Cómo saber si tienes una madre narcisista

Madre narcisista

El narcisismo puede tener que ver con priorizar el yo, pero si tienes una madre narcisista, puede tener efectos de gran impacto en tu vida. Sigue leyendo para enterarte de si vives con una madre narcisista.

Cuando tu madre es una narcisista

Ya conoces la historia: La Reina Malvada se mira fijamente en su Espejo Mágico y pregunta: «Espejo, espejo en la pared, ¿quién es la más bella de todas?» Y todos los días, el espejo responde que ella es la más bella de la tierra. Hasta que un día el espejo le dice de repente que ya no es la más bella. Esa sería Blancanieves, la hijastra de la Reina.

La historia de Blancanieves y la Reina es el ejemplo perfecto de una madre (o madrastra) con trastorno narcisista de la personalidad, una condición en la que alguien valora su propia autoestima por encima de todo y carece de la capacidad de relacionarse con los demás de forma estable y forma realista.

“Su autoestima es como un globo que caerá lentamente al suelo a menos que alguien esté cerca para darle un empujón con regularidad”, explica Elinor Greenberg, PhD, psicóloga licenciada y autora de Borderline, Narcissistic, and Schizoid Adaptations: The Pursuit of Love, Admiration, and Safety.

Algunos narcisistas buscan este empujón en su trabajo o círculo social. Otros buscan recibirlo de su pareja romántica, y los padres narcisistas pueden utilizar a sus hijos para elevar sus egos.

Entre estos últimos, existen diferentes formas en que una madre puede utilizar a sus hijos para lograr la validación, elogio y adoración que anhela. Entonces, si alguna vez te has preguntado «¿Soy yo o es ella?» aquí te damos cuatro ejemplos que te ayudarán a identificar si tienes una madre narcisista.

El narcisista del armario

“Conocí a una mujer cuyo hijo fue a una escuela privada en la ciudad de Nueva York”, recuerda Greenberg. “Ella idealizó a su hijo como el niño perfecto, el especial de la familia. Me la encontré un día y lo primero que dijo fue: ‘Nunca adivinarás cuántos seguidores en Facebook tiene mi hijo’. Ella habló con entusiasmo sobre lo popular que es. De hecho, tuve que preguntar por su hija porque la mujer nunca la mencionó”.

Esta madre era una narcisista de armario, explica Greenberg. Ella no se siente especial consigo misma, por lo que busca otras formas de obtener ese reconocimiento.

“La narcisista de armario está nerviosa por sentirse expuesta como inadecuada, por lo que se apega a algo (su hijo, en muchos casos) y constantemente presume de lo genial que es y que deberías apoyarla”, dice Greenberg.

Si bien tener una narcisista de armario como madre a veces puede ser agradable para el niño dorado que recibe toda la atención y elogios, también puede ser increíblemente vergonzoso durante los períodos en la vida de un niño cuando la vergüenza es el peor de los castigos. Y si hay otros niños en la familia, pueden sentirse ignorados.

El narcisista exhibicionista

“Hace tiempo estaba en una producción escolar de uno de mis hijos. La chica que era la estrella del espectáculo hizo un gran trabajo”, dice Greenberg. “Pero la reacción de su madre fue: ‘Bueno, fui la que hizo tu disfraz. Por fuiste tan buena. No podía reconocer el talento de la niña”.

Narcisista escandalosa

“Esta madre asume indirectamente la responsabilidad de todos los logros del niño y no se responsabiliza de las deficiencias”, dice Mike Gallagher, consejero clínico profesional licenciado y director clínico del Shoreline Recovery Center en Encinitas, California.

También es la expresión del trastorno de personalidad narcisista más similar a cómo actuaría un narcisista grandioso (alguien que es extrovertido, sociable y carismático) en una relación romántica. Esto puede tener un impacto serio en el desarrollo y la autoestima del niño.

“Si la madre es una narcisista escandalosa, eso es peor que si el padre lo es porque ya que los niños tienen más cercanía con sus madres en sus primeros años”, explica Greenberg. “Esto tiene un gran impacto en el niño en una etapa temprana de la vida. Ya que tendrán menos conexión, menor nivel de crianza, y se les da menos atención”.

Y si el hijo es una niña, las cosas pueden empeorar aún más.

“Cuando se trata de las hijas, las madres pueden volverse competitivas. Es como si fuera Blancanieves”, añade Greenberg. “Las madres se asegurarán de que sus hijas no sean tan bonitas como ellas”. Esto, a su vez, puede generar ansiedad y preocupación constantes en las hijas a medida que crecen (y es un ejemplo de abuso narcisista).

El narcisista fallido

Considera una familia de clase media baja. La madre es ama de casa, el padre se gana la vida cómodamente y la familia es feliz. Luego, su hija crece, comienza su propio negocio y lo vende para obtener una ganancia significativa. Pero en lugar de recibir felicitaciones cuando regresa a casa con las buenas noticias, su madre está enfadada.

«¿Crees que eres mejor que yo?» le dice. «Bueno, nunca lo serás».

“Naturalmente, los hijos quieren que sus padres estén orgullosos de ellos y felices por ellos”, dice Greenberg. “Pero este tipo de madre, la narcisista fallida, no se sentirá de esta manera. Se siente como un fracaso, por lo que preferiría que su hijo también fracasara”.

En este caso, lo peor que puede ocurrir para una madre así sería que su hijo la superara a sus ojos, porque entonces lo empezaría a menospreciar. “Los narcisistas deben seguir siendo superiores, incluso cuando se trata de sus hijos”, dice Gallagher.

Nuevamente, cuando se trata de este tipo de madres narcisistas, una mujer posiblemente resulte más dañada que un hombre.

“Debido a que comparten el mismo sexo, la madre narcisista puede sentir que su papel en la familia y su identidad están amenazados”, explica Gallagher. Esto puede hacer que ataquen o degraden a sus hijas y sus logros en un intento por mantener su posición superior en la familia.

El narcisista maligno

Imagina a un hombre que vive a unos pocos estados de distancia de su familia. Después de varios meses de no haberlos visto regresa a casa para las vacaciones. Su madre abre la puerta y lo abraza. Luego ella se aparta, lo mira y dice: “¡Te afeitaste la barba! Qué pena, eres mucho más guapo cuando tienes barba. Ahora todo el mundo va a notar cuánto peso has ganado”.

«Esta mujer, la narcisista maligna, probablemente siempre ha sido desagradable y un poco aguafiestas», dice Greenberg. “Cuando era joven, las personas que la rodeaban probablemente pensaron que era linda y amable. Pero, en realidad, es una sádica que disfruta causando dolor a otras personas”.

Esta es la razón por la que los niños criados por narcisistas malignos son los más propensos a sufrir abuso mental o emocional.

Según la Complex Post-Traumatic Stress Disorder Foundation, los narcisistas malignos usan información personal y técnicas como el gaslighting para manipular y dañar a las personas que los aman y dependen de ellos. Como resultado, los niños pueden crecer sintiéndose inferiores o ansiosos.

Cómo lidiar con una madre narcisista

Desafortunadamente, es difícil evitar interiorizar el trato de una madre narcisista, especialmente si comienza desde una edad temprana. Y en muchos casos, es posible que los niños ni siquiera sepan que la forma en que están siendo tratados es anormal o poco saludable.

Pero la terapia puede ayudar a los niños a comprender y superar las expectativas poco realistas que se les imponen.