¿Puede el consumismo satisfacernos y hacernos felices?

El consumismo y sus efectos

El consumismo es una acción que a muchos les hace sentir felicidad, pero ¿Realmente este sentimiento perdura en el tiempo? Descubre si es posible.

El consumismo puede llevar a las personas a un círculo vicioso con la promesa de que sentirán felicidad practicándolo. Paradójicamente, en realidad es muy probable que al final les lleve a un estado depresivo o ansioso.

Esta conducta evita que tengan un alto cuando compran, por el contrario, mientras más adquieren bienes, más se hunden en un proceso que se siente parecido o simula la felicidad. Esto puede traer como consecuencias, confusión o el perder la identidad, autoestima y la racionalidad.

¿Puede el consumismo afectar el criterio propio?

Cuando se consume sin medida es probable que se pretenda llenar ciertos vacíos emocionales. Radica en apilar las cosas para crear un vínculo con ellas, tal y como se hace con las personas.

Gradualmente no se puede distinguir entre lo que realmente se necesita o lo que se tiene que comprar, sin razón aparente después de algún tiempo. La mayoría de los consumidores compulsivos siente una gran satisfacción al buscar ofertas o simplemente salir a las tiendas y traer a casa cualquier cosa.

Cuando esto sucede se liberan en el organismo sustancias, como las endorfinas, que generan sensación de satisfacción y felicidad, algo similar a cuando se ingiere alcohol o drogas. Entonces, el consumismo sería el estimulante en esta nueva era.

Es por ello, por lo que se puede generar el trastorno de compra compulsiva que se trata de la imposibilidad de controlar el impulso desmedido de adquirir cosas masivamente. Al no dominarlo las personas pueden entrar en un estado profundo de ansiedad, similar a cuando los drogadictos son sometidos a la desintoxicación.

El medio ambiente y sus influencias

Gracias a los medios de comunicación es más fácil hacer llegar la publicidad al público en general. Existen campañas publicitarias que incitan a comprar productos anunciando que son mejores que otros. O en algunos casos aquellos que aseguran que nos harán felices.

Pero más allá de ello siempre generan influencia para hacernos comprar artículos, bien sea por algún allegado o por el medio social en el que nos desenvolvemos. Es prácticamente imposible escaparse de ella.

El falso sentimiento de felicidad por comprar es perecedero

Sentirse feliz por comprar artículos de moda o cosas caras, tales como ropa, calzado o joyas puede dar la sensación de cierto poder. Trae un sentimiento de altivez que hace que muchos piensen tener un estatus social más elevado. Pero esta impresión tiene fecha de caducidad.

Cuando sale un nuevo producto o alguien más se ha comprado lo “que está de moda” nace de nuevo la necesidad de tenerlo para “ser felices”. Es cuando se inicia de nuevo el círculo vicioso que termina en el hecho de que jamás se siente satisfacción real.

¿Cómo comprar responsablemente?

Aunque parezca imposible cambiar las conductas compulsivas con terapias psicológicas, con las que se adquieren estrategias para tener una relación armónica con los hábitos de consumo. Lo fundamental es generar un impacto social y ambiental menos agresivo.

Para lograrlo es preciso evaluar toda la influencia superflua que se encuentra alrededor. También, es necesario preguntarse ¿Realmente es necesario? ¿El uso será constante? ¿Algún familiar puede prestarlo? Si todas las respuestas son coherentes las personas pueden usar el consumismo de forma responsable.

Siempre se debe recordar

Buscar bien antes de decidirse por un artículo específico, se deben investigar las diferentes alternativas con el fin de obtener el mejor precio. Además, de seleccionar el que sea elaborado con materiales resistentes de manera que no se desgaste rápidamente.

Es muy común escuchar que las personas van de compras para sentirse alegres. No es recomendable hacerlo, puesto que es muy probable confundir los sentimientos. Es decir, no se debe salir a las tiendas cuando se crea que esto ayudaría a sentirse mejor.

Finalmente, el sentido de felicidad que da el comprar no es duradero, es más sano hacer actividades recreativas, bien sea en familia o sin ella, algo que incremente las buenas sensaciones y así evitar dependencia a las compras.  En caso de necesitar asistencia, un psicólogo puede ser muy útil.

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  1. Shavitt, S., & Cho, H. (2016). Culture and Consumer Behavior: The Role of Horizontal and Vertical Cultural Factors. Current opinion in psychology, 8, 149–154. doi:10.1016/j.copsyc.2015.11.007

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