Creencias: qué son y cómo se relacionan con el trastorno de ansiedad

El sistema de creencias y el trastorno de ansiedad

La creencia se puede definir como: un punto de vista o juicio formado acerca de algo, no necesariamente basado en hechos o conocimientos. Un sistema de creencias está compuesto por todas aquellas creencias personales acerca de cómo funciona el mundo, quiénes somos, y quiénes son los demás.

Si bien nuestras opiniones y creencias pueden basarse en hechos (no necesariamente tienen que serlo), nuestro sistema de creencias está compuesto de nuestras propias perspectivas respecto a tal o cual hecho.

Nuestro sistema de creencias es el principal impulsor de nuestros comportamientos

Al interactuar con el mundo (Influencias externas), pensamos en nuestras experiencias de vida. Los pensamientos que tenemos están fuertemente influenciados por nuestro sistema de creencias. Con base a la interacción entre nuestra vida mental y nuestro sistema de creencias, llegamos a ciertas conclusiones. Estas conclusiones impulsan nuestras decisiones, que luego impulsan nuestras acciones.

El comportamiento es resultado de todo el proceso de pensar y actuar

Este proceso tiene lugar cada vez que realizamos una acción… ya sea que nos demos cuenta o no.

La repetición de este proceso de comportamiento una y otra vez sobre un tema o situación en particular puede hacer que este proceso sea tan automático y rápido que parezca instintivo. La habituación ocurre cuando realizamos los mismos procesos una y otra vez hasta que los procesos se vuelven automáticos.

«La práctica hace al maestro» puede venir a la mente cuando hablamos de la habituación. Cuanto más repetimos algo, más automático se vuelve.

Por lo tanto, los comportamientos pueden volverse tan automáticos que se sienten instintivos, naturales, y aparentemente innatos. Sin embargo, nuestros comportamientos implican un proceso de pensamiento, toma de decisiones y una acción resultante.

Si deseas cambiar un comportamiento, deberás abordarlo a nivel de pensamiento… que es donde se origina el comportamiento aprensivo. Puedes lograrlo tratando de comprender tu sistema de creencias, las creencias que contiene, por sacaste esas conclusiones originalmente, qué conclusiones no son saludables (las que llevan a tener un comportamiento aprensivo) y realizar un cambio de comportamiento saludable. Puedes comenzar este proceso entendiendo tus creencias, cuáles son, de dónde provienen y evaluándolas para ver si no son saludables y por qué.

¿Qué son las creencias?

La creencia se puede definir como: algo que uno acepta como verdadero o real, o como falso e irreal.

Por ejemplo, la mayoría de nosotros cree que el sol que está en el cielo es real. Creemos eso porque lo vemos todos los días (cuando no está nublado) y la ciencia ha demostrado que es real. Por lo tanto, creemos que el sol es real.

En base a esta conclusión, nuestro sistema de creencias puede estar compuesto por con:

  • Creencias: es «cierto» que el sol es real.
  • Valores: el sol nos permite vivir en la tierra, por lo que el sol es «bueno».
  • Preferencias: a muchos de nosotros ‘nos gusta’ el sol debido a estas conclusiones, y además, porque el sol se siente cálido. Lo más probable es que haya muchas otras razones por las que a muchas personas les gusta el sol.

En este caso, nuestro sistema de creencias contiene estas afirmaciones: que la existencia del sol es «Verdadera», creemos que el sol es «Bueno» y nos gusta. Una vez que estas declaraciones son internalizadas (aprendidas y aceptadas) en nuestro sistema de creencias, si alguien nos pregunta sobre el sol, lo más probable es que respondamos:

  1. Creemos que el sol es real.
  2. Creemos que el sol es bueno para nuestro planeta.
  3. Nos gusta el sol.

Una vez que hemos internalizado nuestras conclusiones, es difícil cambiarlas, especialmente cuando caen en las categorías de Valores y Creencias. Si es por la categoría de preferencias, no tanto.

¿Qué pasaría si quisiéramos llegar a una opinión diferente sobre el sol, qué tendríamos que hacer?

Para cambiar el comportamiento (la forma en que respondemos cuando alguien nos pregunta sobre el sol), tendríamos que cambiar nuestro sistema de creencias.

Por ejemplo, tendríamos que comenzar con la declaración en la categoría de las Creencias. Si alguien te convenció de que el sol no era real… y tú le creíste, podrías cambiar tu conclusión «el sol es real» por la conclusión «el sol NO es real». Esto cambiaría tu declaración en las Creencias de tu sistema de creencias a: el sol NO es real.

Si alguien también te convenció de que el sol es dañino y, por lo tanto, no es «Bueno», esto también cambiaría tu declaración de la categoría de Valores a: el sol es MALO.

Y si crees que el sol es malo, tu preferencia podría cambiar a: «No me gusta» el sol.

Estas opiniones diferentes cambiarían tu sistema de creencias en consecuencia. Posteriormente, cuando alguien te pregunte sobre el sol, lo más probable es que respondas de manera diferente a como hiciste originalmente: “No hay sol. Si hubiera un sol, sería malo y, por lo tanto, no me gustaría «.

Un cambio en tu sistema de creencias provoca un cambio en el comportamiento

La realidad es que muchos de nosotros tenemos creencias que consideramos firmemente que son ciertas, cuando en realidad son falsas. Estos son los tipos de creencias que a menudo causan problemas de ansiedad. En consecuencia, alimentan un estilo de vida demasiado aprensivo y temeroso.

Entonces, ¿cómo se aplica todo esto a la ansiedad?

El comportamiento aprensivo es causado por aspectos poco saludables de tu sistema de creencias. Si deseas eliminar el comportamiento aprensivo, deberás identificar estas partes no saludables de tu sistema de creencias y cambiarlas para que tu comportamiento resultante sea saludable en lugar de temeroso y aprensivo. Superar el trastorno de ansiedad y sus síntomas se trata de hacer este tipo de cambio de comportamiento saludable, a nivel cognitivo, ya que ahí es donde empiezan nuestros comportamientos.

Aquí hay un ejemplo:

Muchas personas que luchan con el trastorno de ansiedad lo hacen porque creen firmemente que son inferiores a los demás o que tienen fallas de alguna manera. Esta es una autoestima poco saludable. La autoestima poco saludable está fuertemente influenciada por cómo se construye tu sistema de creencias. Este es el por qué:

Muchas personas que luchan con el trastorno de ansiedad fueron criadas en entornos donde había una forma de abuso físico, psicológico, emocional y espiritual. Un ejemplo de esto sería un niño que creció en un hogar donde su padre era demasiado crítico, tenía expectativas poco realistas y era un estricto disciplinario. Como resultado, el niño se convencerá a sí mismo de que todo lo que hizo no fue lo suficientemente bueno para su padre.

Además, cuando el niño hacía algo que el padre pensó que no debería haber hecho, el padre gritaba, insultaba, y amenazaba con violencia. En este ejemplo, a veces el padre llegaba a ser físicamente abusivo (azotes, bofetadas, puñetazos, etc.).

Es importante entender que el padre aprendió su estilo de crianza de sus padres y pensaba que estaba haciendo lo mejor para el niño. Sin embargo, el niño no lo percibió de esa manera en ese momento. Ya que los niños toman las cosas personalmente, el niño llegó a la conclusión de que había algo mal con él porque su padre siempre estaba molesto con él. Años y años de ser tratado de esta manera da como resultado que el sistema de creencias de un niño se componga de algunas creencias poco saludables, como las que se mencionarán a continuación.

Creencias hereddas por una educación estricta:

  • Es cierto que hay algo mal conmigo.
  • Es cierto que es mi culpa que los demás se molesten.
  • Es cierto que los niños deben ser vigilados y no escuchados.
  • Es cierto que está mal expresar mi opinión.
  • Es cierto que tengo que preocuparme mucho por lo que otros piensan de mí.
  • Es cierto que no debería molestar a nadie.
  • Es cierto que nunca voy a ser lo suficientemente bueno.
  • Es cierto que si alguien está molesto, he hecho algo mal.
  • Es cierto que cometer errores está mal.
  • Es cierto que no importa cuánto lo intente, nunca seré aceptable para los demás.
  • Es cierto que si me equivoco, eso significa que soy estúpido y debería haber hecho las cosas mejor.

Comportamientos aprensivos condicionados por las creencias

Tener este tipo de creencias dentro de tu sistema de creencias, naturalmente, influirá mucho en tu comportamiento. Por ejemplo, los comportamientos aprensivos que surgen de creencias como estas incluyen:

  • Sentirte inferior a los demás y preocuparte si otros descubrirán tu inferioridad.
  • Preocuparte porque podrías molestar a alguien con algo que podrías decir o hacer.
  • Preocuparte de que se aprovechen de ti porque está mal defenderte a ti mismo.
  • Preocuparte de que alguien esté molesto, y de que dirija su malestar hacia ti y sentir que no hay nada que puedas hacer al respecto.
  • Preocuparte por no poder calmar a alguien que está molesto.
  • Preocuparte por ser sometido a violencia física porque podrías haber hecho o dicho algo mal.
  • Preocuparte por lo que puede suceder en una circunstancia importante.
  • Tener miedo de que otros puedan ver tu opinión como incorrecta.
  • Preocuparte por que te hagan parecer tonto y muestren tu inferioridad.
  • Preocuparte por cometer un error.
  • Preocuparte por entrar en entornos sociales importantes y luego parecer tonto por algo que podrías decir o hacer.
  • Preocuparte por cometer un error y ser rechazado y ridiculizado por otros porque deberías haber hecho las cosas mejor.

Y una multitud de otros comportamientos aprensivos.

Las preocupeaciones constantes como precursoras de ansiedad generalizada

Estar tan preocupado día tras día puede afectar la mente, las emociones y el cuerpo. No es de extrañar que una persona pueda terminar lidiando con un trastorno de ansiedad. Y esto es solo la punta del iceberg.

Las circunstancias que los niños experimentan temprano en la vida influyen en sus conclusiones sobre la vida y afectan cómo se construye su sistema de creencias. Una vez que se construyen sus valores, creencias y preferencias, aumentan su comportamiento temeroso.

Este es un escenario común: el sistema de creencias que construimos durante nuestros años de formación, y los comportamientos que se derivan de él, son con frecuencia los mismos que usamos como adultos. Debido a que no sabemos que nuestro sistema de creencias y nuestros comportamientos no son saludables, no creemos que haya nada malo en ellos… hasta que experimentemos síntomas, relaciones poco saludables y deterioro de nuestra vida. Es ahí cuando debemos de empezar a buscar ayuda.

Una vez que empiezas a buscar ayuda para tu ansiedad, te das cuenta de que muchos de tus valores, creencias y preferencias que tenías anteriormente no eran saludables. Entonces, tienes que regresar y cambiarlos para superar tus problemas de ansiedad. Para hacer esto, tienes que identificar las muchas conclusiones poco saludables dentro de tu sistema de creencias que motivaron el comportamiento aprensivo, averiguar cuáles son los mejores reemplazos saludables y por qué, y luego, reemplazar tus conclusiones poco saludables por otras saludables.

Este es el gran trabajo y esfuerzo que se requiere si uno quiere superar los problemas de ansiedad… para siempre. Claro, hay muchas maneras de reducir el estrés y sus síntomas que provienen de un comportamiento demasiado aprensivo. Pero solo controlar el estrés y sus síntomas no es lo que se considera una recuperación real. Esto es solo manejo de los síntomas.

Una recuperación duradera implica tratar los problemas centrales de la ansiedad de una vez por todas para que nuestros comportamientos sean saludables, en lugar de aprensivos y nerviosos. Con el tiempo, tener un comportamiento saludable se vuelve automático. Por lo tanto, en este punto, ni siquiera estamos pensando en tener que hacer un cambio de comportamiento saludable. A través de la práctica, la repetición y el refuerzo, nuestros comportamientos saludables se vuelven automáticos e instintivos y los comportamientos no saludables son desechados.

La terapia psicológica puede brindarte una gran ayuda para trabajar tu sistema de creencias

Uno de los desafíos para lograr un cambio general saludable es que es difícil hacerlo por nuestra cuenta. Si pudiéramos, no tendríamos ninguna dificultad con los problemas de ansiedad en primer lugar. Esto se debe a que la gran mayoría de nuestro sistema de creencias nos parece algo normal y, en consecuencia, la gran mayoría de nuestros comportamientos se sienten normales y no insalubres.

Generalmente, se necesita un terapeuta experimentado en trastornos de ansiedad para, primero, ayudarte a identificar los comportamientos poco saludables. En segundo lugar, ayudarte a identificar los componentes poco saludables de tu sistema de creencias que influyen en tu comportamiento aprensivo. Tercero, ayudarte a comprender de dónde se originó tu sistema de creencias y tus comportamientos poco saludables y por qué. Cuarto, ayudarte a aprender las alternativas «saludables». Quinto, apoyarte a través de cambios saludables. Y sexto, brindarte orientación, apoyo y motivación continuos a medida que aplicas esos cambios a tus relaciones y circunstancias de la vida.

Los materiales de autoayuda, aunque son útiles y una parte importante del proceso de recuperación, generalmente no son suficientes para ayudar a las personas a realizar cambios significativos y duraderos. Además, para aplicar un cambio saludable en las relaciones y circunstancias de la vida, con mucha frecuencia se requiere un apoyo continuo, ya que muchas personas en estas relaciones no quieren que cambiemos y harán todo por sabotear nuestros esfuerzos. Esta es la razón por la cual trabajar con un terapeuta experimentado en trastornos de ansiedad es tan valioso y es la forma más efectiva de superar los problemas de ansiedad.

Por eso recomendamos la terapia… es la forma más efectiva de superar los problemas de ansiedad.