Existe una predisposición genética en donde las personas que presentan con regularidad cuadros ansiosos o depresivos, tienen una mayor propensión a tener niños con ese mismo tipo de trastorno.
En ellos es posible observar cierta tendencia a poseer temperamentos un poco ansiosos; por lo que sus reacciones ante eventuales amenazas es exagerada. Este tipo de temperamento puede llevarlos posteriormente, a desarrollar trastornos de ansiedad o de depresión.
De hecho, se calcula que la mitad de los niños que evidencian episodios de ansiedad extrema durante su etapa infantil, pueden posteriormente llegar a desarrollar este tipo de trastornos en el futuro.
Recientemente ha quedado demostrado que, aparte de los rasgos fisonómicos y algunas enfermedades, la transmisión genética de padres a hijos es capaz de incidir también en algunos rasgos relacionados a la personalidad.
De hecho, existe un estudio que fue publicado en una de las denominadas “Actas de la Academia Nacional de Ciencias”; que proporciona importantes datos relacionados sobre cómo puede llegar a transmitirse el riesgo de padecer ansiedad o depresión entre padres e hijos.
¿Cómo se activa este proceso?
Un estudio realizado por un equipo de científicos pertenecientes a la Universidad de Wisconsin¹, en el condado de Madison, han podido identificar los procesos cerebrales involucrados en esta transmisión.
Los mismos han descubierto que están relacionados con una híper actividad ubicada en un área del cerebro donde se conectan tres regiones:
- El sistema límbico.
- La corteza pre frontal.
- El mesencéfalo.
Efectuando un análisis profundo relacionado con las diferencias particulares existentes en los procesos cerebrales, y las conductas relacionadas con los cuadros ansiosos por medio del árbol familiar; los investigadores pudieron identificar las estructuras cerebrales que intervienen en el traspaso de padres a hijos de la conducta ansiosa.
A través de una perspectiva de correlación genética, los investigadores descubrieron que existe una especie de circuito neuronal; en el cual el metabolismo y la conducta ansiosa en los primeros años de vida quizás compartan una misma base genética.
Entre las conclusiones a las que llegó el equipo científico, hay una que relacionó la híper actividad en estas tres regiones del cerebro; con la posibilidad de llegar a desarrollar trastornos de ansiedad y de depresión a futuro.
Según lo explicado por el investigador Ned Kalin, quien es uno de los co autores del trabajo, publicado por cierto, en la revista científica PNAS²; es un gran paso para el entendimiento de las bases neuronales del trastorno ansioso y genera pistas relacionadas al enfoque que tendrán los futuros tratamientos.
Adicionalmente, el estudio reveló que cerca de un 35% de esta predisposición a tener una conducta ansiosa se podía explicar a través del histórico familiar.
En tal sentido, los estudiosos opinan que cerca de la media de los niños que presentan cuadros ansiosos en extremo durante su infancia; pueden llegar a tener comportamientos depresivos al llegar a la edad adulta.
Todo esto motivado a la probabilidad de que un componente genético asociado a la ansiedad, pueda en alguna forma heredarse de padres a hijos.
¿Cómo afecta este hecho a la población?
En opinión de algunos científicos, los altos niveles que ha llegado a alcanzar el estrés crónico han causado un gran impacto en la sociedad; especialmente en las últimas décadas.
Esto implica el riesgo potencial de que las próximas generaciones, comiencen a experimentar ciertos trastornos de salud mental de proporciones epidémicas.
Ahora bien, el hecho de que en un grupo familiar existan casos de problemas de ansiedad o depresión; no implica necesariamente que uno de los niños vaya a deprimirse. Existen personas que no tienen antecedentes familiares y llegan a desarrollar trastornos de ansiedad.
Sin que tenga mayor relevancia cuáles sean los elementos que pueden llegar a contribuir a la presencia de cuadros depresivos o ansiosos, ambos son completamente tratables. Así que si llegas a sentirte de alguna forma deprimido o identificas síntomas en tus hijos, acude a un profesional y solicítale su ayuda.
Contra lo que puede pensarse, en cierta medida la ansiedad puede convertirse en una especie de ventaja evolutiva, en el sentido de que ayuda a una persona a permanecer alerta ante situaciones que puedan representar un peligro.
El problema radica en que ciertos episodios pueden salirse de control y traer consigo situaciones desagradables.
- Ned Kalin. (6 de Julio de 2015). Brain imaging shows how children inherit their parents’ anxiety. . UNIVERSITY of WISCONSIN–MADISON Recuperado de news.wisc.edu
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