La ira es una de las emociones que se puede llegar a sentir con mayor intensidad por los individuos al enfrentarse a situaciones que conduzcan a la frustración o que sean interpretadas como una amenaza. Sin embargo, saber controlar la ira en el trabajo o durante actividades que se realizan en grupo es fundamental para mejorar nuestras posibilidades de éxito.
Sin embargo, a pesar de ser una emoción básica, lo que significa que no se puede prescindir de ella y que aparece sin previo aviso o sin planificación, se puede controlar la respuesta frente a dicha situación.
A muchas personas les cuesta lidiar sobre todo con el enojo y canalizar las sensaciones, pues en alto grado de intensidad conlleva a un impulso por actuar de modo agresivo para defenderse o exponer los sentimientos.
La ira como emoción básica
El enojo es una de las cuatro emociones básicas que nos acompañan desde nuestro nacimiento y cumple funciones adaptativas y de supervivencia.
¿Por qué se siente ira?
Esta emoción suele estar motivada por gran cantidad de factores que están sujetos a las interpretaciones que cada persona haga de ellos.
Es decir, lo que desata un enojo de grandes proporciones en una persona determinada es probable que para otros individuos carezca por completo de relevancia y que incluso pase desapercibido.
De hecho, en muchas ocasiones, el motivo de la molestia no se corresponde siquiera con algún suceso que está transcurriendo en el presente sino con los sentimientos acumulados a los que el individuo no les dio un respectivo cierre en su momento.
Las emociones a las que de cierta manera se les ignora no desaparecen y en el caso de la ira queda allí reprimida, entonces, en cuanto cualquier situación desborda a la persona, sale por medio de una explosión de forma semejante a una olla de presión.
En estos casos específicos la función del enfado pierde su significado porque es posible que el individuo reaccione de forma desproporcionada y agresiva con personas que en realidad no le están ofreciendo un estímulo para provocar una respuesta de tal magnitud.
Basándonos en este contexto, se hace indispensable que las personas aprendan a manejar el enojo de una forma constructiva, que les beneficie en el ámbito de las relaciones sociales, familiares y laborales, respectivamente.
El manejo de la ira
Una de las principales premisas para tener en cuenta es que, aunque puede resultar muy liberador descargar y drenar todos los sentimientos en determinada circunstancia y expresar lo que se piensa sin filtro, ello puede resultar perjudicial.
El hecho de actuar de forma irresponsable y sin pensar en las connotaciones de lo que se le va a decir a las otras personas puede generar serias consecuencias.
En estos casos se llega a afectar a las demás personas a través de la violencia verbal, física o de la agresión, y el mismo individuo que se encuentra enfadado tiene una serie de reacciones que le afectan a nivel físico.
Las problemáticas, por ende, girarán en torno al daño que se les ocasiona a las personas que se encuentren alrededor, lo cual contribuye en muchas ocasiones a daños irreparables en las relaciones interpersonales.
Además de las enemistades o de las brechas a nivel familiar que pueden aparecer a causa de darle rienda suelta a las emociones, si la persona se deja llevar por el enfado en su lugar de trabajo, puede, en el último de los casos, quedar desempleado.
Por todo esto la relevancia de aprender a canalizar las emociones de manera constructiva. Siempre se van a experimentar mas lo importante es que no tengan el poder sobre el individuo de descontrolarlo.
Lo ideal es alcanzar el punto en el que se sepa cuando algo está molestando y de qué manera las cosas se pueden salir de control si se deja crecer la ira.
Importancia de controlar la ira en el trabajo
Si bien es cierto que aprender a gestionar las emociones es clave para el crecimiento personal, así como para mejorar las relaciones interpersonales, también es un factor determinante en el ámbito laboral.
El desempeño de cada persona en el lugar de trabajo estará estrechamente vinculado con la manera en la que logra desenvolverse, resolver los posibles desafíos que puedan presentársele y lidiar con la presión de buena forma.
En muchos casos los compromisos económicos, los altos niveles de competitividad, así como de exigencia, los problemas personales, entre otros, llevan a las personas a desequilibrarse a nivel emocional.
Algunos ante tales vivencias optan por afrontar todas estas situaciones en silencio y guardarse las emociones para sí, lo cual en muchos casos a largo plazo puede dar origen a enfermedades a nivel físico y mental.
Por otra parte, otras personas responden mostrándose iracundos y descontrolados a causa de la imposibilidad de manejar los altos niveles de estrés y de frustración.
Por lo general, esto se relaciona con la carencia de inteligencia emocional, que se entiende como el conjunto de habilidades de una persona para reconocer sus emociones, tener la capacidad de gestionarlas de forma constructiva y de identificarlas en otras personas.
La problemática en estos casos perturba a la persona en todos los ámbitos de su vida al tiempo que interfiere en el buen funcionamiento de la organización para la que trabaja.
Afecta con su comportamiento de forma negativa al clima laboral mientras que llega a ser menos productivo debido a la poca capacidad de concentración.
Además, es probable que su comportamiento ocasione que las actividades se retrasen por su poca o nula capacidad para trabajar en equipo o por su actitud negativa.
Lo cierto es que cada día las empresas toman en consideración la relevancia de que las personas dispongan de inteligencia emocional en el sentido que a grandes rasgos suelen ser más productivos y proporcionan crecimiento a la organización.
En el caso contrario, se trata de individuos tóxicos que se encargan de regar malestar entre los colaboradores y pueden generar graves problemáticas que podrían comprometer la operación con clientes o proveedores.
- American Psychological. Cómo controlar el enojo. (Internet). (Consultado 20 de octubre 2019). Disponible en: https://www.apa.org
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