¿Qué es el castigo negativo y cuáles son sus consecuencias?

Descubriendo qué es el castigo negativo

El psicólogo estadounidense B.F. Skinner desarrolló la teoría del condicionamiento operante, que afirmaba que un comportamiento de una persona o animal podría aumentar o disminuir al agregar o disminuir los estímulos apropiados después de tal comportamiento.

Hay dos tipos de condicionamiento operante que pueden reducir dicho comportamiento: castigo positivo y castigo negativo.

¿Qué es el castigo negativo?

El castigo negativo, una técnica de condicionamiento operante, reduce un comportamiento al eliminar un estímulo favorable después de tal acción.

En la psicología, positivo se refiere a agregar un estímulo, mientras que negativo se refiere a eliminar uno.

Debido a que el castigo negativo disminuye un comportamiento no deseado al eliminar un estímulo, tal estímulo debe ser algo placentero o esencial.

La persona o el animal aprende que para no perder nuevamente este estímulo bueno, debe detener el comportamiento indeseado. Debido a que logran aprender mediante la remoción de algo, el castigo negativo también se conoce como «castigo por remoción«.

Ejemplos:

Un niño de quinto grado interrumpe la clase con frecuencia; como consecuencia, el maestro elimina su privilegio de recreo. Este comportamiento indeseado se detiene después de que el niño ha perdido repetidamente los tiempos de recreo, el cual es un estímulo bueno o placentero.

Un conductor estaciona su automóvil en un lugar ilegal y recibe una multa. Estacionarse ilegalmente es el comportamiento que la policía quiere detener al quitarle su dinero, el cual es un estímulo agradable.

El castigo negativo también puede aplicarse a los animales. Un perro ladra para llamar la atención de su dueño. Tan pronto como el perro deja de ladrar, el dueño centra toda su atención en él y lo acaricia. Cuando el perro vuelve a ladrar, el dueño lo ignora. Finalmente, el perro dejará de ladrar porque se dará cuenta de que pierde la atención de su dueño al ladrar.

Contingencia, contigüidad, consistencia y efectividad

El castigo negativo puede ser extremadamente efectivo cuando los siguientes factores están presentes:

  • Contingencia: la eliminación del estímulo depende del comportamiento.
  • Contigüidad: la eliminación del estímulo ocurre inmediatamente después del comportamiento.
  • Consistencia: el estímulo se elimina cada vez que aparece el comportamiento.

Contingencia:

La contingencia describe la naturaleza dependiente del castigo en el comportamiento. Si el castigo se aplica cada vez que aparece el comportamiento en cuestión, entonces el castigo depende de la ocurrencia del comportamiento no deseado.

Sin embargo, si la eliminación de ese estímulo ocurre sin importar si el acto aparece o no, o antes de que ocurra el comportamiento, entonces es menos probable que el castigo negativo funcione.

Contigüidad:

La contigüidad es otra variable que puede afectar la efectividad del castigo negativo. La contigüidad es la inmediatez con la que ocurren el comportamiento y la eliminación del estímulo.

Si se retrasa el castigo, la erradicación de la conducta puede no ser tan eficaz. Cuando hay una brecha de tiempo entre el comportamiento indeseado y la eliminación del estímulo, se debilita la asociación.

Consistencia:

El castigo negativo también funciona bien si se aplica de manera consistente. Considera el exceso de velocidad por ejemplo. Mucha gente sigue yendo a exceso de velocidad regularmente a pesar de la posibilidad de recibir una multa de tráfico. Esto porque no la reciben todo el tiempo, solamente si son atrapados. Entonces, el castigo negativo no se aplica consistentemente.

Problemas relacionados con el castigo negativo

Una cuestión importante del uso de castigos negativos para frenar un comportamiento es que funciona mientras el estímulo se elimine constantemente. Sin embargo, una vez que se detiene el castigo, es muy probable que se reanude el comportamiento no deseado.

Otro inconveniente es que, si bien puede detener un comportamiento no deseado, no proporciona información sobre cuál es la acción deseada.

Tomemos, por ejemplo, si un estudiante se porta mal en clase, el maestro le quita su estrella de oro simbólica. Esta sanción puede tener un efecto disuasorio en su conducta. Pero si un niño se está portando mal porque está ansioso, el castigo no le enseña al niño cómo lidiar con esta emoción.

En consecuencia, este sistema contundente de supresión de comportamiento puede dar lugar a problemas mentales o emocionales para el niño.