El clima laboral, en ocasiones ignorado por la alta gerencia, es un factor crítico y determinante en el éxito de cualquier negocio. La razón es que cuando los empleados se sientes felices y satisfechos en relación a sus condiciones de trabajo y en el trato con sus jefes y compañeros, son más eficientes. Esto contribuye de manera significativa con la productividad global y en el corto plazo, representa una mayor cantidad de beneficios para la compañía.
Una empresa debe dedicar esfuerzos, en tiempo y dinero, para garantizar un entorno laboral agradable. En la actualidad, la gente no se limita a existir y trabajar, lucha por auto-realizarse y esto incluye desempeñarse en el área que le agrade. También busca generar proyectos que le enriquezcan como ser humano y no se conforma con nada menos que un ambiente agradable donde pasar sus días. La mayoría, si no consigue satisfacer tales necesidades, abandonará y continuará con la búsqueda.
Y entonces, se llevará su experticia y se habrán desperdiciado los recursos gastados en su formación. Hoy en día, para que una empresa sea competitiva, aparte de invertir en la tecnología, debe mostrar una fuerte inclinación hacia la valoración de su equipo humano.
Así, con el clima organizacional apropiado, apuntará a la creación de entornos que favorezcan el desarrollo de relaciones interpersonales fundamentadas en la confianza. De tal modo que, su gente se sienta firmemente comprometida con la corporación y sus metas y que, además, logre alinearse con su misión y visión.
¿Cuál es el impacto de un clima laboral negativo?
Los elementos que hacen el clima laboral son el ambiente físico y el social. O sea, detalles como la temperatura, nivel de contaminación, compañerismo, calidad de la comunicación, etc., son cruciales. Luego encontramos las características estructurales y personales. Esto tiene que ver con el tamaño del departamento, estilo usado por la dirección, actitud y aptitud de los empleados, expectativas a futuro, etc. Y, por último, la conducta organizacional que mide la productividad, rendimiento, ausentismo y más.
En el pasado se creyó que los empleados eran más eficientes si trabajaban bajo presión, y así, los supervisores “aplicaban el látigo” para aumentar el rendimiento. Pero ahora, finalmente se ha aceptado que esta política tiene un alto costo a nivel de salud física y mental; y, por ende, no es conveniente. Entre las consecuencias observadas cuando el personal labora bajo condiciones desagradables se encuentran:
- Reducción apreciable de la productividad. El empleado desagradado tiene más dificultad en cumplir adecuadamente con las metas laborales y en hacerlo a tiempo. Además, no se compromete con la empresa y sus objetivos, ni con sus responsabilidades.
- Ausentismo presencial. Esto es un oxímoron o expresión que combina dos términos opuestos; porque la persona se encuentra presente, pero, actúa con una mínima dedicación. Así, no presta atención, pierde el tiempo y se desconcentra, impactando sus resultados y los de los demás.
- Incremento de la desmotivación laboral. Un ambiente negativo desanima al empleado más comprometido y bloquea el normal desarrollo de la planificación. Esto ocasiona retrasos, mala calidad y pérdidas económicas.
Los elementos que se consideran en un análisis de clima organizacional incluyen el desempeño de la dirección y la capacidad de liderazgo de los supervisores. Además, se evalúa la calidad de los mecanismos de compensación económica y de otros tipos, utilizados por la empresa. Se mide también la organización departamental, la presencia de relaciones interpersonales maduras y productivas, al igual que el compromiso y nivel de autorrealización de los trabajadores.
¿Cómo crear una atmósfera laboral propicia?
La potencialidad de una persona es un resultado directo de su condición física; o sea, un individuo enfermo o fatigado rinde poco. Por tanto, la organización debe asegurarse de que los empleados estén en capacidad de producir al máximo. Para ello, tendrán que respetar las horas de trabajo fijadas, los períodos vacacionales y los lapsos de descanso. Asimismo, será necesario promover una comunicación interna clara y sincera, de modo de impedir la propagación de chismes y rumores.
Describir con suficiente claridad los puestos de trabajo y definir, de igual forma, las tareas a realizar por cada empleado; así, como la lista de sus responsabilidades es vital. Al igual que establecer planes de capacitación a corto, mediano y largo plazo e informar a los trabajadores sobre las etapas de su plan de desarrollo profesional. Igualmente, la empresa debe contratar cursos, dictados por expertos en la creación de ambientes laborales apropiados.
En conclusión, las consecuencias de experimentar un clima laboral inadecuado resultan muy perjudiciales para la organización y repercuten en su crecimiento y desarrollo. La gerencia de recursos humanos necesita abocarse no solo a la implantación de una gestión de talentos. También debe apuntar a la consecución de las condiciones que proporcionen bienestar emocional a los empleados. Puesto que, su felicidad y, por ende, su productividad más que del cheque del salario dependerá de las condiciones apropiadas en su entorno de trabajo.
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