La soledad puede ser una manifestación de trastornos infantiles

una mujer que sufre soledad por tener problemas de traumas infantiles

La soledad no es algo malo para la salud física y mental de una persona, sin embargo, cuando existe una incapacidad emocional o es producto de una dificultad para conectar con los demás, puede hacernos sentir aislados del mundo, y esto se puede considerar que los traumas sufridos en la infancia pueden tener alguna relación con ello.

Incluso, cuando una persona que a tenido trastornos infantiles se conecta con los demás, muchas veces las relaciones que forman no siempre son constructivas.

Ultimamente parece que las relaciones se han vuelto más difíciles de conseguir. Desafortunadamente, las personas que han experimentado traumas infantiles están con una desventaja aún mayor cuando se trata de formar alguna pareja o tener algún tipo de relación con alguien.

El trauma infantil puede tener repercusiones de por vida

Estos pueden ser de menores a severos, dependiendo de la gravedad y la duración del trauma, la presencia del apoyo de los padres durante los eventos traumáticos, así como la resistencia innata del niño que los experimentó.

Las personas con traumas significativos en la niñez, pareciera que tienden a luchar más que la mayoría de las personas, con sus relaciones. Estas personas tienen problemas para acercarse a los demás y cuando se conectan con otras personas, las relaciones que forman pueden tener muchas dificultades.

Tipos de traumas infantiles

Los traumas de la infancia pueden suceder de muchas formas. Puede tomar la forma de negligencia emocional o abandono grave de los padres, se puede presentar de alguna de las siguientes maneras:

  • explotación o maltrato infantil;
  • crítica constante o socavamiento;
  • encierros o privaciones constantes;
  • asalto físico o abuso;
  • experiencias de profunda pérdida o miedo;
  • vivir en ambientes inestables o peligrosos.

Independientemente de la forma que tome el trauma sucedido en la infancia, la falta de apoyo de los padres combinado con un mayor grado de susceptibilidad personal a los eventos traumáticos, puede conducir a la formación de heridas emocionales y, a menudo, trastornos de apego.

Por qué les cuesta crear relaciones

En adultos emocionalmente sanos, conectarse con los demás les puede resultar relativamente fácil. Nos encontramos con personas, nos queremos y formamos fuertes vínculos sociales. En las personas que han sufrido un trauma infantil, todas estas etapas pueden verse afectadas.

Las personas con un historial de traumas en la infancia pueden creer que los demás solo querrán acercarse a ellos si son agradables o se preocupan por ellos.

El individuo emocionalmente herido tiene más dificultades para confiar en los demás después de las dolorosas experiencias que han vivido.

Pueden tener una creencia profunda de que no son amables o que no tienen derecho a una relación amorosa. Pueden estar aterrorizados de ser lastimados, explotados, abandonados o rechazados. Todo esto podría llevarlos a aislarse y evitar la cercanía con los demás.

Estas personas suelen entrar en relaciones co-dependientes, y cuando estos invariablemente se desmoronan, tienen más miedo que nunca de ser lastimados otra vez.

Algunas de estas personas están tan convencidas de que serán rechazadas que se comporten inadvertidamente de manera que provoquen que la otra persona haga esto. (Este es un ejemplo de cómo nuestros mecanismos de defensa psicológica se vuelven contraproducentes, dándonos exactamente lo que estamos tratando de evitar).

Las personas con traumas infantiles pueden tener necesidades profundas (y válidas) de amor y educación que no se cumplieron cuando estaban creciendo.

Algunos creen que pueden satisfacer estas necesidades en sus relaciones adultas. Esto puede conducir, en el mejor de los casos, a relaciones disfuncionales y, en el peor de los casos, a relaciones abusivas en las que un depredador astuto y explotador se aprovecha de su necesidad.

Las personas con heridas emocionales de una infancia dolorosa a menudo se sienten incómodas con otras personas y no saben cómo actuar. A menudo se sienten incómodos y ansiosos en situaciones sociales, lo que lleva a interacciones molestas que solo refuerzan su sensación de alienación.

Estas personas tienen dificultades para formar vínculos estrechos, ya sea porque no esperan que las personas se queden o porque después de todo lo que han pasado, les resulta difícil abrir su corazón a otra persona.

A veces, su profunda ambivalencia acerca de la cercanía hace que se comporten de maneras confusas o desagradables para los demás.

Algunas personas con un historial de traumas infantiles podrían elegir amigos o parejas abusivas o hirientes. Esto sucede porque de esa manera podrán seguir repitiendo el patrón que los hace sentir familiar con los traumas vividos en el pasado.

Tristemente, estar en relaciones con personas que lastiman puede hacer que los que sufren de trauma tengan mucho más miedo de involucrarse con la siguiente persona, lo que resulta en un mayor aislamiento social.

La soledad es una gran parte de nuestra sociedad moderna. Cada vez más, nuestras «relaciones» se llevan a cabo en las redes sociales en lugar de en persona.

Una persona con trastornos infantiles que se siente aislado, solo y sin amistades, debería acercarse a un terapeuta, trabajar con un especialista puede ayudarte a sanar y mejorar su calidad de vida en poco tiempo. Aislarse nunca es una buena opción.