Las 5 claves para perder el miedo a hablar en público

Ya no sentirás miedo de expresarte en público, cuando conozcas las estrategias para superar este temor. El miedo a hablar en público o el pánico escénico es una conducta irracional muy común en las personas de carácter tímido o introvertido, que puede ser fácilmente erradicada.

Mucho de este comportamiento se debe a que, en las escuelas de formación básica, no se potencia el desarrollo de esta habilidad de expresión, que posteriormente puede llegar a ser fundamental en la vida profesional de cualquier persona.

Es una herramienta que utilizamos para enfrentar exitosamente una entrevista de trabajo, solicitar un préstamo para el financiamiento de algún proyecto, o cualquier otra situación que conlleve una exposición de motivos; va a requerir de un buen manejo comunicacional.

El problema para algunas personas radica en el hecho de pensar en la inminencia de esta situación; pues les conduce a presentar cuadros de angustia, ansiedad y nerviosismo que no pueden racionalizar.

Esto es motivado a que en ellas, el solo hecho de imaginarse estar enfrente de una multitud o de algunas personas; hace que se envíe a su cerebro una señal de alerta que escapa a toda lógica de sus mentes, esto se da con mayor frecuencia en personas introvertidas o con problemas de timidez.

¿Sientes curiosidad por lo planteado en este post? Te invitamos a que continúes con su lectura hasta el final. Ya verás que valdrá la pena.

5 Estrategias para superar el temor de hablar en público.

Seguidamente vas a encontrar 5 estrategias probadas y efectivas, para que vayas desechando ese absurdo temor a expresarte ante la presencia de un grupo de personas:

1. Prepárate con suficiente tiempo

Esta primera estrategia no va referida en lo absoluto a  que preparares el contenido de la exposición, si no a la forma en cómo vas a expresarte.

Claro que no tienes que dejar de lado la parte cognitiva de la actividad, ya que es esencial que domines con propiedad el tema.

Pero es importante que trabajes en el tono de la voz, tu lenguaje corporal, la manera de expresarte y en fin, todos los aspectos que permitan que la audiencia se centre mas en el mensaje que en el emisor.

2. Manéjate con naturalidad

Para ello es imprescindible que tomes la exposición de la temática a modo de diálogo más que de monólogo.

El interactuar con la audiencia te hará sentir más cómodo porque la harás formar parte activa de la actividad.

Debes utilizar un lenguaje diáfano y entendible, sin utilizar vocablos rebuscados para que todos puedan integrarse a la exposición.

Una actitud natural transmite seguridad y hará que la audiencia se sienta a gusto contigo, dejando que conduzcas la actividad sin incomodarte.

3. Mantén tu mirada depositada en la audiencia

El expositor es quien lleva la batuta en la interacción con la audiencia y es su responsabilidad iniciarla, mirando a sus interlocutores directamente a los ojos.

Aunque en un principio pueda resultar estresante a quienes no están acostumbrados, realmente es esta la mejor forma de hacer las cosas.

El mirar a la audiencia a los ojos obliga a que esta no se distraiga, ya que la tendencia de grupo es seguir la dirección de la mirada del expositor.

Esta es la razón por la cual algunas personas pierden el interés de la audiencia, cuando sus miradas se posan ya sea en alguna lámina o en la presentación PowerPoint.

4. Domina tus emociones

Mucha de la información que transmitimos verbalmente a las personas, cobra sentido cuando incorporamos a ella el lenguaje corporal.

Este hecho ocurre porque somos seres emocionales y de esa manera expresamos lo que sentimos.

Cuando nos dirigimos a una audiencia, lo hacemos comunicándonos a través de todo nuestro cuerpo, incluyendo el tono de la voz.

De allí la importancia de no dejarnos llevar por las emociones, pues invariablemente van a influir en el mensaje que queremos transmitir.

5. Recuerda que la audiencia no sabe de nuestros temores

Muchas personas temen a la hora de hacer una exposición, que la audiencia perciba sus limitaciones al expresarse y que su temor al hablarles sea realmente evidente para todos.

Debes convencerte de que nada de esto tiene sentido y que, al menos que tu lenguaje corporal así lo demuestre, nadie espera que tengas algún tipo de temor cuando te dirijas a ella.