3 obstáculos mentales que nos hacen procrastinadores

Mujer extenuada por tareas sin completar por ser procrastinadora

Piensa en la última vez que dijiste que querías hacer algo. Quizás querías comer más sano, escribir todos los días o deshacerte del caos de tu hogar. Pero a pesar de tu sincero deseo de lograr el objetivo, solo diste unos pocos pasos en el camino del cambio y eso te hace sentir insatisfecho.

Hay tres poderosas barreras mentales que nos mantienen atrapados en este ciclo, conocido como procrastinar o dejar las cosas importantes para el último momento.

Existe un artículo más extenso sobre este trastorno de la procrastinación que pueden leer, si lo deseas.

3 obstáculos mentales que nos hacen procrastinadores

Si bien son muchas y diversas las causas, podríamos considerar las siguientes tres barreras como las principales y más presentes en los procrastinadores.

1. «Simplemente, no creo que pueda hacerlo»

Para muchos de nosotros, la experiencia de la primera vez es suficiente para desanimarnos de seguir adelante. Si creemos que la clave del éxito es el talento y los genes, entonces ya han predeterminado el resultado. Pensamos que esta es una prueba de que no lo lograremos.

¿Cómo podemos lidiar con eso?: Trata de pensar que cada falla es solo un paso más en el camino hacia el progreso.

2. «La gente como yo no es buena en esto»

Aunque nuestra identidad nos da un sentido de significado y un lugar en el mundo, a veces nos impide probar cosas nuevas. Muchos de nosotros evitaremos hacer algo porque nos sentimos como una amenaza para nuestro sólido sentido de nosotros mismos. Por ejemplo, no conviene especialmente a un profesor universitario hacer ejercicio.

¿Qué podemos hacer?, la respuesta es simple: encuentra personas como tú que hagan exactamente lo que quieres hacer y comparte tus inquietudes. Cuanto más acerques ese objetivo o la actividad a tu identidad, más fácil será seguir adelante.

3. «Siento que tengo que hacerlo, pero realmente no quiero»

De hecho, no quieres hacerlo, pero tienes que querer hacerlo. Básicamente, lo aprecias por las razones equivocadas. Algunas pueden ser internas (de nuestros intereses y curiosidad o de nuestros sueños). Por otro lado, hay razones externas (todos los demás lo hacen).

¿Cómo solucionarlo? Piensa en tus razones internas: las motivaciones. Si son lo suficientemente convincentes, concéntrate y sigue adelante. Pero si todo lo que encuentras son razones externas, entonces es mejor dejar atrás este objetivo o actividad.