Que hacer si tu hijo siempre molesta a los demás

Cómo edicar a un niño cuando molesta a los demás

Criar hijos es la tarea más difícil que los padres deben enfrentar. El equilibro perfecto entre una educación que no sea demasiado estricta y el cumplimiento de las reglas a menudo es difícil.

Si tu propio hijo es de los que molesta a otros niños, los padres a menudo se preguntan «¿Por qué mi hijo hace esto?». Trata de averiguar las causas y explícale a tu hijo por qué molestar a los demás no es algo bueno.

Como padres, siempre enfrentarán desafíos y problemas. Estos comienzan con enfermedades en la infancia y de hecho tal vez nunca terminen en verdad. No siempre son cosas demasiado serias las que necesitan ser controladas.

Sin embargo, si tu hijo ya no solo pone a prueba tus límites, sino que los supera regularmente, entonces es hora de que intervengas. Incluso aunque no haya una guía educativa definitiva, ya que criar a nuestros hijos significa un trabajo largo y constante para ambas partes.

Mi hijo todavía está aprendiendo a lidiar con los demás

Los niños no son intrínsecamente adorables o malos. Al igual que los adultos, ellos reaccionan a su entorno. Solo que de una manera mucho más impulsiva, ya que todavía están aprendiendo a lidiar con sus propios sentimientos.

Del mismo modo que aprenden a vestirse solos y a atar sus cordones, también tienen que aprender las reglas básicas de interactuar con otras personas. A menudo las primeras peleas empiezan durante el jardín de niños, cuando los padres ya no son sus cuidadores permanentemente tangibles y los niños tienen que buscan su lugar en el grupo.

Ya que cada niño reacciona de manera diferente, las expresiones de los sentimientos también son diferentes. Algunos niños son más pasivos y, por ejemplo, prefieren simplemente dar un juguete que pelear por él. Pero otros lo reclamarán incansablemente y llamarán la atención levantando la voz o gritando.

Por esto mismo es que muchas veces se pide a los padres que hablen con otros papás o con los mismos maestros. Estas discusiones son para ayudar a aclarar los hechos y proporcionar sugerencias para que haya una interacción armoniosa entre todos.

Que a tu hijo o hija no le guste cualquiera de sus compañeros es un hecho que aún tiene que explorar y del cual tiene que aprender. Los niños también tienen que aprender que su propio comportamiento puede ser incorrecto y, como consecuencia, recibirán rechazo por parte de otros.

¿Por qué un niño molesta a los demás todo el tiempo?

Las razones por las que los niños se molestan y fastidian entre sí son varias: al principio, cuando los niños conocen a sus compañeros y solo perciben sus propias necesidades, tienen que aprender cómo interactuar con los demás.

A veces son pequeñas cosas las que conducen a un arranque repentino de ira, por otro lado, también puede ser una enfermedad como el TDAH. Observa de cerca a tu hijo y, si es necesario, consulta a un pediatra si ya no sabes cómo ayudarlo.

Algunas veces tu hijo tratará de obtener la atención que no recibe en casa. Ya que al molestar a otros niños, está atrayendo atención, aunque no en un sentido positivo. Por lo tanto, verifica con qué frecuencia y con qué intensidad prestas atención a tu hijo.

La necesidad de atención cambia con el tiempo. Los niños pequeños necesitan mucho más cuidado que los adolescentes. Pero con solo darle la cantidad y el tiempo necesario de atención a tu hijo podrás hacerle saber lo importante que es para ti.

Tu hijo se guía por tu comportamiento y aprende mucho de ti. Si no tienes tiempo, no respondes a las necesidades de tu hijo, eres demasiado duro o lo rechazas, ellos reflejaran este comportamiento a los demás, creyendo que esta es la manera correcta de actuar. Él tiene que aprender sentimientos positivos de justicia y respeto mutuo.

Así es como puedes lidiar con situaciones de conflicto

Es importante que tu hijo sepa esto: «¡Mi padre o mi madre están ahí para mí y me escuchan!». Dale a tu hijo la oportunidad de que te cuente su versión de lo que sucedió antes de aplicar un castigo o consecuencias.

Trata de hacer que tu hijo reflexione sobre lo sucedido

Tener un pequeño momento de discusión sobre lo que sucedió puede ayudar a aclarar la situación. Hazle saber a tu hijo o hija desde el principio que lo quieres ayudar y que estás a su disposición. Sin embargo, no siempre debes ser el solucionador de problemas para tu hijo.

Incluso en la primera infancia, tu hijo debe saber que es responsable de su propio comportamiento inapropiado y que este tiene consecuencias. Si él molesta a otro niño, entonces debería ser capaz de disculparse en consecuencia. Mientras tu hijo se desarrolla, deberá aprender a asumir cada vez más responsabilidad por sus acciones.

No humilles a tu hijo frente a los demás

Ciertamente está mal si humillas a tu hijo frente a otros niños o si les aplicas un castigo gritándoles. Esto reduce la autoestima de tu hijo. Además, este comportamiento cuestionaría la relación de confianza entre tú y tu hijo.

Sin embargo, tampoco es la solución glorificar a tu hijo frente a otros padres y siempre estar convencido de que tu hijo es inocente. Por lo general, también es necesario que haya terceros que describan situaciones de manera crítica para identificar al culpable.

Enseñale cuándo sí y cuando no debe enfrentar discusiones

Ayuda a tu hijo a comprender que a veces es mejor evitar conflictos en lugar de discutir. Es lógico que no siempre sea posible evitarlos si dos niños que se disgustan se sientan uno al lado del otro en el aula.

Sin embargo, tener una charla para aclarar la situación con los maestros y los otros padres, incluidos los niños, puede ser de gran ayuda. La mayoría de las escuelas tienen especialistas que actúan como mediadores.

Si estos intentos de resolver el problema no tienen éxito, personas externas como psicólogos infantiles, mediadores o incluso el pediatra pueden ayudar. Juntos seguramente encontrarán una manera de abordar las cosas para encontrar paz finalmente.

Tomarse un descanso también puede ser una gran cura, tanto para padres como para los niños, esto también puede ayudarlos a distanciarse y obtener una perspectiva diferente sobre los problemas. Discutan todas las opciones juntos e involucra a tu hijo en la propuesta de soluciones. Cambiarlo de escuela solo debe considerarse como último recurso.