Si estás aprendiendo un nuevo idioma la lectura te ayudará

Las ventajas de leer en otro idioma mientras estás aprendiendo una nueva lengua

Al igual que leer en el idioma materno, leer en un idioma extranjero nos ayuda a sentirnos más cómodos con las palabras y las reglas gramaticales que nos permiten expresar nuestros propios pensamientos. Leer un texto lleno de nuevas palabras y conceptos nos ayuda de manera visual a reforzar nuestra memoria de ellos, mientras que tener la habilidad de detenerse, pensar o buscar palabras en un diccionario nos permite un ritmo más individualizado de absorción mental.

La importancia de leer un idioma extranjero

Leer incluso a un ritmo lento también nos expone a más oraciones por minuto que la película o el programa de televisión promedio. (Solo considera todas las pausas, transiciones y escenas de acción en las que los personajes no hablan).

La principal diferencia entre leer en un idioma extranjero y leer en tu idioma nativo es, naturalmente, que empezaste a leer tu idioma nativo una vez que ya lo hablabas con fluidez, mientras que siendo un principiante en el idioma extranjero, no puedes darte ese lujo. Por lo tanto, el desafío es encontrar materiales de lectura en idiomas extranjeros que sean acordes con tu nivel de vocabulario y gramática. Si la lectura te resulta demasiado difícil, puedes crear una carga cognitiva excesiva, inhibir cualquier aprendizaje real y finalmente desalentarte a seguir leyendo.

Consejos y trucos para aprender otra lengua

Aquí hay algunos consejos que te ayudarán a encontrar y usar buenos materiales de lectura para el idioma extranjero que estés aprendiendo:

1. Empieza con lo básico. Los libros para niños son una gran práctica para principiantes, al igual que los programas de software con oraciones cortas o frases que te permiten escuchar su versión con audio. No intentes sumergirte en una novela complicada demasiado pronto, ya que puede resultar desalentador (o puede tomar demasiado tiempo buscar constantemente el significado de cada palabra).

2. Lee cosas que ya has leído en tu idioma nativo. Incluso si lo último que leíste fue hace 15 años, el hecho de que al menos conozcas la esencia de ese material te ayudará enormemente a captar pistas del contexto y a aprender implícitamente vocabulario nuevo y construcciones gramaticales. De lo contrario, si te lanzas a leer una nueva historia en un idioma extranjero, será difícil agarrar el ritmo.

3. Lee un libro junto a su respectivo audiolibro. Lee un libro al mismo tiempo que escuchas la versión audiolibro. Incluso si no comprendes todo por completo, mejorarás drásticamente tu «entrenamiento auditivo» y lo habituarás a la velocidad y fluidez generales de un hablante nativo. Pero cuidado, si solamente usas el audiolibro (si eres un principiante) corres el riesgo de pasar por alto ciertas palabras que de otro modo podrías haber reconocido.

La lectura es más efectiva que ver películas en otro idioma

Ten en cuenta que mirar televisión o películas con subtítulos en el idioma nativo a veces puede ser un sustituto decente para este último consejo, pero ten cuidado: muchos de los subtítulos no están sincronizados al 100% con las líneas habladas palabra por palabra, lo que puede resultar en una confusión y desconexión audiovisual.

Incluso en los casos en que el texto y el audio estén sincronizados (particularmente en documentales donde se habla lentamente), recuerda que el uso de pausas y otros efectos visuales sin audio reduce la cantidad de palabras por minuto a diferencia de los libros. Si deseas alimentar tu cerebro de palabras más eficientemente, los audiolibros combinados con su texto original pueden proporcionar la mejor práctica posible.