Por qué «nunca te rindas» no es un muy buen consejo

Renunciar a nuestros objetivos inalcanzables puede reducir el estrés

«Nunca te rindas» se ha convertido en uno de los consejos más populares en la cultura occidental. Es cierto que la persistencia frente a los obstáculos es necesaria, importante y admirable (resiliencia). Muchas metas valiosas requieren un compromiso serio y perseverancia para alcanzarlas.

El problema con este consejo es que en algún momento de nuestras vidas, todos tenemos metas inalcanzables, y aquí es donde el «nunca te rindas» no es de mucha utilidad.

Cuando te enfrentas a una meta inalcanzable, darte por vencido e intentar otra cosa podría ser mejor que seguir intentándolo una y otra vez. Todos contamos con una cantidad limitada y preciada de tiempo, energía y otros recursos, y puede haber momentos en que sea mejor invertir estos en una nueva meta.

Nunca te rindas y seguir por otro camino no es lo mismo

En la psicología, nos referimos a «renunciar» como una desconexión del compromiso y a «intentar otra cosa» como una reconexión de este. Cuando un objetivo es inalcanzable, algunos de nosotros tenemos una tendencia más fuerte que otros a desconectarnos y luego a volver a comprometernos.

Es muy fácil ver a las personas que tienden a rendirse como débiles o deprimidas. Sin embargo, investigaciones han demostrado que ese no es el caso en absoluto. Cuando los objetivos son inalcanzables, las tendencias a desconectarse y luego volver a conectarse en realidad se asocian con un mayor bienestar subjetivo. Veamos por qué:

Los efectos de la renuncia y el compromiso con los objetivos inalcanzables

En un estudio de 2003[¹], se reunió a un grupo de estudiantes universitarios para que hablaran acerca de sus objetivos inalcanzables. En primer lugar, se les pidió a los estudiantes que reportaran su tendencia a desconectarse de sus metas inalcanzables.

Por ejemplo, se les pidió que calificaran con qué facilidad podían dejar de intentar lograr metas que tenían que fueran inalcanzables. También reportaron sobre su tendencia a volver reconectar su compromiso pero en objetivos alternativos. Finalmente, respondieron una serie de preguntas sobre sus vidas que se utilizaron para medir su propia sensación de bienestar.

En este punto, es posible que te estés preguntando qué son los objetivos inalcanzables. Para este estudio, los investigadores pidieron a los estudiantes que reportaran sobre tres tipos diferentes de objetivos inalcanzables.

Algunas veces, nuestros objetivos son inalcanzables porque ya no tenemos la oportunidad de cumplirlos. Por ejemplo, después de cierta edad, las mujeres ya no pueden tener hijos. Otras veces nos enfrentamos a un evento negativo de la vida que hace que una meta sea inalcanzable.

Las personas que tienen el objetivo de vivir con su cónyuge toda la vida tristemente no pueden hacer eso si su cónyuge muere joven. Finalmente, algunos objetivos son inalcanzables porque simplemente no tenemos los recursos para cumplirlos todos a la vez.

No puedes esquiar durante ocho horas todos los días de la semana y cumplir con todas tus responsabilidades como estudiante graduado. Uno de esos objetivos es inalcanzable si estás trabajando en el otro. A veces es triste pensar en nuestras metas inalcanzables, así que mejor pasemos a observar cuáles son los resultados de renunciar a ellas.

La desconexión con los objetivos reduce el estrés

Los resultados mostraron que la tendencia a desconectarse de los objetivos inalcanzables se asoció con un menor estrés en la vida, menos pensamientos sobre los propios problemas y un mayor control sobre la vida.

Por otro lado, la tendencia a mantenerse comprometido con objetivos inalcanzables se asoció con más estrés, más pensamientos intrusivos y menos control.

Cuando se enfrentan a metas inalcanzables, las personas no solo se rinden, sino que también continúan. En este estudio, los investigadores encontraron que la tendencia a volver a comprometerse en nuevas metas estaba asociada con el bienestar más allá de la tendencia a desconectarse de las metas inalcanzables.

Mientras los estudiantes tenían una mayor tendencia a volver a reconectar su compromiso, pero en nuevas metas, menos estresados ​​estaban, tenían menos pensamientos negativos y también sentían más control y propósito en sus vidas.

Involucrarse en algo nuevo puede ser un segundo paso muy beneficioso que puedes dar posterior a renunciar a un objetivo inalcanzable. Incluso si tienes problemas para renunciar a objetivos inalcanzables, la reconexión puede ser beneficiosa.

Curiosamente, los efectos que tenía la reconexión en el estrés percibido y el control sobre la propia vida fueron tan fuertes para los estudiantes que reportaron menos incidencia de desconexión de objetivos inalcanzables.

Saber renunciar puede ser más beneficioso para alcanzar otras metas

El mensaje aquí es el siguiente: si tú eres alguien que tiene problemas para renunciar a objetivos inalcanzables (y te sientes angustiado por esto), puedes descubrir que renunciar y comprometerte con otros objetivos puede reducir esta angustia.

Si necesita más evidencia de que el «nunca rendirse» no siempre es un buen consejo, la investigación sobre la desconexión de objetivos específicos (no solo la tendencia a desconectarse) también ha demostrado que el proceso de desconexión tiene beneficios.

Por ejemplo, la desconexión de la meta de tener un hijo se ha asociado con un mayor bienestar en las mujeres en la edad reproductiva.

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  1. Wrosch, C., Scheier, M.F., Carver, C.S., Schulz, R. (2003). The importance of goal disengagement in adaptive self-regulation: When giving up is beneficial. Self and Identity, 2, 120. [Enlace]

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