Grafología y personalidad – Mitos y verdades sobre la escritura

La grafología en la psicología forense

¿La grafología y la personalidad están relacionadas? Veamos cuales son las posiciones que existen actualmente frente a este tema controversial.

La grafología y la personalidad son entidades interrelacionadas, examinadas por la psicología forense. Su objetivo es determinar si existe un impacto real de la una sobre la otra. La escritura de cada persona forma parte de sus características individuales, es única, original y dinámica. Y para estudiar o conocer la acción que se ejecuta al tomar un lápiz o bolígrafo y escribir, nace el análisis grafológico.

En realidad, no siempre se logra que todas las letras o palabras salgan idénticas, puesto que, aspectos externos pueden influir sobre la acción motora. El estado momentáneo influye la escritura, por ejemplo:

  • Humor. ¿Estamos relajados o preocupados?
  • Temperatura. ¿Tenemos frío o calor?
  • Confortabilidad. ¿Nos sentimos cómodos o estamos mal sentados?

Estos son factores que afectan al sistema nervioso. Por ende, la simetría, la redondez, el alargamiento y la intensidad del trazo al escribir también se ven impactados.

La grafología es un método proyectivo que puede ayudar a conocernos mejor y también a la gente a nuestro alrededor. El análisis de la escritura permite revelar patrones repetitivos asociados al estado mental y físico de la persona. También características de su temperamento. De este modo, es posible determinar, entre otros, aspectos como:

  • Nivel de autoestima e inteligencia
  • Trastornos corporales o psicológicos
  • Problemas de adaptación o de dependencia 

¿En qué se basan quienes afirman que la grafología es un mito?

Por otro lado, encontramos el grupo de escépticos, que afirma que la grafología carece de toda base científica. Según parece su origen se remonta al siglo XVI. Un médico y filósofo español de nombre Huarte de San Juan, hizo los primeros estudios. Él afirmaba que la diversidad en las habilidades manuales de las personas, se podía detectar a través de su género escritural. En los años siguientes el tema fue desarrollado y ganó muchos adeptos.

Pero, desde mediados del siglo pasado, existe la posición contraria. Así, una gran cantidad de estudios realizados han demostrado fehacientemente, que no existe una asociación entre la escritura manuscrita y la personalidad. A pesar de que hoy en día existen instituciones educativas que incluyen el tema en el pensum de algunas de sus carreras universitarias, con lo cual le dan legitimidad. Y aunque hay sociedades de grafología y muchas aplicaciones prácticas de este tema, quienes niegan su eficacia se basan en que:

  • Método científico.  La grafología no respeta en su totalidad los postulados de este sistema. Además, no favorece la estandarización de patrones y lleva a hacer diagnósticos ambiguos.
  • Efecto Barnum. Se dice que es susceptible a la falsedad de la validación personal, como sucede con la astrología y los signos del zodíaco. Según este principio, el individuo se identifica con una supuesta descripción particular de su personalidad.
  • Tamaño de la selección. Para que los resultados sean válidos, se tendría que considerar una cantidad muy grande de muestras.

También se habla de definiciones imprecisas; es decir, los términos usados carecen de exactitud. Por ejemplo, si los caracteres utilizados son muy grandes, se piensa que la persona tiene un pensamiento amplio, cuando bien pudiera suceder que no ve bien.

Aplicación de los estudios de grafología y personalidad

En la actualidad, el estudio de la grafología, como mecanismo adjunto a la psicología, tiene muchas aplicaciones por su: precisión, velocidad y sencillez. Así se usa para diagnosticar y hacer seguimiento en casos de conflictos mentales. También se trata de un procedimiento compatible con áreas, tales como: derecho, educación y medicina, en particular, la psiquiatría. En el ámbito de los recursos humanos dentro del sector empresarial, se utiliza como técnica de selección de personal.

Ejemplos de las interpretaciones:

Veamos algunos ejemplos de las interpretaciones grafológicas más comunes:

  • Minúsculas y mayúsculas combinadas. Se trata del caso cuando las mayúsculas, sin responder a una necesidad ortográfica, se intercalan con las minúsculas. Este fenómeno se suele identificar con las características del cajero infiel. Esta es una especie de tendencia a la sustracción de lo ajeno y la deslealtad.
  • Sobrealzamiento de la sección intermedia. Se manifiesta cuando las letras que no tienen caracteres que sobresalgan, como la o, e, a, m, etc., son del mismo tamaño del resto. Se asocia a características negativas de la personalidad, como: soberbia, orgullo, engreimiento, egocentrismo, etc.
  • Filiformidad. Se observa cuando el manuscrito parece formado por hilos. Así vemos líneas con pequeñas oscilaciones y separaciones que pretenden ser letras reales. El dinamismo de la escritura hace que esto sea más común con las emes y las enes. Cuando la situación es parcial o asociada a ciertas combinaciones, se dice que el individuo es insincero.

Por último, los estudios de grafología y personalidad, no pueden ser catalogados como una ciencia exacta. Sin embargo, no hay duda de la utilidad de su aplicación en diversas ciencias. El psicoanálisis se apoya en esta técnica, para determinar las causas subyacentes de una conducta particular. ¿Le interesa saber que se puede ocultar detrás de su tipo de escritura manuscrita? Consulte a su psicólogo de confianza, quien le guiará a descubrir aspectos de sí mismo que quizás le sorprenderán.