A menudo se subestima la importancia de un padre en la vida de los niños. Sin embargo, estudios han demostrado consistentemente que los padres juegan un papel central en muchos aspectos del desarrollo de un niño, incluido el bienestar emocional, el desempeño educativo y las interacciones sociales.
Durante siglos la imagen del modelo paterno fue la del líder. El padre era el poder indiscutible de la familia. Esto, por supuesto, comenzó a cambiar con los cambios sociales y económicos del siglo XX, que provocaron un cambio en la estructura familiar con el resultado de que el papel del padre pasó del de disciplinario al de cuidador. Los padres ahora, en lugar de ser figuras distantes en la vida de sus hijos, participan activamente en su crianza.
Cómo afecta la ausencia del padre en las diferentes etapas de desarrollo
La ausencia del padre en la infancia y la primera infancia (1-7 años) puede tener efectos profundos en el desarrollo narcisista. Esto puede incluir temores de abandono y pérdida, así como una mayor necesidad de cercanía por parte de la madre.
La ausencia paterna también puede afectar el proceso de separación-individualización y la estabilización de los niños en la etapa de desarrollo posterior a la infancia. El niño puede ser conducido a distorsiones de emociones y miedos que debe aprender a manejar, debido a la falta de vínculo con el padre.
Durante el período de latencia (7 a 11 años), un niño puede verse privado de un sentido de propiedad y productividad que proviene del desarrollo de habilidades y talentos mediante el modelado y la identificación con el padre. El niño durante esta etapa comprende mejor el mundo que le rodea y adquiere conocimientos y habilidades sociales.
Durante la adolescencia (12-18 años) puede conducir a una sobreidealización del padre ausente y a la resolución de problemas que no se han abordado en etapas anteriores, así como a un retraso en la socialización en grupos de iguales.
Los efectos a la salud mental de niños y niñas
Según investigaciones, los niños que crecen en un hogar sin padre tienen mayores índices de depresión y emociones negativas, falta de confianza y baja autoestima. De hecho, tienen un 85% más de probabilidades de desarrollar problemas de comportamiento debido al estrés del abandono.
También es significativo el número de hijos de padres ausentes, quienes también han relatado incapacidad para aferrarse a cualquier padre posterior que ingresó a la familia.
Los efectos en niños y niñas
Para un niño, identificarse con el padre cultiva un sentido de masculinidad y confianza, a diferencia de un niño que crece sin la figura paterna. Privado de un padre que le ayude a dar forma a su desarrollo activamente, es incapaz de defenderse del miedo, manifestando pasividad.
Estos niños a menudo exhiben una masculinidad excesiva, que puede resultar de una compensación excesiva por su identidad masculina insegura. Esto puede llevar al rechazo, aumento de la agresión y explotación hacia las mujeres.
El ausentismo del padre en las niñas está asociado con la adolescencia temprana que está conectado con una variedad de resultados negativos para la salud mental y física, incluido un mayor riesgo del 4.7% de cáncer de mama.
Las niñas en particular tienen un alto riesgo de desarrollar depresión y baja autoestima cuando el padre está ausente en la primera infancia. Mientras que son más propensas a experimentar inseguridad y dificultades en sus relaciones con los hombres.
La psicoterapia es importante
El hijo de un padre ausente puede estar confundido acerca de quién es su padre y por qué no está presente. Cuanta más información tenga, mejor será su bienestar social y emocional.
Los niños que experimentan la ausencia del padre a menudo fantasean con él, creyendo que su ausencia es culpa de ellos. Uno de los roles clave de la psicoterapia es crear una apreciación más realista del padre, maximizar el impacto psicológico y mejorar la calidad de vida del niño.
