Ética empresarial: un puente entre el beneficio económico y la responsabilidad social

La ética empresarial y sus efectos

Muchas empresas alrededor del mundo han sido parte de numerosos escándalos en los últimos años, los cuales involucran déficits éticos en la vida económica y en la conciencia pública. 

Escándalos que tienen que ver con métodos de producción de alimentos, retiros de productos, precios erróneos de inversiones, crisis bancarias, exposición de condiciones de producción miserables, falta de liquidez… – y la lista de estos incidentes que aumentan la desconfianza de los consumidores hacia las empresas se hace cada vez más larga.

La tensa relación entre economía y moralidad dentro de las empresas

Sin embargo, las demandas que se hacen a las empresas también van en aumento: en el pasado, la responsabilidad corporativa solamente se limitaba a la producción y provisión de bienes y la maximización de ganancias asociada («La responsabilidad social de las empresas es aumentar sus ganancias», M. Friedman. 1970), sin embargo, hoy en día a las empresas se les atribuyen otras tareas.

Una de las razones de esto es una mayor conciencia del consumidor sobre los problemas ambientales y sociales, como la contaminación y la explotación infantil. El precio y la calidad de los productos muchas veces ya no están en primer plano, ya que hoy los consumidores esperan un valor ético adicional y productos que sean sostenibles. Las empresas son vistas como actores sociales con una gran responsabilidad ante los ojos de sus grupos de interés.

Pero esto no solo ocurre por parte de los consumidores, sino que también la política fortalece la demanda de una actuación moralmente responsable de las empresas. El estado se retira cada vez más de la responsabilidad social, de modo que el sector privado es cada vez más responsable de resolver los problemas sociales y ambientales. 

Las empresas enfrentan la tarea de representar los intereses de los proveedores de capital, por un lado, y satisfacer las demandas de compromiso social y ecológico, por otro. Por lo tanto, las empresas mantienen una relación tensa entre economía y moralidad. Encontrar el equilibrio adecuado entre la producción de ganancias y la satisfacción de las demandas sociales presenta a las empresas una tarea difícil.

Responsabilidad social y ética

Muchos sienten cierta desconfianza del mundo de los negocios y la economía, lo que quiere decir que gran parte de la población ve a las empresas y sus altos directivos como entes independientes del resto de la sociedad, donde estos siguen sus propias leyes, normas y estándares, que están separados de la moral, y la ética. 

Sin embargo, la economía no es un espacio libre de moral. Por lo tanto, existe un acuerdo en el que se establece una ética de los negocios que proporcione medios para salvaguardar el comportamiento moral de las empresas, a fin de cumplir con su responsabilidad social.

Mientras que la moralidad se refiere al conjunto de las normas de comportamiento que son aceptadas y validadas en una sociedad, la ética como ciencia busca encontrar y definir las buenas acciones y la justicia mediante una reflexión racional y ética. La ética empresarial, toma como base el conflicto entre la búsqueda de ganancias y la responsabilidad social y busca lograr un equilibrio entre los dos polos.

 Enfoques éticos empresariales

Las leyes y las normas por sí solas nunca podrán abarcar todo lo que la sociedad considera deseable y aceptable. Para las empresas, siempre hay margen de maniobra entre la legalidad y la legitimidad social. Con el fin de garantizar la acción moral por parte de las empresas dentro de este margen de maniobra, cuatro escuelas se han desarrollado en la ética empresarial alemana desde la década de 1980:

1. Enfoque correctivo de Steinmann

Las normas se establecen a través del diálogo y son revisadas constantemente por los participantes de dicho diálogo. El seguimiento de las ganancias de la empresa se legitima. La ética empresarial es un correctivo para los casos excepcionales.

2. Enfoque integrador de Ulrich

La ética comunicativa asume una función de puente entre la economía y la ética. Si la búsqueda de ganancias es moralmente limitada, se legitimiza y así la economía está al servicio de la sociedad.

3. Enfoque funcional de Homann

La maximización de ganancias es un deber moral de las empresas. La ética sirve como promotor de la funcionalidad económica.

4. Enfoque de gobernanza y ética de Wieland

A la empresa se le atribuye la responsabilidad moral como actor moral que es. La ética reduce los costos de transacción.

La ética del discurso

La principal teoría filosófica dentro de la ética empresarial es la ética del discurso de Jürgen Habermas y Karl-Otto Apel. El discurso, según Habermas, es una forma de comunicación caracterizada por la argumentación, en la que se reclama la validez de un tema y se examina para su justificación. 

La ética del discurso establece que «(…) solo aquellas normas que obtienen el consentimiento de todos los interesados como participantes en un discurso práctico pueden ser válidas» (J. Habermas, 1983).

Para que el discurso sea exitoso, se deben tener en cuenta las siguientes reglas:

  1. Nada de prejuicios: los participantes deben estar dispuestos a cuestionar sus propios prejuicios.
  2. No persuasión : existe la voluntad de reconocerse mutuamente como iguales y de renunciar a la persuasión por medios deshonestos.
  3. Informalidad: voluntad de renunciar a las sanciones por dar o negar el consentimiento.
  4. Honestidad: solo aquellos que expresan sus verdaderas opiniones son admitidos en el discurso.
  5. Experiencia: cada parte cuenta con suficiente información y con la capacidad de argumentar razonablemente.

Conclusión: la economía y la ética van de la mano

Un mundo globalizado ofrece una multitud de nuevas oportunidades. Por otro lado, con esto también surgen nuevos retos y desafíos que se tienen que enfrentar. Un sistema económico cada vez más complejo abre camino a empresas que no pueden ser reguladas por requisitos legales. Pero no todo lo que es legal es legítimo. La política y la sociedad de las empresas esperan que las acciones «buenas» y «correctas» y la asunción de responsabilidad social se den por sentadas.

Como resultado, la ética corporativa se está volviendo cada vez más importante. Solo si logra establecer instrumentos de gestión ética, las empresas pueden satisfacer las demandas de la sociedad y existir a largo plazo.

 Para que la responsabilidad social no se convierta simplemente en «lavado ecológico» y pierda credibilidad, es imperativo que las empresas entren en el discurso público. Solo a través del diálogo, que valora y toma en serio los diversos puntos de vista, valores y demandas de los participantes, se puede lograr generar confianza y asegurar una acción sostenible. 

La ética empresarial muestra muchas formas de garantizar la transparencia, la credibilidad y la responsabilidad. Tanto interna como externa, depende principalmente de uno:La comunicación correcta.