleva a los hechos  sus sentimientos.

Al dejarse llevar por esos vínculos emocionales que comienza a evidenciar  respecto a su paciente (bien sean de amor, de odio, de rechazo, o de ira), estaría quebrantando la ley de abstinencia y neutralidad que lo rigen.

En ese momento, en lugar de aportar al trabajo analítico, en realidad lo perjudica.

El punto inicial del fenómeno de la transferencia es el paciente. Este informa todas sus experiencias, mientras que el analista solo se limita a responder a lo que plantea el paciente con lo que, a su juicio, viene a lugar, sin anteponer sus propios sentimientos en las intervenciones que efectúa.

El paciente, por lo general, revive las fantasías y las actúa. Pero no lo hace conscientemente, es esta la razón de lo importante que resulta la interpretación para la curación.

¿Qué función podrán tener  la transferencia y la contratransferencia?

El análisis de por sí ya presupone que se ha instaurado un vínculo transferencial del paciente hacia su analista.

Es en el ínterin entre la transferencia y la contratransferencia, de donde probablemente emergerán los afectos, los deseos inconscientes, las tolerancias y las intolerancias.

Es a partir de la relación de transferencia, que el psicoanalista podrá hacer sus  intervenciones. Sí y solamente sí, el vínculo transferencial está ya plantado.

Es cuando este podrá efectuar un trabajo más profundo. De otra manera, las intervenciones seguramente no causarán el mismo efecto.

Por todo lo anteriormente señalado, la neutralidad rigurosa por parte del analista, es lo que va a permitir que la transferencia se utilice como un canal para el trabajo en sesión.