No hay nada mejor que llegar a dónde nadie pensó que podrías

Creer en ti mismo a pesar de lo que piensen los demás

Cumplir con tus propias metas y objetivos debe ser una prioridad, y esto debe ser una búsqueda por tu propio bienestar y tu independencia, sin embargo, que los demás no crean en ti, muchas veces puede ser un motor que impulsa a alcanzarlo.

Tú puedes, es una voz que vamos descubriendo en el camino

A medida que avanzamos, por diversas razones, la gente podrá aparecer en nuestra vida como un factor limitante, muchas veces resaltando lo que ellos mismos creen o proyectan en nosotros.

Cuando los demás no creen en ti

No es un acto poco común que incluso nuestros seres queridos nos invaliden, por el propio miedo que ellos proyectan sobre el cambio, o por sus propias creencias, incluso otras veces por querer protegernos, pero la creencia en nosotros mismos puede darles una buena lección.

¿Cómo alcanzar los objetivos cuando ya nadie cree en mí?

El principio del amor propio radica en creer en ti, a pesar de lo que los demás creen sobre ti, si este principio se aplicara a cada acción, sortearíamos muchos obstáculos sin perdernos en el camino.

1. Define tu objetivo

La mayoría de las personas no logran alcanzar sus objetivos porque no definen claramente lo que quieren, por lo que terminan persiguiéndolo todo. Si eres tú, date cuenta de que mucha gente cree que si lo persigues todo, no puedes comprometerte con nada. Cuando tienes el objetivo claro, tu poder por conseguirlo aumenta. Cuando tengas claro lo que quieres, podrás determinar los pasos necesarios para llegar allí.

2. Identifica la razón por la que persigues cada objetivo

Saber el por qué de tus objetivos te da la motivación para seguir adelante cuando la gente no cree en lo que estás haciendo, o cuando las cosas empiezan a ponerse difíciles… y se pondrán difíciles. Tu capacidad para superar los desafíos demuestra que tienes lo que se necesita para lograr lo que buscas.

Desarrolla un proceso… es decir, un plan de acción

Establece puntos de referencia, plazos y haz un cronograma con elementos de acción que sean fáciles de seguir. Necesitas ser dueño de tu horario durante este tiempo. Si no eres dueño de tu agenda, alguien más lo hará, y generalmente son las personas que no creen en lo que estás haciendo.

Cuando haces un horario, les permite a los «detractores» saber cuándo estás trabajando en tu objetivo y cuándo puedes socializar.

Establece puntos de referencia para evaluar tu progreso

Se ha demostrado que de treinta a noventa días es el período de tiempo más efectivo en el que las personas se apegarán a una meta, así que establece tus puntos de referencia para cada 30, 60 y 90 días.

Pregúntate durante este tiempo, ¿qué está funcionando para ti? ¿Qué no? ¿Las acciones que realizas todos los días te acercan o te alejan de tus metas? Haz su plan de juego para avanzar desde allí.