El arte de tomar mejores decisiones bajo presión

Cómo tomar decisiones bajo presión

Para muchos individuos la toma de decisiones en su día a día es todo un reto pero hay ocasiones en que la dificultad para la toma de decisiones se incrementa porque se dispone de poco tiempo o alguna persona está a la espera de una rápida respuesta. ¿Cómo optar por la mejor alternativa bajo estas circunstancias?

El proceso de la toma de decisiones

La toma de decisiones se hace presente en muchos momentos de la cotidianidad, aunque no todas las elecciones representan el mismo grado de trascendencia para la vida propia o de otras; la cotidianidad está llena de elecciones que se deben hacer en todo momento.

Tomar una decisión se relaciona con la elección que debe hacerse entre varias alternativas disponibles para solucionar una problemática, llevar a cabo una tarea o establecer un orden de prioridades para cumplir con los compromisos día tras día.

A nivel laboral, mientras mayor jerarquía tenga un trabajador, deberá tomar decisiones con mayor trascendencia para la empresa y completamente bajo presión. La mayoría de las veces, sin embargo, esto no implica que las malas decisiones que pueda tomar un colaborador no tengan la importancia para afectar la productividad.

Sí el técnico de la fotocopiadora debido a una mala decisión opta por hacerle mantenimiento el día en el que se concentra la mayor cantidad de trabajo en una oficina, esto puede comprometer la productividad y retrasar muchas tareas que afectará a todos los departamentos, incluso al gerencial.

Durante el proceso de la toma de decisiones se parte de una posibilidad o problemática que debe ser resuelta o de algo que debe ser ejecutado, en este momento la persona deberá aclarar en primera instancia los objetivos que se persiguen y posteriormente estará preparado para analizar las diversas alternativas y escoger aquella que, de llevarse a cabo, se acerque de forma realista al cumplimiento de las metas.

Cómo tomar mejores decisiones bajo presión:

Tomar decisiones bajo presión es todo un arte, ya que significa que por una parte se cuenta con poca disponibilidad de tiempo y que se requieren buenos resultados de manera inmediata.

Visto de esta manera es una circunstancia bastante estresante y comprometedora pero siempre y cuando la persona que deba decidir tome una actitud sensata y no se deje llevar por las emociones, aumenta la posibilidad de que salga airosa de la situación.

Claro está que de ninguna manera los resultados, aunque en ocasiones se acerquen, están garantizados, de hecho, toda decisión implica un riesgo pero si la persona es fuerte y decide, tomando en cuenta todas las alternativas, los objetivos, las variables, el entorno, su instinto y sus valores, tendrá pocas posibilidades de cometer errores.

Para tomar mejores decisiones bajo presión existen unas premisas que conducirán a la obtención de mejores resultados:

1. Conservar la calma

En la medida en que una persona se mantenga firme en su postura y no se deje contaminar por las presiones del entorno, estará en capacidad de tomar mejores decisiones.

No es una tarea fácil pero es posible mantener la calma en medio de la tempestad, aun cuando afuera de la persona todo es un caos y priva la necesidad de tomar decisiones de forma rápida, la persona por medio de su trabajo personal puede tener la calma sin dejar de ser productivo para optar por la mejor opción con sensatez.

De hecho, mantener la calma es una de las primeras recomendaciones que dan los especialistas en desastres para mantenerse con vida en medio de la emergencia. En estos casos tienen más posibilidades de salir con vida aquellos que se toman unos segundos para pensar los movimientos que deben seguir para ponerse a salvo o la forma en la que deben actuar.

2. Elaborar un mapa mental

Si se dispone de unos minutos para tomar la decisión, una excelente opción es tomar un papel y plantear en este el problema que se debe solucionar, lo que se quiere obtener, las alternativas disponibles y los posibles escenarios de acuerdo a cada opción.

El mapa mental puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso ante la toma de decisiones.

3. Tomar en cuenta la información personal

La experiencia es una ventaja bastante eficaz en la toma de decisiones, no está de más realizar un breve análisis que incluya de cierto modo la percepción personal, vivencias anteriores y los valores personales.

Es importante tomar en cuenta estos aspectos porque en el peor de los escenarios cuando los resultados arrojados de acuerdo a las decisiones no sean los esperados, al menos queda la satisfacción de que se pretendía realizar un buen trabajo.

4. Manejar soluciones realistas

Aunque no es garantía de éxito la escogencia de la alternativa más realista, ejecutable y cercana al objetivo, casi nunca es la equivocada.