¿Cuáles son las consecuencias de la crianza excesiva en los niños? Aunque los padres tienen buenas intenciones, la sobreinvolucración en la crianza de sus hijos (over parenting) puede tener efectos negativos en sus vidas, tanto a corto como a largo plazo.
La mayoría de nosotros estamos familiarizados en estos días con el término crianza helicóptero: un padre que está demasiado involucrado en la vida de un niño, cerniéndose sobre cada uno de sus movimientos.
¿Qué es la hiperparentalidad?
Según el diccionario de Cambridge, la hiperparentalidad se define como «participación excesiva: involucrar a los padres en la vida de sus hijos para ayudarlos o controlarlos en lo que sea que les suceda».
Los resultados de este control excesivo no son positivos para nadie. Los padres se sienten cansados e insatisfechos, al igual que los niños cuya ansiedad aumenta gradualmente y su confianza en sí mismos disminuye.
Un estudio de 2012 en la Universidad Macquarie en Sydney encontró que los niños de hasta 4 años que mostraban signos de ansiedad se debían a que la madre era sobreprotectora o porque a las madres se les había diagnosticado un trastorno de ansiedad.
A los 9 años, estos niños tenían más probabilidades de ser diagnosticados con ansiedad clínica.
Obviamente, los padres quieren lo mejor para sus hijos y, por supuesto, asegurarse de que estén seguros.
Al tratar de lograr esto, luchan por encontrar la proporción áurea entre el padre activamente involucrado y el padre excesivamente involucrado.
Efectos de la sobrepaternidad en los niños pequeños:
- Niveles de habilidades de afrontamiento ineficaces.
- Mayores niveles de estrés y ansiedad.
- Mayores niveles de depresión.
Cómo evitar involucrarse demasiado en la vida de tu hijo
- No hagas la tarea de tu hijo
- No enumeres las actividades de tu hijo como responsabilidades conjuntas.
Por ejemplo, evita decir cosas como «Tenemos tarea esta noche» o «Tenemos lectura esta semana». - Establezca metas realistas para su hijo.
Los niños necesitan aprender a hacer las cosas por sí mismos. Necesitan experimentar la frustración cuando aún no pueden hacer algo, como atarse los cordones de los zapatos o apilar la torre de bloques. Los niños aprenden algo poderoso cuando perseveran y descubren cómo hacer las cosas por sí mismos.
Podemos ayudarlos, pero no podemos hacer sus tareas o asignaciones por ellos. Los niños necesitan sentir lo que es sacar una mala nota y saber que tienen que esforzarse un poco más para conseguir las notas que les gustaría.
Los niños necesitan saber que sus éxitos tienen que ver con sus habilidades, no solo porque sus padres lo están haciendo por ellos.
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