¿Es útil la psicoterapia para las personas con síndrome del intestino irritable?

Psicoterapia para tratar el síndrome de intestino irritable

El intestino también se conoce como «cerebro intestinal» o «el segundo cerebro» porque tiene más células nerviosas que la médula espinal, que rodean el tracto digestivo como una red y están estrechamente conectadas con el cerebro. [1,2,3]

Lo que ocurre ahí dentro determina nuestras emociones y estados de ánimo y, por el otro lado, nuestros sentimientos afectan la digestión. Todos saben que una mala digestión afecta nuestro bienestar mental y físico.

Se puede ver en los bebés que sufren de forma visible y audible por flatulencias, o si recordamos aquel día que comimos demasiado picante y experimentamos una gran tensión en los intestinos o lo horrible que es tener estreñimiento o diarrea.

¿La psicoterapia es útil frente al SII síndrome de intestino irritable)?

No es de extrañar, que los resultados de las investigaciones muestren que las personas con síndrome de intestino irritable crónico experimenten un mayor impacto negativo en su bienestar psicológico, que aquellas afectadas por otras enfermedades.

La buena noticia es que los procedimientos psicoterapéuticos hasta ahora han demostrado ser efectivos en el tratamiento del intestino irritable.

Se sabe desde hace algún tiempo que la psicoterapia puede reducir temporalmente los síntomas del síndrome del intestino irritable (SII). [4]

El SII es un trastorno gastrointestinal que afecta al 7-16% de la población estadounidense y que genera gastos anuales de $950 millones a $ 1.35 mil millones para el sistema de salud estadounidense.

Un metaanálisis actual (metaanálisis = resumen de los resultados de muchos estudios individuales durante un largo período de tiempo para obtener un nivel de conocimiento más seguro sobre el tema examinado) muestra que los efectos positivos del tratamiento psicoterapéutico persisten hasta 12 meses después del final de la terapia.

El estudio analizó los resultados de 41 ensayos clínicos de varios países diferentes e incluyó a más de 2,200 personas. Este estudio es el primero en examinar los efectos a largo plazo de la psicoterapia en el SII. [5]

Los beneficios de la psicoterapia son a largo plazo

Se descubrió que los beneficios de los tratamientos psicoterapéuticos no solo aparecen por un corto tiempo, sino que también se pueden extender a largo plazo. Esto juega un papel importante porque el SII es un trastorno crónico y recurrente para el que no existen medicamentos específicos útiles.

El SII, que se caracteriza por dolor abdominal crónico, hinchazón, diarrea o estreñimiento, se clasifica como un trastorno del llamado «eje cerebro-intestinal». Aunque todavía no se sabe cómo se puede curar completamente el SII, existen tratamientos que alivian los síntomas, como ajustes en la dieta, medicamentos e intervenciones psicológicas.

La medicina occidental observa la mente por separado del cuerpo, pero el SII es un ejemplo perfecto de cómo los dos están realmente conectados. Los síntomas gastrointestinales pueden promover el estrés y la ansiedad, lo que a su vez puede aumentar la gravedad de los síntomas. Este es un círculo vicioso que el tratamiento de psicoterapia puede ayudar a romper.

El estudio incluyó el tratamiento con varios enfoques psicoterapéuticos como la terapia cognitiva conductual, los enfoques de terapia de relajación y también la hipnosis. El análisis no mostró diferencias significativas en la efectividad de las diversas formas de terapia. También se descubrió que la duración del tratamiento (número de sesiones) no parece tener relevancia. [6,7]

La perspectiva que fue significativa para el sistema de atención médica en cuanto a los costos fue que los tratamientos en línea fueron tan efectivos como los tratamientos que se llevaron a cabo en un entorno real con un terapeuta presente.

En este metaestudio, el interés se centró en el efecto de los tratamientos psicoterapéuticos sobre los síntomas gastrointestinales. Otro estudio podría y debería centrarse en los efectos sobre el nivel funcional del paciente, como trabajar, ir a la escuela, actividades sociales, etc.

Bibliografía
  1. Ochoa-Repáraz, J., & Kasper, L. H. (2016). The Second Brain: Is the Gut Microbiota a Link Between Obesity and Central Nervous System Disorders?. Current obesity reports5(1), 51–64. https://doi.org/10.1007/s13679-016-0191-1 [Enlace]
  2. Schneider, S., Wright, C. M., & Heuckeroth, R. O. (2019). Unexpected Roles for the Second Brain: Enteric Nervous System as Master Regulator of Bowel Function. Annual review of physiology81, 235–259. https://doi.org/10.1146/annurev-physiol-021317-121515 [Enlace]
  3. Mayer E. A. (2011). Gut feelings: the emerging biology of gut-brain communication. Nature reviews. Neuroscience12(8), 453–466. https://doi.org/10.1038/nrn3071 [Enlace]
  4. Kinsinger S. W. (2017). Cognitive-behavioral therapy for patients with irritable bowel syndrome: current insights. Psychology research and behavior management10, 231–237. https://doi.org/10.2147/PRBM.S120817 [Enlace]
  5. Seminowicz DA, et al. Regional gray matter density changes in brains of patients with irritable bowel syndrome. Gastroenterology. 2010;139:48–57. [PMC free article] [PubMed]
  6. Golden W. L. (2007). Cognitive-behavioral hypnotherapy in the treatment of irritable-bowel-syndrome-induced agoraphobia. The International journal of clinical and experimental hypnosis55(2), 131–146. https://doi.org/10.1080/00207140601177889 [Enlace]
  7. Creed, F., & Guthrie, E. (1989). Psychological treatments of the irritable bowel syndrome: a review. Gut30(11), 1601–1609. https://doi.org/10.1136/gut.30.11.1601