7 maneras de ser una persona más paciente

La paciencia es uno de los rasgos de carácter más útiles que podemos desarrollar. Ya sea que estemos lidiando con un caso prolongado de gripe, un familiar preocupante, aprendiendo un segundo (o tercer) idioma o sacándonos de un agujero financiero, la paciencia nos permite resistir las frustraciones, controlar nuestro genio, regular nuestro nivel de estrés, y mantener nuestra situación en perspectiva. Las siguientes son 7 maneras que te pueden ayudar a ser una persona más paciente.

Hechos sobre la paciencia

La paciencia puede ser incluso más importante que el talento. Probablemente haya escuchado la fábula sobre la liebre y la tortuga, en la que la persistencia lenta y constante de la tortuga supera la rapidez y la distracción de la liebre.

La aptitud natural y verdadera te dará una ventaja, pero si no se ve atenuada por la paciencia y la voluntad de aguantar y mantener tu ojo en la meta, tus habilidades innatas pueden no llevarte lo suficientemente lejos. Sin embargo, incluso si no eres el caballo más rápido fuera de la puerta, ten en cuenta que tu tenacidad puede ser una ayuda poderosa para alcanzar tus objetivos.

La paciencia puede ayudarte a resistir la urgencia impulsiva. Es bastante claro que atacar verbal o físicamente puede sabotear una relación importante, descarrilar tu carrera o incluso poner en peligro tu vida (ejemplo: la ira en la carretera).

Además, ceder a tus antojos en forma de atracones o consumo excesivo de alcohol puede resultar en un ciclo adictivo arraigado y un daño asociado a tu salud y tranquilidad. ¿Quién quiere estar a merced de sus reacciones instintivas?

La paciencia mejora tus relaciones. Las personas encuentran consuelo y satisfacción al estar cerca de personas en las que se puede confiar para cumplir sus compromisos y tolerar los inevitables tiempos difíciles.

La paciencia disminuye tu nivel de ansiedad. La vida no siempre irá a nuestro favor, y ninguna cantidad de portazos y pataletas cambiarán este hecho. Cuando volvemos a enfocar nuestra atención en lo que podemos hacer con respecto a una situación, y resolvemos tolerar lo que no podemos cambiar, nos tranquilizamos, en lugar de desperdiciar una valiosa energía y exigir que las cosas sucedan de acuerdo con nuestro calendario.

La paciencia es un ejercicio para aceptar que muchas cosas llevan tiempo. Algunas veces toma un tiempo antes de que veamos algún indicio de progreso, pero con paciencia tenemos más probabilidades de soportar la espera hasta que el cambio y el crecimiento se hagan evidentes.

Para citar a Ralph Waldo Emerson, “Adopta el ritmo de la naturaleza; su secreto es la paciencia”. No podemos esperar que una bellota plantada en el suelo se convierta en un roble durante la noche. Pueden pasar meses para que incluso el más pequeño brote emerja del suelo, pero sería un error suponer que mientras tanto no sucedió nada. La mayoría de los avances ocurren de manera incremental, no en repentinas, enormes manifestaciones.

Métodos para ser una persona más paciente

Replantea cómo ves una situación

Si un amigo llega 15 minutos tarde a una cita para tomar un café contigo, en lugar de asumir automáticamente que es desorganizado, no tiene en claro tus prioridades o es desconsiderado, intenta considerar otras razones de su tardanza. Tal vez se atascaron en el tráfico, se les pinchó una rueda o no entendieron bien el momento en que se encontraban.

O tal vez solo llegan tarde a las citas, en lo que puedes considerar la importancia relativa de este rasgo en tu amistad. Todos tenemos nuestras peculiaridades.

Cuenta tus bendiciones

Cuando quedamos atrapados en la impaciencia por las personas o la vida misma que no se juega de acuerdo con nuestro horario preferido, puede ayudarnos a detenernos y hacer una lista de gratitud, ya sea mental o en papel.

¿Qué factores están de tu lado? ¿Qué puedes apreciar en este momento, en lugar de contener la respiración para obtener un resultado deseado que puede o no materializarse?

Espera retos

El optimismo es útil hasta cierto punto, pero asumir alegremente que todo irá bien puede hacerte tropezar cuando te encuentres con obstáculos. Ser realista y ser paciente con los obstáculos aumentará tus posibilidades de recorrer la distancia. El hecho de que algo sea incómodo no significa que no deba ser. Recuerda que puedes tolerar este inconveniente.

Practica la pausa

Cuando te sientas estresado o impulsivo, toma cinco respiraciones lentas y profundas. Mantente atento a tu respiración y deja de lado otras preocupaciones. Vuelve a enfocar tu atención en este momento, en lugar de reflexionar sobre el pasado o las preocupaciones sobre el futuro. Nota tus sentimientos, pensamientos y sensaciones corporales. Desarrolla la capacidad de seguir tomando el siguiente paso indicado, guiado por tu sabiduría interior, en lugar de satisfacer tus impulsos compulsivos.

Suelta el perfeccionismo si buscas ser una persona más paciente

Somos trabajos en progreso. Ten paciencia con tu propio proceso. Es difícil ser paciente con tus circunstancias y con otras personas cuando te estás exigiendo demasiado. Bien puedes encontrar que el mejor lugar para comenzar a practicar la paciencia es en casa y dentro de tu propia alma. Si cometes un error, aprende lo que puedas del mal paso y sigue avanzando. Recuerda que ningún bebé aprendió a caminar sin caerse muchas, muchas veces, y volver a levantarse para dar el siguiente paso tambaleante.

Está bien con no saber todas las respuestas

La mayoría de las veces estamos operando con información incompleta. Como Rainer Marie Rilke dijo con tanta elocuencia:

«Les ruego que tengan paciencia con todo lo que no esté resuelto en su corazón y traten de amar las preguntas como si fueran habitaciones cerradas o libros escritos en un idioma muy extranjero. No busques las respuestas que no se te podrían dar ahora porque no podrías vivirlas. Y el punto es, vivir todo. Vive las preguntas ahora. Quizás entonces, algún día en el futuro, gradualmente, sin siquiera darte cuenta, sigas tu camino hacia la respuesta.»

La paciencia es un ejercicio de confianza, al mismo tiempo que se hace el trabajo pertinente.

No dejes que tus estados de ánimo dicten tus decisiones

Para citar a Robert Schuller, “Nunca cortes un árbol en el invierno. Nunca tomes una decisión negativa en el corto tiempo. Nunca tomes sus decisiones más importantes cuando estés en tus peores estados de ánimo. Espera. Se paciente. La tormenta pasará. Vendrá la primavera”.

Especialmente, ten cuidado con estar demasiado hambriento, enojado, solo o cansado. Si te encuentra en tal estado, come un refrigerio, cálmate, habla con un amigo o toma una siesta, de acuerdo con tus necesidades. Una vez que hayas hecho esto, estarás en una mejor posición para tener una visión equilibrada de tu situación y volver a aplicarte a la tarea en cuestión.

En última instancia, sé paciente con el proceso de desarrollo de la paciencia. Hay una razón por la que la paciencia se considera una virtud: requiere práctica.

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