¿Por qué son necesarios los límites y cómo se clasifican?

Madre pone límites a su hijo

Una de las cosas más importantes, si no la más importante, en nuestra vida social son los límites. En este artículo, definiremos brevemente qué son los límites, repasaremos los diferentes tipos, y analizaremos cómo aprendemos a tener estos límites.

¿Cómo definir los límites?

Los límites, o límites personales, pueden entenderse como un escudo o pared invisible a tu alrededor. Es una línea que estableces para ti y para los demás que te separa de los demás y de su influencia.

Los límites generalmente se clasifican en límites físicos y mentales.

  • Los límites físicos están relacionados con tu existencia física, como tu cuerpo, propiedad y recursos. Por ejemplo, dejarías que tu pareja romántica te bese o te tome de la mano, pero si lo hiciera un extraño, lo verías como una violación de tus límites físicos y sexuales.
  • Los límites mentales (a veces denominados emocionales, psicológicos, intelectuales o espirituales) están relacionados con tu psique, por ejemplo, tus pensamientos, emociones y creencias. Estos definen qué tanto te dejas afectar e influir por las emociones, creencias, expectativas, opiniones, etc. de otras personas.

Otra clasificación de los límites implica la calidad o la fuerza de los límites de uno. En esta clasificación, generalmente hay cuatro tipos de límites.

  • Suaves. Las personas con límites suaves tienden a ignorar en dónde se supone que debe estar un límite saludable e interactúan con otros con bastante facilidad. Ellos aceptan rápidamente los pensamientos y opiniones de otras personas, o están demasiado involucrados en la vida de otras personas. Debido a que sus límites son demasiado suaves y claramente indefinidos, son propensos a ser manipulados.
  • Rígidos. Los límites rígidos son lo opuesto a los suaves. En cierto sentido, las personas con estos límites están demasiado protegidas e inaccesibles. Mantienen demasiada distancia de los demás y tienen dificultades para abrirse, estar emocionalmente disponibles o construir relaciones cercanas y significativas.
  • Esponjosos. Esta es una combinación del suave y rígido. Una persona con estos límites no está segura de cómo manejar diversas interacciones y relaciones sociales, por lo tanto, tiende a saltar de un lado a otro entre ser demasiado blando y demasiado rígido.
  • Flexibles. Este tipo de límites son algo similares a los esponjosos, sin embargo, la diferencia clave es que la persona es más consciente y tiene más control. Leen mejor a los demás y tienen un sentido más claro de sí mismos, por lo tanto, sus límites son razonables y saludables, y cambian en consecuencia según la situación en la que se encuentren.

Los límites proporcionan estabilidad y seguridad. Un niño puede confiar en los padres que establecen límites apropiados porque se responsabilizan y reaccionan en el momento adecuado.

¿Por qué necesitamos límites saludables?

El propósito de los límites es doble. En primer lugar, están ahí para protegerte de las personas mal intencionadas. Y segundo, para informarte y recordarte que no debes violar los límites de los demás.

Tener límites saludables significa que puedes establecer límites que no interfieran con los límites saludables de otras personas, donde puedes protegerte de transgresiones y no transgredir a los demás.

Los límites nos protegen del abuso, la manipulación, la explotación y otras formas de violación personal. Reconocer y respetar los límites saludables de otras personas nos permite ser morales y justos con los demás.

El concepto de límites está estrechamente relacionado con conceptos psicológicos, filosóficos y sociales como la identidad, autoestima, relaciones, moralidad, sociedad, justicia, defensa personal, política y muchos otros.

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Los límites son necesarios para mantener el orden, asegurar la coexistencia y hacer que las reglas sean vinculantes.

¿Cómo formamos nuestra comprensión de los límites?

Ya sea que seamos educados en el tema o no, todos tenemos algún concepto de uno mismo, de otros y de dónde estamos en relación con los demás. Es posible que algunos ni siquiera hayan oído hablar del término «límites». Sin embargo, todos aplicamos consciente o inconscientemente nuestra comprensión de ellos en nuestras relaciones e interacciones con los demás.

Los límites muestran el alcance de la acción (desde aquí hasta aquí tienes libertad, desde aquí lo determino yo). Esto les da a los niños una orientación en la vida.

La comprensión de los límites de cada persona es diferente. Todos aprendemos sobre ellos en función de nuestro entorno y experiencias tempranas. Los factores clave en cómo una persona aprende sobre los límites son los siguientes:

Relación con nuestros cuidadores durante la infancia. Esto involucra a los padres, abuelos, miembros de la familia, maestros, sacerdotes y figuras de autoridad similares que tuvieron poder e influencia sobre ti cuando eras pequeño, dependiente y sensible. Estas relaciones establecen principalmente el modelo para las relaciones posteriores y la dinámica que establecemos y buscamos en los demás.

Entornos sociales de la infancia. Incluye la escuela, grupos de amigos y conocidos, iglesia, grupos de pasatiempos, etc. Estos también son ejemplos importantes de interacciones sociales que tiene una persona.

Información que te enseñaron. Esto se refiere a los mensajes y enseñanzas transmitidos por las personas, principalmente tus cuidadores principales, acerca de lo que es aceptable o inaceptable, bueno o malo, saludable o no saludable, y así sucesivamente. Mucha gente ha crecido con muchas creencias tóxicas.

Información a tu disponibilidad. Un niño no tiene un marco de referencia. Cualquier cosa que experimenten les parece al menos algo normal porque no tienen una comprensión más amplia de cómo se ve realmente el concepto de “saludable”. Sin embargo, a veces pueden comparar su vida familiar con la de sus amigos o leer un libro o aprender de un mejor ejemplo. Todo eso puede ayudarlos a comprender cuáles son las diferencias entre lo saludable y lo insalubre.

Como adultos, si realmente nos importa nuestro bienestar, un objetivo importante para nosotros debería ser revaluar nuestra comprensión y aplicación de los límites, examinar nuestra educación y aprender a tener límites más saludables.

Bibliografía
  1. Daniel Callahan, Setting Limits: A Response, The Gerontologist, Volume 34, Issue 3, June 1994, Pages 393–398, https://doi.org/10.1093/geront/34.3.393
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