El estrés y su relación con las enfermedades

El estrés y la relación con las enfermedades que se producen en el cuerpo

El estrés es una respuesta física a una situación que exige más de lo que puedes dar. Aprende a controlarlo para evitar las enfermedades que este produce.

El estrés se define en términos biológicos como las alteraciones que se generan en el organismo a modo de respuesta corporal ante ciertos estímulos amenazantes; por ejemplo, miedo, ansiedad, preocupación, etc.

Asimismo se podría decir que es una condición de cansancio psicológico, determinada por el hecho de que se exige a la persona un rendimiento que supera su capacidad límite normal de reacción. Se ha demostrado que el mismo es capaz de producir una gran variedad de trastornos corporales y mentales.

En palabras sencillas, se trata de una presión excesiva o de una fuerte tensión nerviosa. Sus manifestaciones, por mencionar algunas, pueden ser físicas, en el caso de las enfermedades; emocionales, lo que sucede cuando se nos muere alguien cercano, ocurre una ruptura sentimental o psicológicas, que sería el caso en el que nos sentimos aprehensivos respecto a un evento futuro, o temerosos de lo que nos podría suceder.

¿Por qué el estrés nos enferma?

Por naturaleza, en situaciones que lo ameritan, somos capaces de correr largas distancias a gran velocidad, cargar objetos muy pesados y en general, hacer cosas que en circunstancias normales no podríamos realizar.

Este instinto de supervivencia, que se activa gracias a la secreción de adrenalina, cortisol y demás hormonas, protegió al hombre cavernario al generarle incrementos del ritmo cardiaco, glicemia y tensión muscular, entre otros cambios, de modo de producir la respuesta esperada para sobrevivir.

Y, ¿qué nos sucede ahora? Nuestros enemigos actuales son las deudas, angustias familiares o laborales, tráfico pesado y agresivo, malos tratos de quienes nos rodean, problemas sentimentales, desempleo, amenazas a nuestra autoestima, temor al rechazo o a ser criticados, entre otros.

El mecanismo de defensa es el mismo en estos casos, es decir, se dispara la secreción de hormonas que nos impulsan a huir o a pelear contra un ambiente interpretado como adverso.

Sin embargo, no tenemos forma de descargar el empuje energético proporcionado a nuestro organismo y además, las situaciones se repiten a diario y en ocasiones se prolongan por largos períodos; es equivalente a fustigar un caballo para correr mientras lo mantenemos firmemente sujeto por el freno. A veces ni notamos el impacto sobre nuestro organismo, pero cuando el estrés se ha acumulado percibimos diferentes síntomas.

Algunos efectos del estrés sobre el organismo

La presencia de estos padecimientos de la salud puede ser una señal de que nuestra vida no transcurre como debería. No obstante, se recomienda visitar a un especialista para descartar un problema de origen orgánico:

  • Dolores causados por contracturas. Esto se nota, en especial, en la espalda y en los hombros; son los músculos preparados para actuar.
  • Cefaleas o migrañas. La rápida dilatación de venas y arterias unida a los espasmos de la musculatura del cuello y la cabeza genera fuertes dolores.
  • Hipertensión, taquicardia y otros trastornos del sistema cardiovascular. El corazón se esfuerza al máximo y algunos vasos se bloquean y lastiman por la alta presión sanguínea.
  • Asma. Esta puede aparecer si hay una contracción de los bronquios y se reduce la producción de hormonas antiinflamatorias y antialérgicas.
  • Hiperglicemia. Causado por el incremento de los niveles de glucosa en la sangre, que nos proporciona mayor energía para actuar.
  • Dermatitis. La angustia altera los valores de acidez (pH) del sudor.
  • Trastornos gastrointestinales. Las preocupaciones afectan la digestión y la motilidad intestinal, producen colitis, úlceras pépticas, síndrome del intestino irritable, diarreas o estreñimientos, etc.
  • Resfriados continuos, puesto que, el sistema autoinmune se ve afectado. Por otro lado, sus alteraciones pueden ser responsables de trastornos tan serios como la anemia hemolítica, la artritis y el cáncer.
  • Depresión a causa del desbalance en la secreción de la adrenalina y la noradrenalina.
  • Obesidad. No es que preocuparse haga que la gente aumente de peso; pero, para disminuir la angustia muchas personas recurren a la comida, con lo cual no solo fallan en resolver el problema original sino que se crean uno nuevo.
  • Problemas sexuales. También se desequilibra el funcionamiento de estas glándulas, con lo que pueden aparecer traumas como la impotencia transitoria, eyaculación precoz, anorgasmia, frigidez, anhedonia, etc.
  • Herencia. Es importante mencionar que una mujer embarazada sometida a situaciones sumamente estresante transmitirá esta condición a su hijo, predisponiéndolo a sufrir de muchos de estos padecimientos.

¿Qué hacer para atenuar el impacto del estrés?

Una vez que se ha identificado el problema, hay varias acciones que se pueden seguir para minimizar o revertir su impacto:

  • Tener una mascota. Hacerte cargo de un perro o quizás, un gato, acariciarlo e incluso pensar en el animal te ayudará a controlar la presión arterial.
  • Mantener una actitud mental positiva. Las personas optimistas y que conservan el buen humor en medio de las pruebas están protegidas contra los trastornos de salud a largo plazo. La risa tiene efectos terapéuticos. También ayuda considerar que las situaciones difíciles son retos, en lugar de verlas como amenazas.
  • Llevar un estilo sano de vida. Mantenerse regularmente activo, practicar un deporte con frecuencia, así sea caminar; al igual que seguir una dieta equilibrada baja en grasas, descansar y dormir cuando el cuerpo lo pide, decir no al tabaquismo, no consumir alcohol o hacerlo con moderación, etc. fortalecerá tu organismo para luchar contra muchas condiciones estresantes.
  • Practicar yoga o cualquier otra actividad que te permita relajarte profundamente. La visualización creativa se ha comprobado que permite que el individuo se abstraiga de una atmósfera sofocante y pueda encontrar su paz interior.
  • Someterse a sesiones de magnetoterapia. Un tratamiento que estimula los tejidos vivos sin provocar ningún tipo de dolor, ni efectos secundarios. Ayuda a equilibrar la funcionalidad del sistema inmunológico.
  • Promover las relaciones interpersonales positivas. La mejor terapia del mundo puede venir presentada en la forma de familiares o amigos cercanos con quienes compartes buenos momentos. Construye tu red personal de apoyo.

Aprender a manejar nuestras emociones es crucial

En conclusión, el estrés excesivo y descontrolado produce diferentes tipos de enfermedades físicas y mentales. Y controlarlo está en nuestras manos, puesto que cualquier actividad que genere oxitocina, (hormona de acción opuesta a la adrenalina), cuyo efecto es una sensación de paz y descanso, es beneficiosa.

Cuando las condiciones se salen de control la terapia psicológica puede ser la respuesta adecuada.