“Me siento más feliz simplemente por ser yo mismo y dejar que los otros sean ellos mismos”. -Carl Rogers.
Carl Rogers es uno de los principales exponentes de la Terapia Humanista, surgida en la primera mitad del siglo XX, y creó la terapia centrada en el cliente, la cual afirmaba que cada persona cuenta con capacidad de autorrealización.
Beneficios de la Terapia Humanista
El enfoque de la Terapia Humanista gira en torno a un incremento en el bienestar del cliente, concediéndole las herramientas necesarias para enfrentar las adversidades o desafíos que se les puedan presentar.
Predomina una tendencia bastante marcada de parte del terapeuta a orientar a la persona para que se incline hacia lo positivo, así como a la búsqueda de un mejoramiento personal progresivo y continuo.
Aumento de la seguridad en sí mismo(a):
La Terapia girará en torno al trabajo personal en función de incrementar los niveles de Autoestima y el fortalecimiento de la seguridad en sí mismo del cliente.
El terapeuta proporcionará un espacio de confort y seguridad al individuo en el que se sentirá libre de expresar todas sus posturas, sentimientos y opiniones sin temor alguno a ser juzgado o señalado.
Con respecto a este punto, Carl Rogers hizo especial énfasis en que para que sea propicio este escenario el Terapeuta debe ser una persona congruente, empática y confiable.
En la Terapia Humanista se parte del supuesto de que los seres humanos son buenos por naturaleza y que lo importante es contar con las herramientas que, en algunos casos, por circunstancias específicas, el cliente no logra notar para lograr el aprovechamiento de todo el potencial.
Lograr la auto-aceptación:
La Auto-aceptación es uno de los aspectos más relevantes para que un ser humano evolucione y se desarrolle de manera satisfactoria. Quererse y aceptarse a sí mismo tal y como es le dotará de las herramientas necesarias para enfrentar de manera exitosa el día a día.
Se trata de encarar a la vida de frente y sin miedo porque se cuenta con la seguridad que le brinda el conocimiento de sus alcances, limitaciones y posibilidades.
El fortalecimiento de la Autoestima y la auto-aceptación preparan el camino para que el individuo emprenda un proceso personal en compañía del terapeuta, que le permite a mediano o largo plazo lograr un mejoramiento en aquellas áreas de su vida en las que se esté produciendo alguna problemática que le genere malestar emocional.
Aquella persona que siente aprecio por sí mismo(a) no se juzgará de manera estricta o se castigará por no haber logrado concretar alguna meta en especial. Por el contrario, emprenderá las acciones que sean necesarias para acceder a los objetivos propuestos.
Fortalecimiento para enfrentar situaciones dolorosas:
Es una realidad a la que no se puede escapar, cada día es distinto al anterior y ofrece nuevos desafíos. La dinámica diaria planteará situaciones diversas con grados de dificultad y características para las cuales ninguna persona es capaz de adquirir una preparación previa.
Sólo se puede ejercer control con respecto a la manera en la que se enfrentará cada nueva situación agradable o dolorosa, la Terapia Humanista contempla dentro de sus objetivos principales preparar a los sujetos para que puedan dar la cara de manera exitosa a cualquier novedad que de alguna u otra manera influya o altere su estado de ánimo.
Consiste en proporcionar al cliente las herramientas necesarias que le capaciten para afrontar situaciones que le afecten a nivel emocional y que puedan incluso resultar dolorosas.
No se busca extinguir las emociones negativas o hacerlas desaparecer, es aprender a hacer lo mejor con lo que va apareciendo y con todo lo que se dispone.
¿En qué casos la Terapia Humanista ofrece mejores Resultados?
En base a que los métodos empleados en la Terapia Humanista no se encuentran apegados a la rigurosidad científica no es indicada para el tratamiento de enfermedades mentales.
La Terapia Humanista va dirigida a todos aquellos individuos que gozan de salud mental pero que no sienten del todo satisfechos a nivel emocional o que consideran que deben mejorar o cambiar ciertos aspectos de sí mismos, gracias a los cuales no logran sentirse cómodos.
Es altamente recomendada para el fortalecimiento de la seguridad, así como de la Autoestima de los individuos, puesto que la dinámica de la Terapia propiamente dicha como el papel del terapeuta proporcionan un incremento en estas variables.
Se trata de un compromiso que deberá asumir el cliente en primera instancia y que deberá ser reforzado por el terapeuta para promover a largo plazo los cambios necesarios para alcanzar el crecimiento personal en diferentes áreas de su vida.
Asimismo, por medio del Autoconocimiento y de la auto-aceptación que se obtendrán a través de la Terapia, el individuo será capaz de controlar sus emociones, lograr un equilibrio emocional, crecimiento personal e inteligencia emocional.
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