La inteligencia musical es uno de los principales dones o talentos que se manifiestan en el ser humano desde sus primeros momentos de vida. Sus orígenes siguen siendo un misterio para los estudiosos de la materia. Aunque estos consideran que está íntimamente relacionado con la expresión corporal y la comunicación lingüística. Cuando se estudia este concepto, se descubre que corresponde a una de las opciones del modelo propuesto por Howard Gardner.
Este es un psicólogo estadounidense ampliamente reconocido en el ámbito científico por sus investigaciones en el análisis de las capacidades cognitivas. Además, es el creador de la teoría de las inteligencias múltiples, la cual destaca entre una lista de ocho puntos, la inteligencia musical. Para conocer sobre el desarrollo de esta capacidad a nivel del cerebro, primero hay que saber que se ubica en el hemisferio derecho. Lo cual podría estar relacionado, de igual forma, con las habilidades espaciales.
El cerebro no debe ser visto, solamente, desde lo cognitivo, que es donde se encuentra la sede de la psique humana, el control de los impulsos y de las emociones. Y de allí, la importancia de educarlo y desarrollarlo con perseverancia. Sino que su funcionalidad no sería posible sin las experiencias sensoriales. Cuando la persona toca, siente, prueba, escucha y huele, está ayudando a crecer a este órgano. Y también, a crear redes neuronales y pensamientos que luego podrá recordar, transmitir y expresar.
Habilidades asociadas a la inteligencia musical
Las personas que poseen inteligencia musical demuestran una gran facilidad para captar e interpretar las notas musicales y los sonidos. Estos pueden provenir, bien sea de instrumentos musicales, como de la naturaleza u otras fuentes. Y a la hora de querer imitarlos o disfrutarlos de manera única, este talento representa una virtud especial. Lo que para muchos constituye el lenguaje de la música. De ese modo, los individuos que nacen con inteligencia musical son los que demuestran poseer, intrínsecamente, técnicas y capacidades armónicas.
Ellos destacan en ese ambiente y, por ende, son considerados privilegiados. Tal es el caso de las grandes figuras de la música como Wolfgang Amadeus Mozart, Ludwig van Beethoven, y muchos otros. Quienes fueron capaces de analizar, memorizar y componer obras musicales extraordinarias llenas de armonía y ritmos, que se disfrutan de generación en generación. Y aquí es cuando entran a escena los grandes descendientes de esos impresionantes virtuosos, que brillan dentro de cualquier tecnicismo y género musical.
Los que gracias a su notable habilidad, se convierten entonces, en los héroes modernos. Ya sea, en el rol de directores de orquestas, cantantes y compositores. O incluso, de fabricantes de instrumentos (lutieres), afinadores de piano y amantes de la música en general. Gardner destaca en su teoría de la inteligencia musical la habilidad para apreciar, discriminar y expresar las formas melodiosas. Así como, para ser sensibles al ritmo, tono, timbre, textura y la manera en que estos elementos se relacionan.
Esto se logra a través de actividades auditivas. Con las cuales se demuestra la agilidad para memorizar canciones, responder a tonos, examinar notas musicales y fragmentarlas (pentagramas-código morse). También se aprende a imitar sonidos del ambiente, temas musicales, cuentos y poemas. Este tipo de inteligencia está relacionado, igualmente, con la manera de expresar las emociones a través de la música. Una expresión artística que produce en el ser humano reacciones inimaginables.
Características de la inteligencia musical
Entre las características que manifiesta una persona que posee inteligencia musical se encuentran:
- Percepción musical. Cuyas habilidades se relacionan con el sonido y la música. Se observa cuando la persona está en capacidad de saber si un instrumento está desafinado, con solo ejecutar unas pocas notas. O identifica un tono melódico y un patrón de ritmo. Al unir estos tres elementos, se obtiene lo que se conoce como “oído absoluto”.
- Creación musical. Está relacionada con la habilidad para crear arte, cantar, bailar o tocar un instrumento. En este tipo de inteligencia se combinan, tanto el ingrediente innato como el aprendido.
Algunos niños nacen con una mayor predisposición para desarrollar las destrezas relacionadas con la interpretación y la percepción musical. Estudios científicos han determinado que la base genética influye notablemente. No obstante, si es posible mejorar estas capacidades relacionadas con la inteligencia musical, gracias a la práctica y el entrenamiento constante.
Teorías asociadas al desarrollo de este gran talento
Existen varias teorías que promueven el desarrollo de la inteligencia musical en las personas, desde su primera infancia. Entre estas se encuentran el escuchar composiciones musicales con frecuencia. Incluso, ciertos estudios realizados en dicho campo manifiestan que, se puede incidir positivamente sobre la habilidad musical del recién nacido. Para ello, la mujer embarazada debe disfrutar con frecuencia de producciones como las de Mozart y Beethoven.
La música clásica y otros géneros, como el jazz o el rock clásico, pueden contribuir a incrementar estas capacidades, una vez que el niño va creciendo. Además, le ayudan con habilidades relacionadas con la concentración y la captación del lenguaje y las matemáticas. Aprender a desarrollar la inteligencia musical no suele ser exclusivo de la primera infancia. Puesto que, se ha comprobado que, aun en la juventud y en la adultez, se pueden alcanzar grandes logros. Y estos resultan ser beneficiosos para el cerebro y, también, para el cuerpo.
Por último, dada la importancia de todo lo anteriormente enunciado, se recomienda no abandonar la idea de continuar desarrollando la inteligencia musical hasta la tercera edad. Esto ayudará a mantener despierto el interés o la sensibilidad por aprender y percibir nuevos estilos. Asimismo, le permitirá apreciar otros talentos artísticos. Analice y cultive su intelecto con algún instrumento musical que le enriquezca la vida y aumente su bienestar personal.
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