Importancia de dar tiempo de calidad a los niños

Darle tiempo de calidad a nuestros hijos

No es tiempo de calidad el pasar todo un día con el niño si no se presta la atención requerida; esto es similar a estar ausente. Tiempo de calidad es estar con el niño e involucrarse en lo que a él le gusta, lo que necesita, compartir actividades y brindarle una atención completa.

Muchos padres viven en medio de una disyuntiva con respecto al cómo contribuir para que sus hijos sean seres más felices. En medio del poco tiempo disponible que le dejan todas las obligaciones del día a día deben decidir si lo más importante es darle la comodidad económica o compartir con ellos.

La falta de atención a los niños va en aumento

Esta es una situación bastante común en la que quedan inmersos muchos padres en la actualidad dada las dinámicas laborales, la competencia y la necesidad en muchos casos de que ambos padres tengan que salir a trabajar o que solo en uno de ellos haya recaído todas las responsabilidades respectivas al niño como la manutención y la crianza.

Ante la necesidad apremiante que les lleva a escoger por darle prioridad al trabajo como la única fuente de sustento económico el niño pasa a un segundo plano y es poco el espacio disponible para dedicarle el tiempo de calidad que requiere para potenciar su desarrollo integral.

Calidad vs cantidad:

Si bien es cierto que las circunstancias actuales en muchos casos merman la posibilidad de concederle tiempo de calidad al niño debido a las múltiples obligaciones y compromisos, así como al cansancio, es importante tomar conciencia de que siempre se puede idear una solución en la que el niño salga beneficiado.

¿Qué es darle tiempo de calidad a los niños?

Se trata de abocarse y darle la importancia requerida a las necesidades a nivel emocional del infante ya que son una base fundamental para su normal desarrollo. Partiendo de este hecho, lo aconsejable es que los padres planifiquen dentro de sus apretadas agendas espacios en los que puedan destinar tiempo de calidad a los niños.

En estos casos unos minutos diarios pueden hacer la diferencia, no es obligatorio disponer de un día entero, el niño lo que más necesita es que en ese tiempo que se le dedique el padre este completamente presente para él, le escuche y le brinde el amor que necesita.

Por ello es realmente importante crear los escenarios para que se comparta con el niño, incluso se les puede incorporar dentro de las tareas diarias si no hubiese otro momento disponible.

El factor a tomar en cuenta es que durante estos períodos se debe contar con espacios para la comunicación, para escucharles atentamente, conocer sus sentimientos, preocupaciones, miedos, para jugar, lo cual ayudará a fortalecer los vínculos entre padres e hijos. No es tiempo de calidad el pasar todo un día con el niño si no se presta la atención requerida; esto es similar a estar ausente.

Cómo contribuye el tiempo de calidad en el desarrollo de los niños

A nivel emocional, es en gran parte lo que un niño requiere para su óptimo desarrollo y posterior desenvolvimiento dentro de los contextos sociales en los que este inmerso.

Eric Berne, creador de la Terapia con tendencias humanistas denominada Análisis Transaccional, hacía alusión al cuidado o la atención que se le conceda a un niño llamándole “Caricias”.

Una caricia se define como cualquier acto que implique el reconocimiento de la presencia de otro, es cualquier estimulo social dirigido de un ser vivo a otro y que reconoce la existencia de este. (1) Cabe destacar que las caricias pueden tener una connotación positiva o negativa dependiendo de las emociones que se desprendan del trato que se le proporcione a la persona.

Para Berne lo ideal consiste en recargar, por así decirlo, al niño de caricias positivas, lo cual actuará como una barrera que le protegerá de las adversidades que se le puedan presentar o del desamor en su edad adulta.

En palabras de Berne, cuando existen carencias ambientales de importancia tales como la deprivación maternal, el abandono, la falta de contacto físico, etc., sea por las razones que fuera y en función de la gravedad, las reacciones van a ser de ansiedad aguda, de necesidad de amor, de sentimientos de tristeza, de miedo… Estas emociones son demasiado grandes e intensas para las inmaduras posibilidades de control del niño y por ello van a constituir el consiguiente trastorno en su organización psíquica. (2)

Basándonos en todo lo anteriormente expuesto, puede decirse que dedicar tiempo de calidad a los niños le beneficiará de las siguientes maneras:

Fortalece el vínculo entre padres e hijos:

Este es un factor esencial para el normal desarrollo a nivel emocional del niño y se va forjando de manera progresiva a medida que se interrelacionan como familia y comparten momentos, vivencias y experiencias que les llevan a conocerse e identificarse.

Crea espacios para la expresión:

El tiempo de calidad contribuye a mejorar la comunicación entre padres e hijos, base fundamental en cualquier relación humana. Es ideal que al niño se le escuche atentamente, lo cual permitirá por una parte conocerle mejor mientras que él aprenderá por medio del ejemplo a escuchar activamente a las demás personas.

Fortalece la autoestima y seguridad en sí mismo:

Un niño que es escuchado, amado y atendido verá su autoestima reforzada en la medida en que sabe que es importante y reconocido por sus padres.

En el tiempo de calidad que se le dedique él podrá forjar bases sólidas para su amor propio y aumentará la seguridad en sí mismo. El hecho de sentirse respetado y aceptado dentro de su primer círculo social le preparará para la vida futura.

Facilita el aprendizaje de los valores familiares:

El contacto continuo entre padres e hijos facilitara la adquisición de valores éticos y humanos, los cuales tomará a modo de ejemplo, o de la enseñanza que por medio de diálogos cotidianos reciba de sus padres.

Las experiencias provenientes de los momentos compartidos entre padres e hijos crearán recuerdos perdurables que acompañaran al niño hasta la edad adulta. El pequeño quizás olvide el juguete caro que se le compró y deje de jugar con él después de unas horas pero lo que nunca olvidará son las muestras de afecto que recibió día tras día.

Bibliografía:
  1. Consejo General de la Psicología de España. Análisis Transaccional: Caricias. (Internet). (Consultado 31 de julio 2.019). Disponible en: [www.cop.es]
  2. Pereira, M. Eric Berne y el Análisis Transaccional. (Internet). Instituto Superior de Estudios Psicológicos; 30 de noviembre de 2.017.  (Consultado 31 de julio de 2.019). Disponible en: [Isep]

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