Cómo ayudar a un familiar adicto al juego

Un familiar que es adicto al juego

¿Qué pueden hacer los familiares de los adictos al juego? Tener un familiar con adicción a los juegos de azar puede ser una pesadilla, y tratar de ayudarlo puede suponer un trabajo muy difícil para las personas que lo rodean.

Por lo general, las personas cercanas a los adictos al juego buscan ayuda cuando la crisis en la relación ya es tan severa que no pueden hacer frente a esta situación ellos solos. Es difícil entender por qué alguien en quien pudiste confiar hasta ahora, que fue un apoyo, comienza a mentir, se vuelve agresivo, desaparece durante largas horas sin explicación.

Además, por su adicción al juego está malgastando el dinero de su familia. ¿Qué pueden hacer los familiares de los adictos al juego?

Cómo pueden actuar los familiares de un adicto al juego

Existen una serie de pasos en los que los familiares, tras evaluar sus propias vidas, y concebir la adicción del familiar como un problema, comienzan a manifestar primero su angustia, para posteriormente intentar modificar la actitud del adicto. Tamb9ién este proceso tiene sus propias fases, que se describen más abajo.

Primero que nada se debe conocer el problema

Aprender sobre la especificidad de la adicción al juego ayuda a comprender a la persona que la padece. El reconocimiento de la enfermedad te permite comprender su curso. También te permite llegar a la raíz de las emociones y los comportamientos que son tan difíciles de sobrellevar.

Mentiras, arranques de enojo, robo de dinero: todo está justificado por los detalles de la adicción o ludopatía, que es como se conoce al juego patológico. Darte cuenta de esto te permite dejar de evaluar a una persona enferma en términos éticos, lo que a su vez facilita la comunicación y alivia los conflictos.

Para comprender los motivos del comportamiento de una persona adicta, es mejor familiarizarse con las diversas etapas de la adicción al juego. Estas fases se caracterizan por mecanismos específicos que «justifican» las acciones dañinas de los adictos al jugo hacia la familia.

Segundo: autoconciencia

La siguiente etapa de apoyo para el problema de adicción de un ser querido es comprender lo que está sucediendo en vez de tratar de hacer frente a la adicción de tu pareja por tu cuenta.

El familiar de un adicto al juego, puede verse afectado por fuertes emociones negativas. Por un lado, siente ira y rencores, por el otro, se siente culpable por pensar: «Soy una mala esposa, por eso comenzó a jugar».

Las emociones del familiar se caracterizan, al igual que la adicción, por fases específicas. La última de estas es el agotamiento. Comprender las emociones que puedes tener como familiar del adicto evitará que escalen y ayudará a trabajar en ellas en la etapa más temprana posible (para que no conduzcan a los estados más graves, incluida la depresión.

Fase de dudas

Estas son emociones que vacilan entre la certeza de que un ser querido es adicto y la creencia de que es «solo entretenimiento». La fase de la duda puede durar mucho tiempo, porque hay factores que pueden respaldarla. Estos incluyen, entre otros:

  • el adicto cuida el bienestar en la relación (deseo de mostrar confianza, disposición a mantener buenas relaciones),
  • tendencia a la no automatización (evita las sospechas, minimiza problemas),
  • asumir la culpa (justificar los cambios en el comportamiento del adicto con tus propios errores, culparse a uno mismo por las emociones negativas del adicto),
  • no hay signos externos de adicción (camufla el problema, miente),
  • aparenta una buena situación financiera (el adicto tiene una fácil adquisición de fondos para el juego por parte de un medio que la familia no conoce, por lo tanto, durante mucho tiempo no experimentan las consecuencias financieras de jugar).

Estos factores significan que durante mucho tiempo una persona cercana al jugador puede sentir que «algo está sucediendo», pero no está tratando de buscar el problema o incluso lo niega. La fase de duda termina cuando las personas cercanas chocan con hechos: deudas o pérdida de trabajo del adicto, y ahí teerminan siendo conscientes de que el familiar es adicto al juego y eso ya lo ha perjudicado.

Fase de estrés

El estrés es el resultado de la incertidumbre, la inseguridad, el aumento de la responsabilidad por el problema, las actitudes de dedicación, los intentos de «resolver» el problema mediante comportamientos conflictivos (órdenes, prohibiciones, sumisión, etc.) y la esperanza constante que la situación mejore.

Los familiares a menudo se aíslan, lo que intensifica la sensación de soledad e impotencia. En esta etapa, una persona a menudo cae en la llamada “espiral de la culpa”, al considerar las deficiencias y los comportamientos negativos de uno como las causas de la adicción de un ser querido, y también intenta «compensar» sus errores, creyendo en el poder ilimitado del amor.

Es durante la fase de estrés que los seres queridos controlan al jugador. Le dan dinero, revisan su cuenta, etc. Centrarse en el jugador significa que la familia ignora sus propias necesidades y refuerza su pensamiento negativo sobre sí mismos.

La fase de agotamiento

La impotencia, la depresión, la ira son elementos característicos de la fase de agotamiento. Cuanto más fuertes son, más se descontrola el jugador. Sin embargo, en la fase de agotamiento, la familia puede llegar a conclusiones innovadoras: que solo el adicto al juego es responsable de lo que hace, y ya enfocarse entonces en intentar terminar con la ludopatía de ese familiar.

Cómo ayudar al familiar adicto

La última etapa también es el momento en que la familia generalmente acude a un especialista. Sin embargo, no para ayudarse a si mismos. La pregunta más común es «cómo ayudar a un adicto». La respuesta es simple: debes comenzar contigo mismo.

Un elemento clave del apoyo familiar es el trabajo psicológico intensivo, en el que la familia aprende a entender sus propias emociones, rompe el aislamiento, construye una red de apoyo y trabaja en sus propias creencias dañinas.

Todo esto permitirá establecer límites con el ludópata y construirlo nuevamente, sobre bases nuevas y sólidas. Sin dudas, la terapia psicológica comienza por los familiares para poder asistir de manera productiva a la solución del problema, posteriormente es cuando el adicto debe ser tratado en conjunto, por parte de los familiares y el terapeuta.