Dar mucho y recibir poco puede ser la causa de tu fatiga

Dar demasiado nos puede hacer sentir fatigados

La fatiga o cansancio emocional es una sensación de agotamiento mental y psicológico crónico, que se da como resultado del desgaste que producen las exigencias personales; que nosotros mismos generamos aunque no seamos los causantes directos.

La manifestación de este estado de extenuación psicológica, puede incidir en el modo en el que nos comportamos y la actitud que tenemos para afrontar las exigencias de la vida cotidiana; por lo que hay que prestarle el máximo de atención para prevenir males mayores.

Cuando se produce un cuadro de fatiga emocional, existe por lo general un detonante que provoca el afloramiento de una serie de sintomatologías; asociadas a la sobrecarga mental que pudiese padecer una persona; como consecuencia de situaciones continuadas de estrés mental o exigencias emocionales.

Este detonante puede estar representado por algún suceso que genere altos niveles de  estrés emocional, como lo podría ser el proceso de una ruptura amorosa, la desaparición física de  un ser querido o una situación duradera de desempleo.

¿Cuáles son los factores que inciden en la manifestación de la fatiga emocional?

 La fatiga emocional puede afectar indistintamente tanto a hombre como a mujeres, pero estas últimas (sobre todo si son madres), tienen una mayor propensión a padecerla por los factores que se mencionan a continuación:

  1. Tienen una mayor exigencia emocional, demandada por la entrega total que ofrece a los hijos y al esposo, sirviendo de paño de lágrimas tanto para unos como para el otro.
  2. Es la persona a la que suele recurrir el resto del grupo familiar, para plantearle sus resquemores, penas, dudas y en fin; todos esos sentimientos con los que tiene que convivir un ser humano.
  3. Por lo general, le corresponde guardarse para sí confesiones afectivas depositadas en ella con carácter de confidencialidad; por lo que no puede consultarlas o evaluarlas si llegan a tener alguna incidencia en la vida familiar.

Todas estas situaciones van sobrecargando a la persona de emociones contenidas que no pueden drenarse, y por el contrario, lo que hacen es represarse cada día más hasta que se produce un quiebre emocional.

Los hombres no escapan de este trastorno, aunque en ellos las causas que generan la fatiga emocional atiende mas a procesos mentales, relacionados a las presiones laborales, los problemas económicos, la educación de los hijos y otros factores por el estilo.

En ambos casos, independientemente de las causas, la fatiga emocional hace su aparición y condiciona el desenvolvimiento normal de la persona; quedando la puertas abiertas para que se produzcan consecuencias psicológicas de pronóstico reservado.

¿Cómo se manifiesta un cuadro de fatiga emocional?

Las personas que atraviesan una fatiga emocional, en líneas generales, no están conscientes de que la están padeciendo; por lo que prestan poco o ninguna atención a sus síntomas.

Esto es motivado a que se genera una conducta de negación y rechazo al hecho de sentirse mal.

Aún así, su condición se refleja en una serie de trastornos de carácter físico y psicológico como los que a continuación se mencionan:

  • Escasa o baja tolerancia a situaciones que generen estrés.
  • Falta de atención o baja capacidad de concentración.
  • Desapego a la vida y falta de motivación.
  • Sensación continua de cansancio tanto físico como mental.
  • Despersonalización y baja autoestima.

La persona que presenta un cuadro de fatiga emocional, llega a aceptar esa condición y entiende que es su “deber” mantenerse firme; ante las distintas presiones que otras personas o situaciones ejercen sobre ella.

Inclusive, internaliza que tiene la obligación de soportar sobre sus espaldas; las cargas que corresponde llevar a otras personas como su pareja, padres, hijos y en algunos casos hasta jefes o amistades.

Recomendaciones para aliviar la fatiga emocional

Ante esta situación, todo pasa por entender que se tiene un problema al cual se le debe buscar solución.

El estar consciente de ello, ya es un gran avance:

  • Ponle un límite a la carga que estas dispuesto a soportar y que cada quien absorba la que le corresponda.
  • Aprende a decir no, sin que te sientas mal por ello. Tu gran responsabilidad es tu propia vida.
  • No permitas que te invadan los sentimientos de culpa.
  • Diviértete y practica ejercicios al aire libre.
  • Abandona el aislamiento y comparte más con tu entorno social.