Hay altibajos en la vida de cualquiera. Cuando estamos en un período feliz, todo tiene éxito y parece imposible que las cosas puedan ir de manera diferente. Sin embargo, las cosas pueden cambiar de un momento a otro, y nos preguntamos cómo fue posible terminar así, ya casi no nos reconocemos a nosotros mismos. Son experiencias comunes y es normal tener dudas.
En realidad, todos los hombres, de todos los tiempos y lugares, han pasado por situaciones difíciles y las han podido superar. Esto se muestra en esta antigua fábula oriental que nos invita a enfrentar las implicaciones del destino con sabiduría, y poder desarrollar nuestra resiliencia.
La fábula del helecho y el bambú
Erase una vez un carpintero que tuvo una vida feliz: una esposa amorosa, dos hijos maravillosos y un trabajo que dio sus frutos. En un momento dado, el negocio comenzó a ir mal y parecía que cada vez menos personas necesitaban sus servicios. Un amigo le aconsejó que vaya con un viejo sabio que vive en el corazón del bosque.
A la mañana siguiente, el carpintero va en busca del sabio y, después de muchas horas de caminata, finalmente llega a la casa del anciano.
Se le recibe con afecto, el sabio le ofrece té y el carpintero le cuenta sus problemas. Después de unos minutos de silencio, el viejo sabio le pide al carpintero que lo siga a su jardín trasero, el cual ha cultivado con gran cuidado a lo largo de los años.
«Tengo que contarte una historia» le dice el sabio»¿ves ese helecho y ese bambú en el medio del jardín?»
El carpintero asiente. «Los planté hace muchos años, el mismo día, y les di el mismo cuidado. Pero sus respuestas no fueron comparables«.
«El helecho se volvió inmediatamente fuerte y exuberante, mientras que no había rastro de bambú. Pasaron los años y continué tratando las plantas de la misma manera. Después de cinco años apareció un pequeño brote de bambú. En unos pocos meses, La planta creció más alta y más fuerte que el helecho en muy poco tiempo«.
«¿Por qué crees?» pregunta el anciano al carpintero que no sabía qué responder. «Te lo digo: porque durante todos esos años el bambú estaba echando raíces. De hecho, sabía que lo necesitaba para el camino que tenía que tomar y se tomó todo el tiempo necesario para volverse grande y fuerte«.
«Hay momentos en que somos como el helecho: inmediatamente alcanzamos lo que queremos. Otras veces somos como el bambú: nos estamos preparando para tiempos mejores» .
«Ahora eres como el bambú, pero lo que estás pasando no es inútil: estás alentando un futuro aún mejor«. El carpintero entendió y agradeció al anciano sabio que, antes de despedirlo, le recordó una verdad profunda:
«Nada es casual en la vida: la felicidad te mantiene dulce. Los intentos te mantienen fuerte. El dolor te mantiene humano. Las caídas te mantienen humilde. El éxito te mantiene brillante«.
Super interesante e instructivo.
Me encanto!
Me fascino la historia !!!!!!!!!!